Economía española y del País Valenciano. Autores Varios
Fuente: INE, GGDC Total Economy Database, enero 2008 (en línea <hhttp://www.ggdc.net>), EU KLEMS Database, marzo 2008 (en línea <http://euklems.net>) y elaboración de Matilde Mas.
GRÁFICO 2.4
Renta, empleo y productividad (1985-2007) (1985 = 100)
Fuente: INE, GGDC Total Economy Database, enero (en línea 2008 <hhttp://www.ggdc.net>), EU KLEMS Database, marzo 2008 (en línea <http://euklems.net>) y elaboración de Matilde Mas.
2.5.2 Distribución de la renta
En España, también ha mejorado la equidad en la distribución espacial, tal y como se estudiará más detenidamente en el capítulo 3. Ahora bien, hay que recordar que todo crecimiento económico, desde esta perspectiva espacial, comporta normalmente (cuando hay movilidades de factores y el mismo entorno institucional) dos procesos diferentes: uno de convergencia en términos de renta per cápita y otro de divergencia en términos de producción, que acentúan los fenómenos de polarización espacial.
El primero de estos procesos se basa en el supuesto de rendimientos decrecientes del capital y, por lo tanto, las funciones de producción de las zonas retrasadas tenderán a sustituir trabajo por capital (modelo neoclásico). El otro proceso cuestiona el marco analítico neoclásico y se explicaría por lo que Krugman valora como importante: los factores geográficos que van desde las características del medio físico hasta las sociales, entre las que hay que destacar la cultura emprendedora que haya (Parellada, 2007: 336).
En este sentido, se forman claramente dos períodos en cuanto a la intensidad en estos dos procesos, con un punto de inflexión en 1979: antes, de mucha intensidad y, después, de mucha menos. Además, mientras en el primer período las diferencias en términos de renta per cápita se explicaban básicamente por los diferenciales en los niveles de productividad (excepto en los casos de Valencia y Aragón); en el segundo período, cada vez más por las diferencias en la tasa de empleo (también con la excepción valenciana).
Después de cuanto se ha dicho, hay que hacerse una pregunta clave: qué grado de igualdad tiene la distribución personal de la renta. En una primera aproximación podemos decir que, en el País Valenciano, este grado es superior al español. De todos modos, todo eso se contestará con cálculos rigurosos en el capítulo 3.
2.5.3 El Estado del Bienestar
En cualquier caso, todos los cálculos que se hacen, o se pueden hacer, se realizan sobre la base de referencias monetarias explícitas. Detrás de todo están, básicamente, los ingresos de los trabajadores vía nómina, los salarios monetarios. Pero evidentemente, la calidad de vida no depende sólo de este tipo de ingresos. Depende también de la posibilidad de acceder de manera adecuada a servicios esenciales como la sanidad, la educación, la seguridad o los servicios sociales en general.8
Por ello, el llamado Estado del Bienestar plantea que la producción equitativa y de calidad de este tipo de servicios por parte del sector público es una pieza clave en la consecución de una mejor redistribución de la renta. Es la mejor manera conocida de corregir la eficiente pero a menudo no equitativa asignación de recursos, y concretamente de la renta, por parte de las leyes del mercado. Significa, además, el salario social de los trabajadores.
Pese a la dificultad de cuantificar los aspectos que hacen referencia al bienestar de una colectividad, el Anuario Social de La Caixa del 2004 fijaba una posición intermedia de la sociedad valenciana respecto a la española. De los doce indicadores de bienestar, sólo en uno hay un nivel significativamente más alto (accesibilidad económica y seguridad vial); en cinco, la superioridad es muy ligera (servicios sanitarios, nivel de empleo, condiciones de trabajo, vivienda y equipamiento del hogar, y entorno y clima); en tres, el nivel es el mismo que la media española (renta, nivel de educación y convivencia y participación social), y, finalmente, hay tres en los que el nivel es, incluso, inferior a la media (salud, oferta de cultura y ocio, y seguridad ciudadana).
2.6.1 Fuentes del crecimiento económico
La contabilidad del crecimiento puede explicar de manera sencilla las fuentes del crecimiento económico. Por ejemplo, estimando la tasa de crecimiento económico como la suma de la tasa de variación de la población ocupada y de la tasa de variación de la productividad.
Ahora bien, el papel de cada una de estas dos fuentes de crecimiento (el incremento de la población ocupada y el incremento de la productividad) varía en el tiempo y el espacio. Desde la perspectiva temporal, tanto en el caso español como en el valenciano, el incremento de la productividad desempeñó un papel fundamental en las décadas posteriores al Plan de Estabilización de 1959, mientras que, a partir de la segunda mitad de los noventa, su papel ha sido escaso, cuando no negativo. Dicho de otra manera: el crecimiento económico de estos últimos años se ha basado fundamentalmente en el aumento de la población ocupada.
Este patrón de crecimiento ha sido aún más exagerado en el caso valenciano que en el español. La razón estriba en que el modelo de crecimiento valenciano se ha basado, como quedó claro en el capítulo 1, en un uso relativamente más intensivo del factor trabajo no cualificado. De hecho, se puede constatar que la economía valenciana creaba relativamente más puestos de trabajo que la española, pero con unos niveles medios de productividad inferiores.
Ahora bien, como también sabemos, estos diferenciales negativos de productividad del trabajo (y) no significaban unos mayores costes del factor trabajo –en términos del coste laboral unitario (CLU)– porque iban acompañados de unos diferenciales negativos aún mayores de los salarios (w).
Así, pues, la economía valenciana sostenía unas ventajas competitivas porque su especialización productiva se daba, efectivamente, en actividades más intensivas en el uso de mano de obra. Pero esas ventajas se han ido desvaneciendo porque los CLU valencianos, en los últimos años, ya son superiores a los españoles, al haber aumentado más rápidamente los salarios que la productividad.
En todo caso, la intensidad del crecimiento de la productividad y los componentes que explican esta intensidad –la intensificatión de la capitalizatión (dotatión de capital por trabajador) y la eficiencia económica aproximada mediante la PTF– también cambian en el tiempo y en el espacio.
Con todo, un tema siempre sobre la mesa es el de la convergencia real, en términos de productividad del trabajo, desde el punto de vista territorial. En España, utilizando conceptos como el de σ y ß convergencia, se ve que hay una ligera convergencia entre las diversas comunidades autónomas. Un hecho que se explica por unas dotaciones de capital TIC y de capital humano con un perfil convergente. Por el contrario, las dotaciones en capital público (infraestructuras) muestran un perfil ligeramente divergente.
Asimismo, se comprueba que, actualmente y a diferencia de épocas anteriores, el componente que resta dinamismo tanto a la productividad de la economía valenciana como a la de la española es la PTF, al contrario que en el caso del conjunto de la UE, en el japonés o en el americano. Este comportamiento negativo de la PTF viene explicado, en buena parte, porque, agotada la etapa de cambios estructurales en profundidad, el progreso técnico no ha implementado suficientemente las mejoras de la eficiencia de la economía que la PTF pone de manifiesto.
2.6.2 Fuentes de bienestar social
El nivel de bienestar