El derecho ya no es lo que era. Группа авторов
64. K. Bruno, «El fracaso del marketing de Monsanto»: The Ecologist, 5/28 (1998), p. 42.
65. S. Sethi, Globalization and self-regulation: The crucial role that corporate codes of conduct play in global business, Springer, Berlín, 2011, pp. 11-12.
66. Vid. C. A. Rodríguez-Garavito, «Global governance and labor rights: Codes of conduct and anti-sweatshop struggles in global apparel factories in Mexico and Guatemala»: Politics & Society, 2/33 (2005), pp. 203-333. Especialmente tabla 1.
67. Se puede acceder a estos informes a través de la página web de la organización: https://www.workersrights.org/our-work/factory-investigations/.
68. Vid. http://www.wrapcompliance.org/sp/about-wrap (fecha de acceso: 9 de junio de 2020). Sobre el significado de la compliance, puede verse el texto de Nicolás García Rivas en este mismo volumen.
69. C. A. Rodríguez-Garavito, «Global governance and labor rights», cit., tabla 1.
70. El día 24 de abril se vino abajo el edificio Rana Plaza en Dhaka, capital de Bangladesh, una construcción de ocho plantas en las que se habían instalado cinco talleres textiles. El desastre causó 1134 muertos y más de 2000 personas resultaron heridas, en su mayoría mujeres. La presencia de grietas en el edificio había sido denunciada reiteradamente por las trabajadoras a las que las empresas obligaron a continuar en sus puestos sin tomar ningún tipo de medidas preventivas. El escándalo que provocó la debacle alcanzó dimensiones globales porque las factorías instaladas en el Rana Plaza fabricaban productos para transnacionales que comercializan marcas conocidas como Zara (Inditex), Mango, El Corte Inglés, HM y una veintena de empresas más. Fue necesario buscar etiquetas entre los escombros para poder averiguar para quiénes cosían aquellas mujeres que encontraron la muerte de una forma tan espantosa. Redes de organizaciones como Clean Clothes Campaign (Campaña Ropa Limpia) evitaron que se echase tierra sobre el asunto, captaron de forma sostenida la atención del público acerca de las condiciones en que son elaboradas prendas de marcas que usamos habitualmente y consiguió que se establecieran unos compromisos vinculantes por parte de las empresas textiles acerca de las condiciones de trabajo en sus factorías, así como una mejora de la legislación laboral del país asiático.
71. WRAP, Constructive dialogues: Examining social compliance programs through conversations with stakeholders, 2014 [En línea]: http://www.wrapcompliance.org/documents/WRAP_Stakeholder_Report.pdf [fecha de acceso: 9 de junio de 2020].
72. T. Bartley, S. Koos et al., Looking behind the label: Global industries and the conscientious consumer, Indiana University Press, Bloomington, 2015, p. 151. Ver también pp. 162 y 173.
73. R. Shamir, «La responsabilidad social empresarial: un caso de hegemonía y contrahegemonía», en El derecho y la globalización desde abajo: hacia una legalidad cosmopolita, Anthropos, Barcelona, 2007, p. 97.
74. La autora que más ha profundizado en este tema es la profesora Darnaculleta, que ya realizó su tesis doctoral sobre la autorregulación regulada y luego ha publicado diversos estudios sobre el tema. Vid. M. M. Darnaculleta i Gardella, Derecho administrativo y autorregulación: La autorregulación regulada, Universitat de Girona, 2002 [En línea]: https://dugi-doc.udg.edu/bitstream/handle/10256/4787/tmdg.pdf?sequence=12 e Íd., «La autorregulación y sus fórmulas como instrumentos de regulación de la economía»: Revista General de Derercho Administrativo, 20 (2009), pp. 1-36.
75. J. L. Borges, «El idioma analítico de John Wilkins», en Otras inquisiciones, Emecé, Buenos Aires, 1952, p. 61.
76. Suponiendo que algún animal pueda quedar excluido de la clasificación, al ser «etcétera» una de las categorías utilizadas en la misma, creo que se podría argumentar que los animales excluidos de la clasificación estarían incluidos en ella, con lo que se produciría la típica paradoja que se da cuando utilizamos expresiones referidas a sí mismas sin distinguir entre lenguaje y metalenguaje. Definir intensivamente el conjunto «incluidos en esta clasificación» conlleva necesariamente la definición intensiva del conjunto «no-incluidos» o «excluidos» de esta clasificación, con lo que «no-incluidos en esta clasificación» sería una categoría (implícita, pero lógicamente necesaria) de la tipología. Por consiguiente, los animales no incluidos en esta clasificación estarían incluidos en la misma, lo que constituye una paradoja.
77. Todo este conjunto de categorías aparece en M. M. Darnaculleta i Gardella, «La autorregulación y sus fórmulas como instrumentos de regulación de la economía», cit.
78. J. R. Capella, Fruta prohibida. Una aproximación histórico-teorética al estudio del derecho y del estado, Trotta, Madrid, 52008, p. 320. Ver también pp. 319-322.
79. R. Mayntz, «Governance en el Estado moderno»: Postdata, 11 (2006), p. 103.
80. M. Crozier, S. P. Huntington et al., The crisis of democracy, New York University Press, Nueva York, 1975, vol. 70.
81. J. A. Estévez Araújo, «La creación y aplicación del derecho en la gobernanza: el caso del Open Method of Coordination (OMC)»: Sociologia del diritto: Rivista quadrimestrale fondata da Renato Treves, 3/42 (2015), pp. 63-80.
82. J. Habermas, Teoría de la acción comunicativa, Trotta, Madrid, 32018.
83. M. C. Dorf y C. F. Sabel, «A Constitution of Democratic Experimentalism»: Columbia Law Review, 2/98 (1998), p. 309.
84. En realidad, el término bootstrapping surgió de otra versión de la historia en la que el barón sale del pantano tirando de los cordones (straps) de sus botas (boots). Originariamente, el libro se publicó anónimamente en inglés en 1785, pero no se conserva ningún ejemplar de esa edición. Las aventuras tuvieron tanto éxito que un año después, en 1876, salió a la luz una segunda edición con el largo título de Narración de los maravillosos viajes y campañas en Rusia del Barón Münchausen; humildemente dedicada y