Limited Inc. Jacques Derrida

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Respecto del “retraçant l’origine”, hemos tenido en vista la traducción de “Ellipse” de Patricio Peñalver quien vierte “Écriture d’origine, écriture retraçant l’origine, traquant les signés de sa disparition, écriture éperdue d’origine” (Derrida, J. L’Écriture et la différence. París: Seuil, 1967, p. [Subrayado nuestro]) como “Escritura de origen, escritura que vuelve a trazar el origen, acosando los signos de su desaparición, escritura loca de origen” (Derrida, J. La escritura y la diferencia. Barcelona: Anthropos, 1989, p. 403). Más adelante, apostamos por “trazar y retrazar”. Considérese, en cualquier caso, la apuesta que en el pensamiento de Derrida vincula el “trait” (“trazo” o “rasgo”), el “retrait” (“retrazo”, pero también “retirada”), y la “trace” (“huella”). [N. del T].

      1 La teoría rousseauniana del lenguaje y de la escritura es también propuesta a título general de la comunicación. (“De los diversos medios de comunicar nuestros pensamientos”, título del primer capítulo del Ensayo sobre el origen de las lenguas, trad. de Adolfo Castañón, México D. F.: FCE, 2006, pp. 11-16).

      * Bonnot de Condillac, Étienne. Ensayo sobre el origen de los conocimientos humanos, trad. de E. Mazorriaga. Madrid: Tecnos, 1922, § 127, p. 223. Trad. esp. modif. [N. del T].

      2 El lenguaje suple a la acción o la percepción, el lenguaje articulado suple al lenguaje de acción, la escritura suple al lenguaje articulado, etc.

      * El término “crever”, “reventar”, y que en la obra de Derrida se vincula más directamente con “perforar”, es decir “conpercer” y “perforer”, también comporta el sentido familiar de “morirse”. Se encadena, así, con el motivo de la “muerte”, es decir, de la “economía de la muerte” y de “la vida-la muerte” [La vie la mort], y por tanto de la “sobrevida” [“survie”] que, de parte a parte, vuelve a aparecer en el pensamiento de Jacques Derrida. [N. del T.].

      3 “Hasta ahora hemos considerado las expresiones en la función comunicativa. Esta se funda esencialmente en que las expresiones actúan como señales. Ahora bien, las expresiones desempeñan también un gran papel en la vida del alma, que no se comunica en comercio mutuo. Es claro que la función modificada no menoscaba en nada eso que hace que una expresión sea una expresión. Las expresiones, ahora como antes, tienen sus Bedeutungen y las mismas Bedeutungen que en el discurso comunicativo.” (Husserl, E. Investigaciones lógicas, 1. Cap. I, § 8) [trad. Manuel G. Morente y José Gaos, Madrid: Alianza Editorial, 2006, § 8 “Las expresiones en la vida solitaria del alma”, p. 241. Trad. esp. modif.]. Lo que adelanto aquí, implica la interpretación que he propuesto del planteamiento [démarche] husserliano sobre este punto. Me permito, pues, remitir a La Voz y el fenómeno [Derrida, J. La voz y el fenómeno. Introducción al problema del signo en la fenomenología de Husserl, trad. de Patricio Peñalver. Valencia: Pre-textos, 1985].

      4 “En la primera edición dije ‘gramática pura’, nombre pensado y expresamente señalado como análogo a la ‘ciencia pura de la naturaleza’ de Kant. Mas no pudiendo de ningún modo sostenerse que la morfología pura de las Bedeutungen comprenda todo el a priori gramatical en su universalidad –existe, por ejemplo, un a priori propio de las relaciones, gramaticalmente muy fecundas, que se dan en la comprensión mutua de los sujetos psíquicos–, deberá darse la preferencia al término de gramática lógica-pura”. Husserl, E. Investigaciones lógicas, t. 2, part. 2, ch. IV (tr.fr. Elie, Kelkel, Scherer, p. 136) [Investigaciones lógicas, 2. Madrid: Alianza Editorial, 1999, p. 465. Trad, esp. modif. Sobre este punto, Cf. Derrida, J. La voz y el fenómeno. Ed. Cit., p. 45].

      * Gerardo R. Carrió y Eduardo A. Rabossi, vierten el mencionado “permormative” como “realizativo”. Nosotros preferiremos “performativo”, y en función de esta decisión modificaremos las referencias a la edición disponible en castellano del libro de Austin. [N. del T.].

      5 “Despedazar los dos fetiches (los cuales, lo confieso, estoy tan inclinado a maltratar), a saber:

      1) el fetiche verdadero-falso; y

      2) el fetiche hecho-valor [value-fact]”. Austin, J. L. Cómo hacer cosas con palabras. Ed. cit., p. 198. [Trad. esp. modif.].

      * La traducción en español, bien vierte “infelicities” como “infortunios” lo que en francés se traduce como “échecs”. En este caso, en función del texto de Derrida, trasladamos esta última noción, “échec” como “fracaso”, y con ello, optamos por traducir el “infelicities” a partir del “échecs” francés, incluso para modificar la citas de la edición de Cómo hacer cosas con palabras, a la que remitimos constantemente. [N. del T.].

      6 Austin, J. L. Op. Cit., pp. 144, 195. (tr. fr. pp. 113, 151). Por ejemplo, Introducción francesa [de Gilles Lane]: pp. 15, 16, 19, 20, 25, 26.

      7 Lo que obliga en ocasiones a Austin a reintroducir el criterio de la verdad en la descripción de los performativos. Cf., por ejemplo, pp. 87 y 133 (tr. fr. pp. 73 y 107).

      * Traducción modificada. La versión en español remitida prescinde de la oración: “para contraer matrimonio (cristianamente) es esencial que no esté casado con una mujer viva, que esté espiritualmente sano y no divorciado, etc.”. En su lugar, se lee: “para asumir el cargo es esencial que yo reúna los requisitos correspondientes, etc.” Cf., Austin, J. L. How to do things with words. London: Oxford University Press, 1962, p. 8. [N. del T.].

      8 Austin, J. L. Op. Cit., pp. 48-50.

      9 El valor muy sospechoso de lo “no-serio”, es un recurso muy frecuente (véase, por ejemplo pp. 148, 177 [tr. fr. pp. 116, 130]). Tiene una conexión esencial con lo que Austin, en otros lugares, dice de la oratio obliqua (p. 115 [tr. fr. p. 92]) o del mimo.

      10 Desde este punto de vista, se puede interrogar el hecho, reconocido por Austin (p. 111 [tr. fr. p. 89]), de que “es muy común que la misma oración sea empleada en diferentes ocasiones de ambas maneras, esto es, de manera realizativa y constatativa. Esto parece no tener remedio si hemos de dejar a las expresiones lingüísticas tal como están y nos obstinamos en buscar un criterio” (p. 111 [Trad. modificada]). Es la raíz grafemática de la citacionalidad (iterabilidad) lo que provoca este desconcierto y hace que “muy probablemente, ni siquiera –dice Austin– se pueda enunciar una lista exhaustiva de todos los criterios posibles” (Ídem [Trad. modificada]).

      * La expresión “doublure” hace señas tanto al doble del teatro lírico o del ballet, es decir, al artista secundario que está listo para reemplazar al actor principal, por ejemplo en escenas peligrosas, así como al forro interior de una prenda o un telón (ridueu). Sobre el doublure, véase, por ejemplo, Derrida, J. La diseminación (trad. José Manuel Arancibia). Madrid: Fundamentos, 1977, p. 14 (La Dissémination. Paris: Seuil, 1972, p. 14). [N. del T.].

      * Si bien “source” puede ser traducido por “fuente”, hemos preferido la voz “origen” pues “source de l’énonciation” no es sino la traducción de Gilles Lang para “the utterance-origin”. Localizamos, pues, la cita de J. L. Austin:

      “Where there is not, in the verbal formula of the utterance, a reference to the person doing the uttering, and so the acting, by means of the pronoun ‘I’ (or by his personal name), then in fact he will be ‘referred to’ in one of two ways:

       (a) In verbal utterances, by his being the person who does the uttering-what we may call the utterance-origin which is used generally in any system of verbal reference co-ordinates.

      (b) In written


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