La formación humana desde una perspectiva filosófica. Andrea Díaz Genis
también a partir de su derivación en una propuesta educativa. Lo que ocurre es precisamente que la educación, en el proyecto ilustrado, tiene su centro en el conocimiento de saberes, y no necesariamente en el autoconocimiento y la inquietud de sí.
La Ilustración como ontología del presente
Para referirnos a la Ilustración en Foucault, tenemos que partir de otro de sus últimos seminarios: El gobierno de sí y de los otros (2009a). Éste es un seminario posterior a La hermenéutica del sujeto; en él, Foucault realiza un análisis del pensamiento moderno kantiano a partir del concepto de Ilustración. Allí se retoman temas que tienen que ver con la interpretación del Alcibíades I, “el gobierno de sí y de los otros”. Pero, sobre todo, para analizar el “evento” a partir del cual se hace la caracterización del pensamiento moderno como “ontología de la actualidad”. La filosofía moderna, que Foucault ubica en los últimos años del siglo XVIII y los primeros del siglo XIX, tiene como una de sus cuestiones fundamentales ocuparse de su propia actualidad. Esta filosofía moderna que se interroga sobre su propia actualidad continúa, según Foucault, a través de todo el siglo XIX, ligada a la pregunta de la Ilustración. En el texto antes referido, Foucault plantea un tema más que importante: nos dice que la filosofía, a partir del texto kantiano de “¿Qué es la Ilustración?”, hará un “parteaguas”. Hay dos filosofías críticas en Kant: una filosofía que se convirtió en “analítica de la verdad” en general, o en filosofía acerca de las condiciones de posibilidad de la verdad, y otra que se ha preocupado más bien por ser una “ontología de nosotros mismos”, una “ontología de la actualidad”. Éstas son dos formas de entender la filosofía moderna que proceden de Kant. La analítica de la verdad procede de las tres críticas: la Crítica a la razón pura, la Crítica de la razón práctica y la Crítica del juicio; y, sobre todo, de la primera de ellas. Ésta plantea precisamente la cuestión de cómo es posible un conocimiento verdadero. Esta forma de preocupación ha proseguido en la línea de la analítica anglosajona. La otra es la que sale directamente del ensayo kantiano sobre la cuestión de la Aufklärung y la lleva muchísimo más allá. Esta forma de filosofía que va, según Foucault, desde Hegel a la Escuela de Frankfurt, pasando por Nietzsche y Max Weber, es donde se coloca el mismo pensamiento foucaultiano. En este contexto, también nos ubicamos nosotros, para volver a preguntarnos por la Ilustración como evento o como acontecimiento en el pensamiento. ¿Forma parte de nuestra actualidad el tema de la Ilustración? ¿Cómo entender hoy día el problema de la Ilustración? ¿Es la Ilustración una nueva forma del olvido de sí, u otra manera de la inquietud de sí, que la complementa y la supone? Para eso proponemos, posteriormente a una primera etapa de la investigación de este punto (que sintetizará el concepto de “inquietud de sí” trabajado en nuestra investigación, sobre todo, a partir de La hermenéutica del sujeto foucaultiana, en el momento “socrático platónico”), trazar un segundo momento donde se estudiará esta temática a partir del “olvido del cuidado de sí” o complemento del cuidado de sí en la modernidad. Se trata de no identificar necesariamente educación y modernidad, si por ello se entiende que la Ilustración es educación por y para el conocimiento, y que en esta identificación se olvidan el cuidado de sí y la conversión del sujeto como forma de acceso a la verdad y a la transformación de la vida. Digamos algo más acerca de la importancia del tema de la Ilustración desde una perspectiva educativa. Primero y antes que nada, la Ilustración se identifica con un proyecto educativo en Kant y en otros pensadores de la modernidad (Comenio, Rousseau, Condorcet). Más precisamente, con una Facultad centrada en el conocimiento de la filosofía (El conflicto de las facultades) y con una pedagogía (Pedagogía) que explica, en definitiva, cómo crear o generar un sujeto autónomo, esto es, un sujeto que obedezca a su propia razón, o a “lo universal” en lo particular. Pero ¿es acaso ésta la única forma de entender la filosofía y la educación filosófica? Evidentemente, esta pregunta forma parte de nuestra indagación en tanto que la antigüedad entendió de una forma más radical la filosofía y la educación que de ésta derivaba. Más allá de la modernidad, o cuestionándola, fue importante también, en nuestro estudio, hacer un repaso de la filosofía de la educación nietzscheana, pensándola en el marco de nuestra investigación. Sobre todo tomando en cuenta los textos específicamente referidos a la educación, como “Sobre el futuro de nuestras instituciones educativas” y “Schopenhauer como educador”.
En nuestro libro, se pretende reflexionar acerca de la posibilidad de una idea de formación humana que no deje de lado la inquietud de sí en relación o en armonía con el conócete a ti mismo. Esto es, replantear históricamente el fundamento filosófico de la importancia de formar a la persona en un sentido “integral”, corporal y afectivo, además de racional (el “somos cuerpo” nietzscheano estaría integrando todos estos aspectos en una propuesta formativa). Una “formación humana” orientada a construir un sujeto que puede y debe ser educado éticamente en una determinada relación consigo mismo, repensada desde una unidad entre ética y política (la relación del sujeto consigo mismo afecta a la comunidad y viceversa). Todo cuidado de sí implica el cuidado de los otros, nos advierte Foucault en su obra El gobierno de sí y de los otros. Un elemento importante es que históricamente, desde el Departamento de Historia y Filosofía de la Educación de la FHCE, se ha construido el campo de elaboración teórica de la filosofía de la educación como análisis de lo que efectivamente se considera el aporte de los pensadores de la educación desde el campo de la filosofía y de las ideas acerca la educación. En esta investigación, de alguna manera se pretende “ampliar” esta perspectiva para encontrar lo “nuevo”, buscando, en una relectura de la historia de la filosofía de la educación y de las ideas acerca de la educación, elementos innovadores que nos ayuden a pensar la historia de las ideas de la educación y de la misma filosofía, y su enseñanza, de una manera radicalmente diferente.
En definitiva, nuestra indagación trata de comprender la conexión entre la filosofía en su tradición y un concepto renovador y actual de la formación humana. A partir de esta concepción, jugamos con la idea de conformar una nueva forma de entender la filosofía de la educación para nuestros días (elemento desarrollado en la tercera parte del libro). En el marco de nuestra línea de investigación inscripta en el Departamento de Historia y Filosofía de la Educación de la Universidad de la República desde 2008, un conjunto de profesores hemos realizado una serie de escritos sobre la temática que incluyen un libro colectivo titulado Inquietud de sí y educación. Hacia un replanteo de la filosofía de la educación I (Montevideo, Magró, 2010); un libro de la autoría del profesor Enrique Puchet, quien es cocoordinador de la línea de investigación, con prólogo y epílogo de mi autoría, titulado De filosofía y educación. Cuidado de sí y conocimiento de sí (Montevideo, La Fuga, 2013); otra larga serie de artículos publicados en revistas nacionales e internacionales sobre el mismo tema, y una serie de números dedicados al tema desde esta fecha publicados en la revista arbitrada Fermentario, de nuestro Departamento y del Departamento de Filosofía e Historia de la Educación de la Unicamp, Brasil (www.fermentario.fhuce.edu.uy). También, presentaciones en congresos nacionales e internacionales, coloquios, etcétera.
Dentro de los objetivos específicos que han sido trabajados en la investigación, destacamos lo siguiente:
• Estudiar la relación entre conocimiento de sí (gnothi seauton) e inquietud de sí (epimeleia heautou) en distintos momentos de lo que daremos en llamar, con Foucault, “la historia de la verdad” y la idea de formación humana que la sustenta, teniendo como marco teórico la última etapa del filósofo francés.
• Estudiar, en diferentes momentos de la historia de la filosofía, la idea de formación humana. Las posibles maneras de entender la relación entre inquietud de sí y conocimiento de sí que, lejos de haberse superado, como dice Foucault, adquieren nuevas formas de ser entendidas, y exigen la posibilidad de pensar su posible complementariedad.
• Replantearnos una filosofía de la educación a partir de ese recorrido.
• Pensar la posibilidad de un pensamiento emancipatorio de formación humana a través del estudio de las diferentes formas de construir la subjetividad en relación con la verdad en la historia.
• Pensar una nueva relación entre ciencia, filosofía, “espiritualidad” en relación con la formación humana,