Diccionario de la obra de Wilfred R. Bion. Rafael E. López-Corvo
sólo una socio-dimensión (p. 33).
Todo grupo, nos enseña Bion, se reúne con un propósito, el cual representa su realidad manifiesta, su razón de ser, constituye el «GRUPO DE TRABAJO» (W) (work group). Sin embargo, sumergido y oculto entre sus sombras yace una realidad virtual, un ESPACIO indeterminado e indefinido que llamó el «SISTEMA PROTOMENTAL», un territorio donde se arman los llamados «SUPUESTOS BÁSICOS», condiciones pre-determinadas que surgen en un momento dado y suplantan al grupo de trabajo, cambiando su rumbo y parasitando sus propósitos. Bion describió tres posibilidades:
a) La creación de una pareja que produciría un mesías, una IDEA MESIÁNICA o una esperanza salvadora, al cual llamó «SUPUESTO BÁSICO DE APAREAMIENTO»; b) El grupo de ATAQUE Y FUGA, condicionado por tácticas paranoides semejantes a las observadas durante la guerra; c) Por último, el grupo de DEPENDENCIA, reproduciendo la relación entre la vulnerabilidad del bebé y la omnipotencia del adulto 9.
Bion experimentó con su metodología sobre «grupos sin líder» (liderless groups) durante la Segunda Guerra Mundial, ayudando a soldados y oficiales víctimas de la ansiedad o pánico de las trincheras entonces llamadas «neurosis de guerra». Posteriormente continuó tales experiencias durante su formación analítica en la clínica Tavistock, convirtiéndose en un grupo de estudio que posteriormente alcanzó fama mundial. Pero sea cual sea la razón, es indudable que el alcance de esta radiografía profunda sobre el fatalismo del comportamiento social del hombre, fue suficiente para declarar a Bion un personaje de «logros» o de «CAPACIDAD NEGATIVA», para utilizar lenguaje de Keats.
En 1945 Bion inició análisis con Melanie Klein así como su formación psicoanalítica.
El psicoanalista
Bion recuerda que durante sus años de formación psicoanalítica, a una pequeña gata negra que acostumbraba hacer sus necesidades frente al instituto de psicoanálisis se le dio el nombre de «Melanie Klein»: Melanie por negra, Klein por pequeña10 y Melanie Klein por lo descarada. En 1945 Bion inició su análisis personal con esta mujer, poseedora de una intuición clínica y una valentía poco común, el cual se extendió hasta 1953.
En el curso de estos ocho años, refiere Bléandonu (1994), un número de cambios importantes tuvieron lugar en su vida. Una vez que fue aceptado como miembro por la Sociedad Británica de Psicoanálisis, comenzó a identificarse, a través de sus escritos y presentaciones, como un estudiante brillante de Klein. Encontró un nuevo equilibrio psíquico, se casó por segunda vez y floreció en la presencia de una pareja muy comprensiva. Fue capaz de encontrar a Parthenope nuevamente y de ser padre de otros dos hijos. Fue en esta época cuando Bion preparó para publicar su trabajo en dinámica de grupos, así como sus artículos en psicosis. El psicoanálisis le había despertado una profunda creatividad que permanecería en él hasta el final de su vida (p. 93).
Según Meltzer (1987), la creatividad de Bion se incrementó mucho después de la muerte de Klein en 1960, implicando un sometimiento de su originalidad a las ideas de su analista y maestra.
El viejo problema del «doble», expuesto ya por Freud (1919) y algunos otros ante todo en Latinoamérica (Raskovsky, 1958; Aray y Bellagamba, 1971), sirvió a Bion, bajo el epígrafe del «Mellizo imaginario», tanto para defender la tesis de Klein sobre la existencia de un EDIPO temprano pre-genital, como para egresar del Instituto de Psicoanálisis en 1950. Representaba su primer trabajo de corte psicoanalítico, seguido de una prolija y paradigmática investigación sobre las psicosis además de la concepción fenomenológica de una estructura del pensamiento o, en sus propias palabras, de un aparato para pensar pensamientos. Así tenemos: «Notas sobre la teoría de la esquizofrenia», en 1953, «Desarrollo del pensamiento esquizofrénico» en 1956, «Diferenciación entre las personalidades psicóticas y no psicóticas» y «Sobre la arrogancia» en 1957; un año después, el artículo «Sobre las alucinaciones », luego en 1959 «Ataque al vínculo» y por último, «Una teoría sobre el pensamiento» en 196211.
Hasta este momento resulta indiscutible su esfuerzo por mantener la claridad de sus conceptos. Los cuatro libros que inmediatamente siguen y que representan los pilares fundamentales de su contribución teórica, no se revelan ya tan fácilmente, contrastan por su hermetismo y opacidad y las nociones que encierran se resisten a una cómoda exégesis. Bion pareciera haberse transformado repentinamente en la misma esfinge de Edipo, en un difícil guardián de sus secretos. La claridad no vuelve sino hasta que el entusiasmo afectuoso de los miembros de las asociaciones psicoanalíticas de Argentina y Brasil opera sobre el hermetismo de Bion como el beso del príncipe sobre Blanca Nieves dormida12. Recomiendo siempre a mis alumnos estudiar las «Conferencias del Brasil» a continuación de Volviendo a pensar y antes de los cuatro libros incluidos en Seven Servants.
Al comparar el libro sobre «TRANSFORMACIONES» con el de Elementos de psicoanálisis, Meltzer (1987) se queja con cierta molestia de la dificultad que enfrenta el lector con los signos matemáticos utilizados por Bion:
En la presente obra no podemos sostener la esperanza en vista de la proliferación matemática de notaciones, pseudo-ecuaciones, seguidas de flechas, puntos, flechas por encima (o ecuaciones, seguida de flechas, puntos, flechas por encima ¿o debiera ser por debajo?) de palabras y no sólo ya letras, sino también palabras griegas. ¿Qué debemos hacer para tolerar este ataque a nuestra mente? ¿Es Bion el paciente B disfrazado?13 (p. 71)
Refiriéndose al artículo «Sobre la arrogancia», el mismo Meltzer (1987), con ironía, dice: «Ciertamente la lectura del artículo “Sobre la arrogancia” en el congreso de París impresionó a muchas personas como una expresión chocante de la misma arrogancia de la cual estaba hablando» (p. 31). ¿Pudo la heterodoxia presente en las contribuciones de Bion, ante todo sus conceptos sobre O y un «acto de fe» —como se leen en Atención e interpretación— generar un ataque envidioso por parte del «ESTABLISHMENT» psicoanalítico británico de la época? En Transformaciones Bion utiliza una cita de Macbeth de Shakespeare como un apotegma que hace preguntar qué le llevaría a usarlo:
Ay, en el catálogo que usas de los hombres,
como sabuesos y galgos, mestizos, perros de agua,
malas raleas... alfombras de agua y semi-lobos,
están todos unidos por el nombre de perros.
Por otra parte, si seguimos los últimos capítulos de Atención e interpretación, presentimos de soslayo una queja hacia la intolerancia de las instituciones psicoanalíticas. A pesar de la sofisticación presente en la generalización hermética de su diseño, los últimos capítulos consienten un sesgo hacia una visión algo más mundana, hacia la queja de alguien sometido a la intolerancia que despierta en sus colegas la creación genial de un vértice nuevo y diferente. En 1995 Francesca escribió, citando a Trotter y a la influencia que éste había tenido sobre su esposo, en los siguientes términos:
Trotter hace observaciones que me recuerdan fuertemente las ideas posteriores de Bion. Habla de la «resistencia del hombre a las ideas nuevas, su dependencia a la tradición y a lo precedente»; del «poder dominante tendiente a caer en las manos de una clase de miembros insensibles a la experiencia, cerrados a la apariciónde ideas nuevas y obsesionados con la satisfacción por las cosas como están»; de «la tendencia a tomar cualquier riesgo menos sufrir los terribles dolores del pensamiento» (pp. 3-4).
Según los Symington (1996), cuando Bion introdujo el concepto de O, «algunos en el grupo kleiniano se desentendieron rápidamente de su pensamiento desde ese momento en adelante» (p. 10); y más tarde, luego de la aparición de su trilogía Una memoria del futuro durante su estancia en California, muchos analistas ingleses de la época consideraron que Bion se había deteriorado mentalmente después de abandonar Inglaterra hasta el punto de que «todo lo que había escrito subsecuentemente