Daguerrotipos. Juan Carlos Núñez Bustillos
“Be kind with yourself”, o sea sé amable, amoroso, contigo mismo, y lo que va a surgir de ti va a ser eso, amor, y así puedes cambiar a tu alrededor. Yo tengo mucha fe, tengo muchos años practicándolo, y creo que sí funciona.
—Sí, llevarte bien contigo, y después, en consecuencia, con los demás. Alejandro, ¿qué le dirías a la sociedad jalisciense, a los tapatíos, a la gente de Guadalajara en relación con el arte?
—Que no tengan miedo, que no se van a enfrentar al chamuco ni a un cambio de religión. El arte es un aspecto necesario para la vida del ser humano, el arte, la cultura, la civilización. Todas las grandes civilizaciones nos lo han demostrado desde muchos milenios atrás, que el ser humano sin la cultura no podrá vivir, y que las grandes obras, de los grandes artistas han sido dedicadas a Dios, entonces ¿a qué le tienen miedo?
—Alejandro, he dejado para el final esta última consideración. Yo quisiera seguir conversando contigo toda la mañana, pero el tiempo corre. Percibo al “niño” en toda tu obra. Por ejemplo, el niño del volantín, de madera estofada y policromada, que es una belleza, y aparece el niño jugando en toda la obra. Pero también, de pronto, encuentro en tus piezas artísticas a Nietzsche; él hablaba de las transformaciones, primero el camello cargado con toda el peso social, luego el león, que se sacude la carga y decide no llevarla más, y finalmente el niño, que representa al artista. Yo encuentro al niño en toda tu obra, ¿ser niño para siempre sería una aspiración tuya?
—Es una aspiración, sí, y trabajo en ello diariamente. No lo veo en el sentido de refugiarme en el niño, sino en el sentido de contactar al niño que comparte la paleta, el dulce, el chocolate con el compañerito de al lado; el niño compartidor, amoroso, porque eso me dieron mi madre y mis hermanos.
—El niño no disfraza sus emociones, están ahí presentes.
—Claro. No hay por qué temerle a las emociones, el niño es muy importante llevarlo siempre, porque así se disfruta más la vida. Se trata de disfrutar la vida, a pesar de la tragedia.
Efectivamente, Alejandro Colunga transforma lo solemne, lo oscuro, en una categoría estética.
—¿Algo que desees añadir, Alejandro?
—Pues que me vuelvas a invitar, Yolanda, porque es muy bonito estar en contacto con tu gente y con mi gente, y que verdaderamente les mando todo mi cariño a los que me aguantaron, incluyéndote, toda esta hora. Y sí, espero que me vuelvas a invitar otra vez.
—Estás invitado. Es tu casa, Alejandro.
—Gracias, va a haber novedades, ya les avisaré.
—Es tu casa, lo subrayo. Además, les recuerdo que aquí en el Sistema Jalisciense de Radio y Televisión tenemos dos símbolos en la parte exterior. Precisamente dos esculturas de Alejandro Colunga: la radio y la televisión.
—Vengan a verlas, y a sentarse e interactuar con ellas.
Así llegamos al final de la entrevista. En un momento cité a Nietzsche, y justamente el filósofo habló de que el arte es eso sin lo cual la vida sería insoportable. Nietzsche escribió: “El arte existe para que la vida sea más disfrutable”, y creo que todos estamos de acuerdo.
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