Proceso de industrialización en Colombia. Carlos Alberto Restrepo Rivillas
Cada país genera las condiciones particulares que facilitan o limitan la capacidad de las empresas y los sectores para apropiar ese conocimiento y traducirlo en ventajas. Se ha identificado que entre esas condiciones están la estructura macroeconómica, la disponibilidad de factores especializados y las instituciones (Porter, 2017).
Como un aporte a la comprensión de los desafíos que Colombia enfrenta para consolidar una política industrial efectiva, la presente obra pretende, entonces, brindar, desde una perspectiva multidisciplinar, un panorama acerca de lo que ha sido el comportamiento de la industria del país desde tres elementos de su entorno: las condiciones macroeconómicas, la ciencia y tecnología, y las condiciones institucionales. Ciertamente, la obra muestra que cada uno de ellos ha afectado de manera directa e indirecta el desempeño de la industria, pero, al mismo tiempo, los sectores industriales colombianos también han actuado para reconfigurar esos entornos.
De esta forma, el texto busca reflexionar y presentar nuevas explicaciones sobre las características del proceso de industrialización colombiano y sus principales determinantes, y entender las polémicas presentes, sus cuellos de botella y potencialidades, para así aportar a preguntas como ¿cuál ha sido el desempeño reciente de la industria nacional?, ¿es estructural la desaceleración de su dinámica? y ¿qué tan cierto es el estancamiento relativo de la diversificación productiva y el agotamiento tecnológico?
CARLOS ALBERTO RESTREPO RIVILLAS
EDNA CAROLINA SASTOQUE RAMÍREZ
ISIDRO HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CHAMBERLIN, E. H. (1933). The Theory of Monopolistic Competition. Cambridge: Harvard University Press.
MARSHALL, A., & MARSHALL, M. (1879). The economics of industry. Nueva York: MacMillan & Co.
PORTER, M. (2017). Ser competitivos. Barcelona: Paidós Empresa.
SCHERER, F. M. (1970). Industrial Market Structure and Economic Performance. Skokie: Rand McNally & Co.
JORGE SÁENZ CASTROb
GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZc
JORGE IVÁN GONZÁLEZd
1. INTRODUCCIÓN
En la explicación del crecimiento económico de los países, la literatura económica ha presentado dos grandes líneas de interpretación. Por un lado, la de quienes sustentan el crecimiento a través de la oferta1 y, por el otro, la de quienes privilegian el lado de la demanda2.
Entre las diversas aproximaciones, se destaca el análisis del vínculo entre el crecimiento económico y el comercio internacional. Desde esta mirada es importante la llamada ley de Thirlwall: el equilibrio de la tasa de crecimiento de la balanza de pagos está determinado por la dinámica de las exportaciones comparada con la elasticidad ingreso de la demanda de importaciones y esta, a su vez, está relacionada con el multiplicador de comercio exterior de Harrod (Thirlwall 1979a y 1979b). En condiciones ideales, el ritmo de crecimiento debe ir a la par con el equilibrio de la balanza de pagos.
Para Thirlwall (2003), el crecimiento económico de largo plazo de un país resulta del cociente entre la tasa de crecimiento de sus exportaciones y la elasticidad ingreso de sus importaciones.
La única solución segura y de largo plazo para aumentar la tasa de crecimiento de los países consistente con el equilibrio en cuenta corriente de balanza de pagos es el cambio estructural que incrementa las exportaciones y reduce las importaciones. Estamos de regreso a las ideas de Raúl Prebisch y la cuestión de la política industrial más apropiada para los países, y el papel del proteccionismo (Thirlwall 2003, p. 105).
Thirlwall comparte con Harrod (1970 [1939]) la idea de que en economías abiertas el principal factor exógeno son las exportaciones, que estimulan la demanda y la productividad (McCombie & Thirlwall 1997). La dinámica de la economía no depende solamente de la demanda interna sino también de las exportaciones. También retoma los postulados sobre comercio internacional formulados por Prebisch (1950) en el contexto del estructuralismo latinoamericano.
De acuerdo con la ley de Thirlwall, la actividad exportadora consolida la demanda y garantiza un crecimiento de largo plazo3. Algunos de los elementos centrales de la discusión alrededor de la ley de Thirwall han sido:
– En los ejercicios empíricos se examina si la ley de Thirlwall se cumple en el corto o en el largo plazo. Este debate ha sido frecuente porque siempre se puede poner en tela de juicio el período de análisis. En los cálculos que se proponen más adelante se hacen traslapes de 15 años para mostrar distintas alternativas de periodización. De todas maneras, es claro que este tipo de aproximación no resuelve el problema fundamental, relacionado con la definición del período de tiempo más adecuado para evaluar los postulados de Thirlwall.
– No se le da suficiente relevancia al papel que cumplen los commodities, sobre todo en los países que no han alcanzado altos niveles de desarrollo. Las estructuras, tanto de las exportaciones como de las importaciones, tienen una incidencia relevante en el crecimiento. Obviamente, no es lo mismo exportar petróleo crudo que gasolina refinada. Mientras más se avance en el conocimiento de estas estructuras, se tendrán mejores elementos para entender la dinámica de las economías. Los efectos multiplicadores son muy diferentes dependiendo del bien que se exporte.
– La elasticidad del ingreso de las importaciones se puede deber a factores diversos y no necesariamente a cambios en la capacidad productiva. La diferenciación de las diversas causalidades seguirá siendo un reto analítico.
– La inclusión de la balanza básica, en vez de la cuenta corriente de la balanza de pagos, en las estimaciones de la “ley” puede ser útil y aplicable al caso de economías pequeñas y de los países menos desarrollados que dependen de los flujos financieros internacionales4.
La formulación de Thirlwall se puede analizar de diversas maneras, según las variables explicativas que se utilicen5. Si se incluyen solo los componentes de la cuenta comercial de la balanza de pagos (exportaciones e importaciones), se habla de “regla simple” debido a que se parte del supuesto de que hay equilibrio en la cuenta corriente y los términos de intercambio son constantes. Pero si se introduce, además, el flujo de la cuenta de capitales, se hace referencia a los “modelos extendidos”. En esta investigación no se explora la versión extendida de dicha ley, porque los efectos de largo plazo de la entrada de capitales generan dinámicas endógenas especialmente complejas. El análisis se centra, entonces, en los movimientos de la cuenta comercial.
En Colombia es pertinente hacer la distinción entre dos períodos. El primero va desde 1960 hasta 1990, y el segundo desde 1991 hasta 2016. La dinámica de la economía fue mejor durante el primer período. En estos años, la tasa de crecimiento del PIB (promedio anual) fue de 4,48 %. En el segundo período, el crecimiento fue de 3,35 % y, además, se agudizó el déficit en la balanza en la cuenta comercial, que pasó, entre los dos períodos, de un promedio positivo de 0,51 % del PIB a uno negativo de -3,33 % (tabla 3). Y, finalmente, en el segundo período, las tasas de crecimiento del consumo y de la inversión fueron