¿Esperas o aspiras?. Marta Martin
para volar o ASPIRAR a iniciar el vuelo?
¡Ella lo tenía claro! Desde la infancia apuntaba maneras.
Su audacia, su carácter enérgico y su fuerza de voluntad la llevaron a realizar dos fugas en su vida. Lo de esperar no iba con ella y decidió aspirar.
Contaba con ocho años cuando en su cabeza rondaba la idea de sufrir el martirio. Convenció a su hermano Rodrigo, un año mayor que ella, para cumplir su sueño y morir en “tierras de infieles” para conseguir la entrada directa al Cielo. Salieron los dos de puntillas de casa para no ser escuchados y sus pasos los llevaron hasta las afueras de Ávila, donde acabó la aventura en cuanto su tío los vio y los devolvió a casa sanos y salvos, aunque tuvo que convencerlos antes de que les quedaba mucho por hacer en esa vida. Pero la fuga fallida no le quitó a Teresa las ganas de volver a intentarlo.
A los 20 años abandonó la casa familiar nuevamente para cumplir su sueño: ingresar en el convento de La Encarnación. Lo hizo sin el permiso paterno. Años más tarde relató que pasó uno de los más grandes dolores de su vida tomando esa decisión que sabía buena para ella y mala para su padre.
¿Qué te parece la idea de la fuga? ¿Cuántas veces has hecho un examen de conciencia y hubieras empezado de otra manera? ¿Has pensado o sentido que tu camino personal es el que realmente quieres recorrer? ¿Ves muchas piedras en el camino?
Teresa también pasó por largos periodos cuestionando todo lo que tenía alrededor y eso le causaba una gran desesperanza. Apesadumbrada, no ponía mucha atención a lo que se le pedía en ese momento en el convento, que era oración. Ella, que era muy buena relaciones públicas y a la que se le daba sorprendentemente bien estar en contacto con cuantos le daban conversación, huía de estar a solas para rezar.
¡Que levante la mano el primero que no ha huido alguna vez de sus obligaciones!
Luchó por evitar las críticas y los juicios para que no afectarán a su autoestima y a su camino. Aprendió que la gente se mete en la vida de los demás y juzga sin conocer lo que cada uno vive en su propia piel.
Como ya sabrás, durante muchos años ella solo fue Teresa; lo de santa le vino más tarde. Igual que cualquiera de nosotros, fue buscando aquello que le hacía más feliz. No creas que tú eres mucho más diferente que ella.
Cada uno en nuestros campos y a nuestra manera podemos conseguir nuestro halo de santidad cuando entendemos cuál es nuestra verdad, y eso fue lo que le ocurrió a ella.
Buscando su propio camino se enfrentó a miles de demonios, miedos, e incluso a la persecución de la Inquisición... ¡Y la Inquisición hoy pueden ser tantas cosas!
Quizá tu Inquisición actualmente esté en un pasado que te persigue, en tus complejos, en tu falta de autoestima, en la enfermedad, en la pérdida de familiares o amigos, en el dolor, en la falta de amor, en el miedo al futuro...
A cada uno nos persigue una historia. ¡¿Ves?! ¡Todos somos muy parecidos!
Teresa tuvo un momento de cambio, de luz interior, que le permitió dar un paso fuerte en su vida. Hoy, que somos tan modernos, diríamos que experimentó un salto cuántico. Es entonces cuando, a los 40 años, nace la fundadora de conventos y comienza la verdadera reforma.
Sus expectativas, experiencias y talentos se sumaron para ayudarla a hacer lo que realmente venía a hacer: ¡Vivir su proyecto de vida!
Agudizó su ingenio en esos tiempos difíciles y comenzó su trabajo como coach.
En esa época las mujeres estaban privadas de voz y no podían predicar. Estamos en un siglo difícil. Esto le llevó a escribir y a plasmar todo lo que sentía en los libros. Las moradas y El castillo interior reflejan su sentir y su pensar.
Pero a Teresa, "la andariega", apodo cariñoso que se gana a pulso por amar los caminos, le toca pagar cara su apertura de mente. Demasiado avanzada, demasiado moderna, demasiado feminista y entusiasta.
Proclama un mensaje que hoy está muy de moda:
"HAZ TU REVOLUCIÓN INTERIOR Y DA SENTIDO A TU VIDA"
Que viene a decir, transfórmate, haz un cambio, ponte cara a cara contigo mismo y demuestra lo que vales. Cree en ti y apuesta por tus logros. Busca tu propia felicidad con tus propios medios.
A ella esta propuesta le llevó a fundar 17 conventos. ¿Qué te parece? ¡No está nada mal, ¿verdad?!
Como ya te anuncié antes, su ADN venía con un sello. Venía con un mensaje de TRABAJO REFORMADOR, pero ella no tenía ninguna intención de ser santa. Lo fantástico de todo esto es que llevó a cabo un programa sistematizado de trabajo que sigue estando al servicio de todos.
Imagino que ya estás deseando saber qué es lo que propone para empezar con nuestra reforma interior.
Ponte en situación e imagina que vas a realizar la reforma de tu casa. El primer paso es saber de qué presupuesto dispones. El segundo paso será pedir presupuesto, optando por el mejor.
Ella te anima a que saques toda tu riqueza interior, a que examines qué quieres reformar.
¿Cuánto estás decidido a invertir? Hablo de valores, aptitudes y capacidades
Sí… he dicho valores, aptitudes, capacidades... Haz tu presupuesto y ahí va esta pregunta:
¿Estás decidido a invertirlo todo? Ya te aviso; si tu respuesta es sí, comenzaremos la reforma interior siguiendo sus técnicas. Recuerda que Teresa no era amiga de “chapucillas”, sino de grandes obras.
Para comenzar con la reforma tenemos una serie de reglas que van a ayudarte; son prácticas y fáciles de poner en funcionamiento.
PRIMERA REGLA: LA PACIENCIA
Tendremos que cultivar grandes cantidades de calma, sosiego, serenidad y armonía para llevar a cabo esta gran empresa que es nuestra reforma.
Las personas piensan que la paciencia es la capacidad de esperar, pero no es así. La paciencia es CÓMO NOS COMPORTAMOS MIENTRAS ESPERAMOS.
Ella encontró muchas trabas en su camino. Esperó y consiguió hacer florecer una relación de profunda amistad con la paciencia durante toda su vida, lo que dio grandes frutos.
Decía en unos de sus versos más conocidos:
“Nada te turbe, Nada te espante, Todo se pasa, Dios no se muda…
La paciencia todo lo alcanza”.
¿Quién no ha perdido alguna vez la paciencia en una reforma?
SEGUNDA REGLA: La hUMILDAD
“Para ser grande, primero hay que aprender a ser pequeño. La humildad es la base de toda verdadera grandeza”.
Según lo entendía ella, la humildad es andar de verdad. La fuente de la grandeza. Esto implica que si nos engañamos a nosotros mismos no conseguiremos la reforma que tanto deseamos y buscamos.
Si aceptamos llevar a cabo esta reforma, pongámonos cara a cara y mirémonos sinceramente a los ojos con profundidad. La humildad viene con la valentía, la fortaleza que nos empuja a aceptarnos, a vernos y querernos en lo que somos realmente. Fuera disfraces y corazas. Nos toca descubrir nuestra verdadera esencia, la auténtica verdad que vive en nuestro interior y reivindicarla. Debe ser revelada para que podamos hacer la reforma.
Ella decía:
“Esta es la verdadera verdad, conocer cada uno
lo que pueda y lo que Dios puede en él”.
TERCERA REGLA: EL HUMOR
“Las personas con sentido del humor tienen
un mejor sentido de la vida”.
El humor como necesidad primaria, que en esos tiempos de hambruna hacía las veces de comida. Tan importante como respirar. Es obligatorio rescatar