La participación comunitaria en la formulación del plan decenal de soberanía y seguridad alimentaria y nutricional, Nariño 2010-2019. Estudio de caso. Alejandra Lizseth Álvarez Alvear
principalmente la construcción de proyectos. A esto se suma un componente dirigido a dar pautas para la consolidación de grupos de trabajo alrededor de la SAN, para lo cual se relacionan los diferentes acuerdos y la normatividad existente a nivel nacional e internacional, y se describen algunos espacios de trabajo que se estiman relevantes, como los consejos de política social, los comités departamentales y municipales de SAN y los grupos familiares o comunitarios con proyectos de autoconsumo.
De este último desarrollo que el texto presenta deben destacarse dos situaciones en particular En primer lugar, al describir los comités de SAN se les define como un equipo integrado por diferentes sectores en el marco de la articulación institucional e intersectorial, donde los integrantes además tienen claridades conceptuales y están abiertos a escuchar propuestas comunitarias. En este orden de ideas, se puede entender que estos comités no tienen una representación efectiva de la comunidad y de las organizaciones comunitarias, pues su referencia principal es hacia las instituciones. Esto sería una posible barrera que se profundiza al establecer como prerrequisito la claridad conceptual, premisa que podría contribuir a la exclusión de un importante sector de la comunidad que, aunque claramente conoce a través de sus vivencias y experiencias lo que implica la SAN –y sobre todo la Insan–, posiblemente no domine los conceptos técnicos institucionalizados. Esto se correlaciona con la segunda situación, en la que se encuentra una ubicación tradicional de la familia y la comunidad en el rol de generadores de proyectos solo al nivel de autoconsumo, y sin la posibilidad de incidir en las políticas, los programas y proyectos que afectan todos los ámbitos de la SAN.
En conclusión, puede decirse que el enfoque de participación expuesto en este documento intenta comprender y visualizar la participación como un proceso en el que los diferentes actores de la comunidad se encuentran, en efecto, presentes, pero con diferentes roles, puesto que se resta importancia a la forma en que sus ideas inciden en la construcción de los planes de SAN. De hecho, es evidente que el nivel de decisión es lejano a la comunidad, y que incluso en un nivel de participación llamado decisión, esta debe validarse posteriormente con los entes institucionales. De allí que el enfoque de articulación intersectorial, muy resaltado en el documento, corrobora el rol de las instituciones como principales generadoras de acciones en política, pero, a la vez, de entes canalizadores del potencial ideario de la comunidad.
1.1.2. Experiencias de participación en SAN
• Experiencia de la Escuela Líderes Gestores y Notificadores en Seguridad Alimentaria y Nutricional.
El trabajo de grado de Guzmán Romero (2012) permite conocer la experiencia de la Escuela Líderes Gestores de la localidad de Kennedy en Bogotá. Esta escuela nace como uno de los proyectos de extensión de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia. Como una idea gestada desde el Observatorio de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Universidad Nacional (Obssan-UN), se ha desarrollado en diferentes localidades de Bogotá y en otras ciudades del país, adaptándose y repensándose desde el particular contexto de cada región y con el apoyo de diferentes organizaciones e instituciones.
En el caso de la Localidad de Kennedy, la escuela
busca fortalecer la creación de Tejido Social a nivel barrial, está dirigida a líderes comunitarios reconocidos en los diferentes barrios de la Localidad Kennedy, y está pensada para brindar herramientas técnicas para la búsqueda de soluciones a las problemáticas de inseguridad alimentaria y nutricional que sufre la Localidad, partiendo del reconocimiento y gestión de alternativas de solución pertinentes y costo-efectivas Guzmán Romero (2012)
La escuela se desarrolló en espacios presenciales cada quince días, que incluyeron no solo el desarrollo de conceptos por parte de docentes y profesionales, sino también importantes espacios de discusión grupal que se sumaron a la realización de actividades prácticas dentro del territorio cotidiano de cada gestor. De esta forma, se trabajaban temas como la planeación gestión participativa, la formulación y gestión de proyectos, indicadores, participación y gestión local, el derecho a la alimentación y metodologías para la medición de la SAN.
Este trabajo de formación de gestores, según se identifica en el documento, ha permitido el fortalecimiento de habilidades desde el ámbito personal, en lo referente a la capacidad de hablar en público y expresar ideas, así como el aprendizaje del uso de herramientas tecnológicas de comunicación. En el ámbito institucional, los participantes reconocen sus derechos, las vías de exigibilidad, las instituciones y los servicios que prestan. A nivel metodológico, conocen y aplican herramientas para la medición de la SAN, pero también los procesos de formulación y gestión de proyectos, teniendo como marco la participación comunitaria, pues reconocen que la participación en la política pública es fundamental para el mejoramiento de la situación de su comunidad.
Así, tanto Jennifer Guzmán –en su posición de investigadora– como los propios gestores, reconocen la adquisición, no solo de conocimientos sino de habilidades alrededor de los derechos, de la SAN y de la política pública, que proporcionan confianza, autonomía y empoderamiento, en la esfera de exigibilidad del derecho a la alimentación, y especialmente en la formulación y socialización de propuestas comunitarias en pro de la SAN, todo en el marco de una concepción amplia e integral de la SAN y los derechos.
En conclusión, esta experiencia muestra el empoderamiento como una importante vía hacia el fortalecimiento de la participación comunitaria, la formación de actores comunitarios que participan de forma activa en la identificación de sus problemáticas, pero también para la formulación de soluciones desde sus experiencias. Es, quizá, una forma de trascender, de la concepción de participación como un requisito técnico de las políticas, hacia una participación en donde la comunidad sea protagonista y motive procesos de transformación social.
• A construção social de un sistema público de segurança alimentar e nutricional. A experiencia brasileira (Leão y Maluf, 2012)
Brasil ha tenido un importante recorrido en el campo de la implementación de políticas públicas orientadas a la garantía de la soberanía y seguridad alimentaria y nutricional y el derecho humano a la alimentación. En este sentido, el documento A construção social de un sistema público de segurança alimentar e nutricional. A experiencia brasileira presenta una nueva gobernanza para la eliminación progresiva del hambre y la pobreza. Además, allí se expone la forma en que las políticas de SAN han integrado la participación social.
En el marco de un proceso de redemocratización del país iniciado desde 1980, que permitió formar nuevas relaciones entre el Estado y la sociedad civil, y el establecimiento de nuevas formas de participación en las políticas públicas (por medio de los consejos de control social de políticas), se inicia el proceso de construcción de políticas públicas de SAN para el país, camino en el que toma importancia la formulación de una propuesta de Política Nacional de Seguridad Alimentaria para Brasil, elaborada por el movimiento de la sociedad civil llamado Gobierno Paralelo. Posteriormente, y en el marco de una situación social crítica, en alianza con otros militantes y especialistas en el tema, se formula el Proyecto Fome Zero (Hambre Cero) con la intención de contribuir a la construcción de una política nacional de SAN, propuestas que solo en el gobierno de Lula son adoptadas, iniciando un trabajo que abarca el combate del hambre y la pobreza, y la apertura de espacios para asegurar este tipo de políticas; de ahí que para 2006 se promulga la Ley Orgánica de Seguridad Alimentaria (Losan), y a través de ella se crea el Sistema de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sisan).
Según el documento en mención, el Sisan –un sistema que reúne a los diversos sectores del gobierno para coordinar las políticas alrededor de la SAN–, más que el resultado de una decisión del gobierno de turno, resulta de décadas de movilización y lucha social. Así entonces, desde el abordaje de los derechos humanos, ha colocado la dignidad humana y su empoderamiento en el centro de la discusión, puesto que dentro de sus intereses estuvo la creación de espacios para la participación y el control social en la formulación, implementación y monitoreo de las acciones de política, por medio de los Consejos de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Consea), que se proyectan en Brasil como plataformas políticas que permiten el encuentro de la sociedad civil y el Estado.
Aunque estos