El pequeño doctor. Alfred Vogel

El pequeño doctor - Alfred Vogel


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líquenes, poseen un elevado contenido en hidratos de carbono, es decir, féculas, por lo que su valor nutritivo no es precisamente escaso; virtud que saben aprovechar también los animales salvajes, con lo que mejoran sus defensas gracias al efecto antibiótico de esta planta. Con frecuencia he podido observar que la Usnea combate rápidamente los catarros. Por ello, nos va a ir bien mascar esta planta en cuanto percibamos los primeros síntomas de catarro, como dolor de garganta y expectoración. Sus efectos son tan rápidos que de regreso de nuestro paseo podremos vernos libres de una incipiente infección catarral. Estas valiosas experiencias me revelaron la necesidad de examinar con más detenimiento esta sencilla planta. Cada vez utilizo más su extracto para la elaboración de caramelos. La experiencia me ha enseñado que la toma regular de este producto reduce sustancialmente la propensión a padecer resfriados y catarros. ¿Por qué razón debemos correr el riesgo de tomar potentes fármacos que cada ventaja que nos aportan va acompañada de dos inconvenientes? Si la naturaleza nos proporciona plantas alimenticias y plantas de montaña de las que podemos extraer sustancias activas beneficiosas para nuestra salud, si las tomamos en proporciones correctas y con arreglo a principios establecidos que jamás pueden perjudicarnos, ¿por qué no vamos a utilizarlas?

      ¿Por qué exponernos a algún tipo de riesgo? Estos antibióticos naturales no dañan la flora intestinal en modo alguno y su ingestión regular no produce resistencias por parte de los gérmenes patógenos. Resulta muy recomendable para sanos y enfermos, especialmente para los enfermos de cáncer, introducir en sus dietas cotidianas ensaladas elaboradas a base de berros de agua27, mastuerzos y capuchina28, plantas con las que también podemos confeccionar saludables bocadillos. También la sal marina A.Vogel con plantas aromáticas y hortalizas frescas para condimentar contiene estas plantas, por lo que su uso resulta muy recomendable; con ella podemos condimentar bocadillos, ensaladas, verduras y sopas. Solo hay que evitar su cocción, pues afectaría negativamente a las sustancias vitales que contiene. A la ensalada de zanahoria haremos bien en añadirle siempre un poco de rábano rusticano finamente rallado, con lo que no solo nos resultará más aromática, sino que también estará enriquecida. Si nos acostumbramos a consumir los alimentos mencionados nos haremos más resistentes y menos propensos a padecer infecciones. La toma de estas sustancias nutritivas y terapéuticas incluso puede llegar a vencer rápidamente una infección ya declarada. Si una vez recuperada la salud subimos a montañas por encima de los mil metros de altura, no hay que olvidar el mascar la planta barba de capuchino (Usnea barbata) durante nuestras excursiones alpinas.

      Otra planta con un gran poder terapéutico es la petasita o sombrerera (Petasites officinalis)20 de especial importancia para los enfermos de cáncer. En cambio, su uso como condimento no resulta apropiado, pues su acción es demasiado intensa. Se trata de una planta poco corriente que crece preferentemente a lo largo de las riberas de arroyos de algunos valles montañosos. La manera más apropiada de aprovecharnos de sus virtudes es tomando los preparados que se elaboran con ella.

       Como aumentar el valor de los alimentos crudos

      Algunas personas que se reían y compadecían de nosotros por adoptar un régimen dietético crudívoro, puede que ahora tengan que pensárselo un poco mejor. El hecho de que diversas sustancias antibióticas pierdan su efecto por acción de la cocción justifica la afirmación de los defensores de los alimentos en estado crudo de que muchos agentes beneficiosos activos son sensibles al calor; no solo las vitaminas, sino también otras sustancias conocidas y desconocidas que son necesarias para nuestra salud. Por lo que toda persona que desee cubrir sus necesidades en estas importantes sustancias activas debería consumir habitualmente una cierta cantidad de alimentos crudos. En este caso son las sustancias defensivas que nos pueden proteger de enfermedades infecciosas. Quienes tengan la suerte de disponer de un huerto o jardín propio harían bien en cultivar plantas como las antes mencionadas (berros de agua, mastuerzos27 y capuchinas28, así como rábano rusticano) para poder disponer diariamente de una cierta cantidad de estas plantas. Con ellas podemos preparar ensaladas o añadirlas crudas a las sopas, pero finamente picadas, o mezclarlas con el requesón o emplearlas para preparar bocadillos. El rábano rusticano finamente rallado proporciona, como ya apuntábamos antes, un toque refrescante a la ensalada de zanahoria, aunque también combina bien con otras clases de ensaladas. Quienes encuentren el sabor de la ensalada de zanahoria demasiado dulce pueden añadir un poco de rábano rusticano, con lo cual verán que es más aromática. No solo resultará más apetecible, sino que además nos proporcionará valiosas sustancias antibióticas.

      Para todos los defensores de la fitoterapia y de las virtudes de la alimentación natural, que saben apreciar el valor salutífero de los alimentos crudos, resulta apropiada la vieja sentencia: «¿Por qué andar buscando por todo el mundo, cuando lo bueno se encuentra tan cerca?».

       Cuidar de la salud: la mejor prevención contra las enfermedades del aparato respiratorio

       Causas diversas

      En el curso de mis viajes he visto con sorpresa que muchos países que tenían unas buenas condiciones sanitarias presentaban una gran cantidad de enfermos tuberculosos30. Me llenó de estupor el hecho de que en Grecia, a pesar de su clima soleado, se tuviera que luchar todavía contra esta enfermedad. También en los Países Bajos, sobre todo en diversas islas, hay muchos enfermos de los pulmones. Los médicos no se equivocan al afirmar que el clima húmedo contribuye a ello, lo que no quiere decir que todo aquel que viva bajo esas condiciones climáticas tenga que enfermar necesariamente de los pulmones. Hay otros factores que también pueden influir, como una alimentación monótona. Toda persona que conozca las causas que provocan su enfermedad podrá prevenirla mejor, lo que siempre será preferible a tener que curarse después. Quienes no estén enfermos harán bien en seguir los consejos expuestos a continuación, mientras que los menos favorecidos van a mejorar sustancialmente el pronóstico de su enfermedad.

      En primer lugar, cabe destacar la importancia de la alimentación, como nos muestra la experiencia adquirida por todo el mundo. Hay regiones, y sorprendentemente incluso en nuestras montañas suizas a las que otras personas acuden en busca de curación, donde la gente enferma de tuberculosis a pesar de la altitud. A modo de ejemplo, conocí al guardián de un refugio alpino, buen esquiador, que había contraído tuberculosis pulmonar a pesar de vivir durante todo el invierno a unos 2000 metros de altitud. La causa hay que buscarla en su alimentación, errónea por monótona, excesivamente rica en proteínas, en alimentos en conserva y desnaturalizados, como la harina blanca y el azúcar. También la mala calidad del aire del refugio contribuyó a ello, debido principalmente a que los muchos esquís allí presentes se enceraban y el refugio no estaba suficientemente ventilado a fin de ahorrar combustible, olvidando que es necesario aportar aire fresco en los aposentos donde se habita.

      Es importante disponer de una buena capacidad defensiva e inmunitaria para protegernos convenientemente de las enfermedades de los órganos respiratorios, ya que no siempre podemos evitar que nos pueda afectar algún tipo de infección. Tienen razón los investigadores que afirman que difícilmente podría encontrarse en Europa una persona que no haya padecido alguna vez una pequeña infección tuberculosa que hubiera podido derivar en una verdadera enfermedad. Por lo tanto, el objetivo principal es conseguir una buena inmunidad.

      De las experiencias mencionadas se deduce que la mejor manera de protegernos ante una enfermedad es fortaleciendo nuestra salud, lo cual es posible si tomamos en consideración los siguientes factores: a una alimentación natural hay que añadirle mucha luz, aire, sol, movimiento y respiración. Cuanto más naturalmente viva y se alimente una persona, menos se dejará encerrar en espacios estrechos y tanto más empleará su tiempo libre en respirar y moverse al aire libre, con lo que ¡correrá menor riesgo de enfermar! Son reglas de salud que hay que seguir en cualquier circunstancia.

       Alimentación adecuada

      En lo que a alimentación se refiere, es importante que esta sea rica en calcio y en vitaminas. Ante todo, es necesario comer muchas ensaladas de col blanca,


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