Caballeros del rey. Jorge Sáiz Serrano
El peso de los estudios anglosajones sobre clientelas feudales bajomedievales (de remuneración monetaria) deriva del éxito de las tesis de K. B. McFarlane, «Bastard Feudalism», Bulletin of the Institute of Historical Research, 20 (1945), pp. 161-180, reimpreso en G. Harris (comp.), England in the Fifteenth Century: Collected Essays of K.B. McFarlane, Londres, 1981, pp. 23-43. El tema del «feudalismo bastardo» ha estado presente en los estudios sobre la historia social nobiliaria incidiendo en las relaciones entre aristocracia, incluyendo al monarca, y baja nobleza (gentry), en la proliferación de comitivas de dependientes contratados (retainers) y la operatividad de esas clientelas en ámbito político-militar. Al respecto, entre otros trabajos destaquemos: M. Cherry, «The Courtenay Earls of Devon: Formation and Disintegration of a late Medieval Aristocratic Affinity», Southern History, 1 (1979), pp. 79-99; Ch. Carpenter, «The Beauchamp Affinity. A study of Bastard Feudalism at Work», English Historical Review, 95 (1980), pp. 514-532; N. Saul, Knights and Squires: the Gloucester Gentry in the Fourteenth Century, Oxford, 1981; J. G. Bellamy, Bastard Feudalism and the Law, Londres, 1989; J. M. Bean, From Lord to Patron: Lordship in Late Medieval England, Londres, 1989; S. Walker, The Lancastrian Affinity, 1361-99, Oxford, 1990; M. Jones y S. Walker (ed.), «Private indentures for Life Service in Peace and War, 1278-1476», Candem Miscellany, 32 vol. 3, Londres, 1994, pp. 1-190. Una reciente revisión del tema ha señalado la concentración de estudios en los siglos XIV-XV, en torno a los retainers o pensionados nobiliarios vitalicios y las relaciones entre alta y baja nobleza: M. Hicks, Bastard..., op. cit., pp. 27-28. Una revisión crítica la debemos a Peter Coss quien centra el problema en sus orígenes (s. XIII) y postula una reformulación social del fenómeno, más amplia y menos instrumental: vid. P. Coss, «Bastard Feudalism Revised», Past and Present, 125 (1991), pp. 27-64, sobre todo pp. 39-40, 53-54, 57 y 63-64; P. Coss, D. Crouch, D. Carpenter, «Debate: Bastard Feudalim Revised», Past and Present, 131 (1991), pp. 165-203.
[128] En Francia, Bretaña, Borgoña, Castilla y en la Corona de Aragón. Véanse respectivamente: P. Lewis, «Decayed and Non-Feudalism in Later Medieval France», Bulletin of the Institute of Historical Research, 37 (1964), pp. 157-184; G. Prosser, «’Decayed feudalism’ and ‘royal clienteles’: royal office and magnate service in the fifteenh century», en Ch. Allmand (ed.), War, Government and Power in Late Medieval France, Liverpool, 2000, pp. 175-189; P. Lewis, «Of Bretton Alliances and Other Matters», en Ch. Aallmand (ed.), War, Literature and Politics in the Late Middle Ages, Liverpool, 1976, pp. 122-143; M. Jones, «Aristocratie, faction et État dans la Bretagne du XVe siècle», en Ph. Contamine (dir.), L’État et les Aristocraties (France, Angleterre, Ecosse) XIIe-XVIIe siècle, París, 1989, pp. 129-160; M. Jones, «The breton nobility and their masters from the Civil War of 1341-64 to the Fifteenh Century», en The creation of Brittany. A Late Medieval State, Londres, 1989, pp. 239-262; P. De Win, «The lesser nobility of the Burgundian Netherlands», en M. Jones (ed.), Gentry and Lesser nobility in late medieval Europe, Gloucester-Nueva York, 1986, pp. 95-118; P. Sánchez León, «Nobleza, Estado y clientelas en el feudalismo. En los límites de la historia social», en S. Castillo (coord.), La historia social en España. Actualidad y perspectivas, Madrid, 1991, pp. 197-216; id., «Aspectos de una teoría de la competencia señorial: organización patrimonial, redistribución de recursos y cambio social», Hispania, 185 (1993), pp. 885-905, sobre todo pp. 897-903; id., Absolutismo y comunidad. Los orígenes sociales de la guerra de los comuneros de Castilla, Madrid, 1998, pp. 94-96, 104-106 y 274-275; C. Jular, «La participación de un noble en el poder local a través de su clientela: un ejemplo concreto de fines del siglo XIV», Hispania, 185 (1993), pp. 816-844; id., «Dominios señoriales y relaciones clientelares en Castilla: Velasco, Porres y Cárcamo (siglos XIII-XIV)», Hispania, 192 (1996), pp. 137-171; J. Sáiz, «Una clientela militar entre la Corona de Aragón y Castilla a fines del siglo XIV: caballeros de casa y vasallos de Alfons d’Aragó, conde de Denia y marqués de Villena», En la España Medieval, 29 (2006), pp. 97-134. El peso y desarrollo de las clientelas pensionadas y una revinvidación de las similitudes del fenómeno en Francia e Inglaterra puede seguirse en: P. Lewis, «Reflections on the role of royal clientèles in the construction of the French monarchy (mid-XIVth / end-XVth centuries)», en N. Bulst, R. Descimon y A. Guerreau (eds.), L’État ou le Roi. Les fondations de la modernité monarchiques en France (XIVé-XVIIé siecles), París, 1996, pp. 51-67.
[129] P. Lewis, «Reflections on the role...», cit., pp. 64-65. El vano intento de encontrar formas similares a la indenture vitalicia inglesa en ámbito europeo es objeto de reflexión en: M. Jones y S.Walker, «Private indentures...», cit., p. 11.
[130] Como ha recordado M. Hicks, Bastard..., op. cit., pp. 68, 74-76, frente a la visión restringida a las clientelas de retainers.
[131] En su origen, en la Inglaterra del XIII y sobre todo del XIV, el crecimiento de las casas y clientelas fue una reacción nobiliaria al desarrollo de la centralización política y judicial de la monarquía: el precio fue el feudalismo bastardo: P. Coss, «Bastard Feudalism Revised...», cit., p. 54 y 63 y «Debate Bastard Feudalism...», cit., p. 203. La necesidad de estudios al respecto y la existencia de un proceso de rearmonización entre clase y Estado durante la expansión del Estado feudal (ss. XV-XVI) ya fue reinvindicada por P. Anderson, El Estado absolutista, Madrid, 1987, p. 43.
[132] Recogiendo parte de la propuesta de Ch. Given-Wilson, The Royal Houselhold and the King’s Affinity: Service, Politics and Finance in England, 1360-1413, Londres-Nueva York, 1986, pp. 203-204, quien analiza la clientela del rey, como la de otro noble, en tres grupos concéntricos, englobando conjuntamente el colectivo de servidores, de pensionados y de seguidores de la Casa real. Desde los supuestos teóricos hasta ahora expuestos tuvimos ocasión de analizar la Casa Real de Alfonso V en J. Sáiz, Ejército, caballería y clientela militar en la Corona de Aragón en la Baja Edad Media. La Casa Real en las campañas de Alfonso el Magnánimo (1420-1442), tesis de Licenciatura inédita, Valencia, 1996, pp. 108-181, y más recientemente, una casa y clientela feudal, la del conde de Denia y marqués de Villena a fines del XIV en J. Sáiz, «Una clientela militar entre la Corona de Aragón y Castilla a fines del siglo XIV...», cit.
[133] Como los caballeros y escuderos de las casas feudales: vid. M. Hicks, Bastard..., op. cit., pp. 46-47; Ch. Given-Wilson, The English Nobility in the Late Middle Ages. The Fourteenth-Century Political Comunity, Londres, 1987, p. 90; P. De Win, «The lesser nobility...», cit., p. 102. Su presencia testimoniaba el poder social del noble ante sus semejantes, dentro de las pautas feudales de exhibición social de la riqueza por la calidad y cantidad de servidores: Ch. Dyer, Niveles de vida en la Baja Edad Media. Cambios sociales en Inglaterra, c. 1200-1520, Barcelona, 1991, pp.75-77 y 120-121.
[134] Según las pautas de servicio y formación en las casas o cortes feudales; vid. G. Duby, «Los jóvenes en la sociedad aristocrática de la Francia del Noroeste en el siglo XII», id. Hombres y estructuras de la Edad Media, Madrid, 1989, pp. 132-147; id., Guillermo el Mariscal, Madrid, 1987, pp. 78-90; J. Bean, «Bachelor and Retainer», Medievalia et Humanistica, 3 (1972), pp. 117-131; P. De Win, «The lesser nobility of the Burgundian...», cit., pp. 101-102; Ch. Given Wilson, The English Nobility..., op. cit., pp. 2-5; N. Orme, From Childhood to Chivalry. The Education of English Kings and Aristocracy, 1066-1530, Cambrigde, 1984, pp. 44-80.
[135] La Casa Real sería el modelo de corte feudal al más alto rango; en otros miembros de la nobleza, la condición social, número y especialización descendería en ese colectivo. La alta nobleza dispondría de séquitos bajonobiliarios en calidad de cavallers o escuders de casa, quienes, al igual que los cortesanos del rey, servirían más en labores político-militares que domésticas, mientras que la baja y mediana nobleza, los cavallers y donzells, debía contentarse con unos pocos