Proceso de industrialización en Colombia. Carlos Alberto Restrepo Rivillas
y la mayoría de los centros de investigación prolongaron su enfoque coyuntural. La opinión general mantuvo la idea que el país podía seguir con su senda de crecimiento económico si hacía un ajuste fiscal con base en una reducción del gasto público, el mantener la inflación estable y reducir la pobreza. Los temas estratégicos de largo plazo se redujeron a los mecanismos que garantizaran los flujos de inversión extranjera y la reducción de la presión tributaria a las empresas. La desindustrialización se percibió como un tema superado o de poca importancia para el país, y las opiniones de los gremios económicos dieron a entender que para los empresarios el tema no era significativo. A diferencia de los planteamientos que se realizaban en otros países, en Colombia se exhortó a profundizar las políticas que incentivaran la inversión en el sector minero, en la agroindustria y la ganadería, o en el mejor de los casos, en la economía naranja.
Si bien la intranquilidad surgió de la desindustrialización, entendida como la pérdida de participación del sector de industria manufacturera en el valor agregado, la composición de las exportaciones y la incapacidad de las economías subdesarrolladas para aislar los efectos del ciclo del comercio internacional, las facultades de Administración de Empresas y Economía de la Universidad Externado de Colombia son de la opinión que el país tiene que considerar que el tema de la industria es, en sí mismo, fundamental para la estrategia de desarrollo de largo plazo del país al menos por tres razones.
La primera, porque existe evidencia que la productividad y la competitividad de toda la economía tiene como una de sus fuentes la manufactura moderna, es decir, la dinámica de ramas de la producción como la electrónica, la química, la farmacéutica o del material y equipo científico. Estas ramas tienen alta integración vertical y horizontal, inducen economías de escala y halan la investigación tecnológica y científica, aspecto crucial en el desarrollo y cambio tecnológico del país.
La segunda, dados los enlaces interindustriales, la manufactura incrementa el valor agregado y es un sector que demanda un volumen nada despreciable de empleo directo e indirecto, tanto calificado como no calificado. Una política que asuma como objetivo reducir la tasa de desempleo de corto y largo plazo debe tener dentro de su estrategia el impulso a actividad manufacturera como uno de los motores de la demanda agregada y la generación de nuevos puestos de trabajo.
Y la tercera, si una de las inquietudes es la estabilidad macroeconómica, el sector industrial, por las dos razones anteriores y por sus efectos sobre el balance externo, es parte del núcleo del diseño y ejecución de la política económica. La producción manufacturera interna disminuye la presión sobre la canasta importadora, lo que contribuye al ahorro de divisas y a disminuir el desequilibrio en cuenta corriente, recuérdese que las importaciones manufactureras, agregación CUCI, participan en un 80,0 % promedio anual entre 1995 y 2020. Además, el sector aporta una parte significativa de los impuestos indirectos, en especial el IVA, importante para alcanzar el equilibrio fiscal. Y, por último, los bienes manufacturados tienen un peso del orden del 36,0 % en la canasta del consumidor, importante para el control de la inflación.
Ante esta importancia y el discurrir de los hechos económicos se consideró que la Universidad Externado de Colombia podía congregar a un grupo de académicos para que, desde diferentes perspectivas, contribuyeran a esclarecer aspectos fundamentales sobre la dinámica de la industria en Colombia. El objetivo es contribuir a entender el desarrollo de la industria manufactura durante el último medio siglo, de manera que se obtengan conclusiones fundadas en el análisis y que den luces sobre las acciones que permitan mantener los avances y superar las dificultades que enfrenta el sector manufacturero en el mediano y largo plazo.
La convocatoria recibió propuestas de varios investigadores de diferentes universidades y centros académicos del país. Evaluados los trabajos, se optó por publicar dos volúmenes, el primero se dedica al proceso de industrialización con tema central el desempeño y las condiciones institucionales en que se ha desenvuelto la manufactura del país; y el segundo tiene como eje el crecimiento y la competitividad del sector industrial.
Este primer volumen se divide en tres partes. La primera mira los elementos macroeconómicos y su relación con el sector industrial:
– El capítulo “Las restricciones de la balanza de pagos en el crecimiento colombiano (1960-2016)” que, a partir de la ley de Thirlwall, centra la atención sobre los efectos de largo plazo de la restricción externa sobre el crecimiento económico, esto es, que el equilibrio de largo plazo de la balanza de pagos es la restricción principal para el crecimiento económico, dado que debe mantener los niveles de deuda compatibles con dicho equilibrio para no caer en crisis. El trabajo concluye que para el período en consideración se cumplió con la ley, que el crecimiento lo restringe la balanza de pagos. Al estudiar por subperíodos, fijando como momento de cambio a 1990, año en que cambiaron los principios que guiaron el diseño de la política económica, los autores encuentran que entre 1960 y 1990, período en el que la política se guio por la protección a la industria nacional como garantía de la estabilidad macroeconómica, el país presentó mayores tasas de crecimiento y los bienes industriales participaron en mayor proporción en la canasta exportadora frente al segundo. El período 1991-2016, cuando la política buscó incrementar la productividad y competitividad del sector industrial con base en la competencia internacional, las tasas de crecimiento de las importaciones fueron superior al de las exportaciones, lo que dejó una apertura “hacia adentro”. En ambos periodos se valida nuevamente la ley.
– Y el capítulo “Evolución de las relaciones interindustriales en Colombia desde 1970 a 2010” concentra el análisis en los encadenamientos que tiene el sector de industria manufacturera y los efectos sobre el crecimiento de los demás sectores económicos con el uso de las técnicas de los multiplicadores de la matriz insumo-producto. Su autor concluye que la economía nacional perdió integración entre las ramas de la producción. Entre 1969 y 1985, la producción estaba más integrada y la industria manufacturera desempeñó el papel principal con las ramas de mayor encadenamiento, como los productos metálicos de base y elaborados, papel e imprenta, textiles y confecciones, y químicos y caucho. Luego, entre 1990 y 2000, las relaciones interindustriales se modificaron de manera radical y el sector industrial perdió importancia, aun cuando mantuvo algunos encadenamientos que contribuyeron al crecimiento sectorial y agregado. Y en el período 2005-2010, el país no tiene propensión a la producción de bienes intermedios y finales. La industria fue desplazada por el sector servicios.
La segunda parte reúne los trabajos sobre los aspectos de ciencia y tecnología en la industria:
– “El papel de la política de ciencia, tecnología e innovación en la productividad de la industria manufacturera colombiana” examina los efectos en la industria manufacturera de la política de financiamiento para el crecimiento de la productividad, la cual hace parte de la política de ciencia, tecnología e innovación. El análisis se realiza con base en la estimación del modelo de productividad de Hall, al que se le incorpora la innovación, la que se estima con un método de frontera estocástica, para luego, con una estimación con dato panel, calcular los determinantes de la innovación de las firmas y el papel que juega la política pública. El trabajo concluye que la política incentiva la innovación y mejora la productividad de las firmas, pero que las firmas intensivas en capital tienden a ser menos innovadoras.
– En el capítulo “El patentamiento en Colombia. Una mirada a las dinámicas de invención entre 1950 y 2015” se muestra que entre 1950 y 2015, del total de patentes, un 58 % fueron desarrollos de solicitantes colombianos, un 36 % por solicitantes extranjeros y el restante por nacionales y extranjeros, lo que indica la importancia del aporte extranjero en el progreso tecnológico e innovación en el país. Las innovaciones nacionales, en su mayoría, fueron realizadas por inventores sin