El Criterio. Balmes Jaime Luciano
á conocer desde luego por la curiosidad de examinar, por la discrecion de las preguntas, y la facilidad en comprender la construccion que está contemplando. Leedles un trozo poético, y si hay entre ellos algun Garcilaso, Lope de Vega, Ercilla, Calderon ó Melendez, veréis chispear sus ojos, conoceréis que su corazon late, que su mente se agita, que su fantasía se inflama bajo una impresion que él mismo no comprende.
Cuidado con trocar los papeles: de dos niños extraordinarios es muy posible que formeis dos hombres muy comunes. La golondrina y el águila se distinguen por la fuerza y lijereza de sus alas; y sin embargo jamas el águila pudiera volar á la manera de la golondrina, ni esta imitar á la reina de las aves.
El tentate diu quid ferre recusent, quid valeant humeri, que Horacio inculca á los escritores, puede igualmente aplicarse á cuantos tratan de escoger una profesion cualquiera3.
CAPÍTULO IV
§ I
Para mayor claridad, dividiré los actos de nuestro entendimiento en dos clases: especulativos y prácticos. Llamo especulativos los que se limitan á conocer; y prácticos los que nos dirigen para obrar.
Cuando tratamos simplemente de conocer alguna cosa, se nos pueden ofrecer las cuestiones siguientes: 1ª. si es posible ó no; 2ª. si existe ó no; 3ª. cuál es su naturaleza, cuáles sus propiedades y relaciones. Las reglas que se den para resolver con acierto dichas tres cuestiones, comprenden todo lo tocante á la especulativa.
Si nos proponemos obrar, es claro que intentamos siempre conseguir algun fin; de lo cual nacen las cuestiones siguientes: 1ª. cuál es el fin; 2ª. cuál es el mejor medio para alcanzarle.
Ruego encarecidamente al lector que fije la atencion sobre las divisiones que preceden, y procure retenerlas en la memoria; pues ademas de facilitarle la inteligencia de lo que voy á decir, le servirá muchísimo para proceder con método en todos sus pensamientos.
§ II
Posibilidad. La idea expresada por esta palabra es correlativa de la de imposibilidad, pues que la una envuelve necesariamente la negacion de la otra.
Las palabras posibilidad é imposibilidad, expresan ideas muy diferentes, segun se refieren á las cosas en sí, ó á la potencia de una causa que las pueda producir. Sin embargo, estas ideas tienen relaciones muy intimas, como veremos luego. Cuando se consideran la posibilidad ó imposibilidad, solo con respecto á un ser, prescindiendo de toda causa, se las llama intrínsecas; y cuando se atiende á una causa, se las denomina extrínsecas. A pesar de la aparente sencillez y claridad de esta division, observaré que no es dable formar concepto cabal de lo que significa, hasta haber descendido á las diferentes clasificaciones que expondré en los párrafos siguientes.
A primera vista se podrá extrañar que se explique primero la imposibilidad que la posibilidad; pero reflexionando un poco, se nota que este método es muy lógico. La palabra imposibilidad, aunque suena como negativa, expresa no obstante muchas veces una idea que á nuestro entendimiento se le presenta como positiva: esto es, la repugnancia entre los objetos, una especie de exclusion, de oposicion, de lucha, por decirlo así: por manera que en desapareciendo esta repugnancia, concebimos ya la posibilidad. De aquí nacen las expresiones de «esto es muy posible, pues nada se opone á ello;» «es posible, pues no se ve ninguna repugnancia.» Como quiera, en sabiendo lo que es imposibilidad, se sabe lo que es la posibilidad, y vice-versa.
Algunos distinguen tres clases de imposibilidad: metafísica, física y moral. Yo adoptaré esta division, pero añadiendo un miembro, que será la imposibilidad de sentido comun. En su lugar se verá la razon en que me fundo. Tambien advertiré, que tal vez seria mejor llamar imposibilidad absoluta á la metafísica; natural á la física; y ordinaria á la moral.
§ III
La imposibilidad metafísica ó absoluta, es la que se funda en la misma esencia de las cosas, ó en otros términos, es absolutamente imposible aquello que, si existiese, traeria el absurdo de que una cosa seria y no seria á un mismo tiempo. Un círculo triangular es un imposible absoluto, porque fuera círculo y no círculo, triángulo y no triángulo. Cinco igual á siete, es imposible absoluto, porque el cinco seria cinco y no cinco, y el siete seria siete y no siete. Un vicio virtuoso es un imposible absoluto, porque el vicio fuera y no fuera vicio á un mismo tiempo.
§ IV
Lo que es absolutamente imposible no puede existir en ninguna suposicion imaginable; pues, ni aun cuando decimos que Dios es todopoderoso, entendemos que pueda hacer absurdos. Que el mundo exista y no exista á un mismo tiempo, que Dios sea y no sea, que la blasfemia sea un acto laudable, y otros delirios por este tenor, es claro que no caen bajo la accion de la omnipotencia; y, como observa muy sabiamente santo Tomas, mas bien debiera decirse que estas cosas no pueden ser hechas, que no que Dios no puede hacerlas. De esto se sigue que la imposibilidad intrínseca absoluta, trae consigo la imposibilidad extrínseca tambien absoluta: esto es, que ninguna causa puede producir lo que de suyo es imposible absolutamente.
§ V
Para afirmar que una cosa es absolutamente imposible es preciso que tengamos ideas muy claras de los extremos que se repugnan; de otra manera hay riesgo de apellidar absurdo lo que en realidad no lo es. Hago esta advertencia para hacer notar la sinrazon de los que condenan algunos misterios de nuestra fe, declarándolos absolutamente imposibles. El dogma de la Trinidad y el de la Encarnacion son ciertamente incomprensibles al débil hombre; pero no son absurdos. ¿Cómo es posible un Dios trino, una naturaleza y tres personas distintas entre sí, idénticas con la naturaleza? Yo no lo sé; pero no tengo derecho á inferir que esto sea contradictorio. ¿Comprendo por ventura lo que es esta naturaleza, lo que son esas personas de que se me habla? No: luego cuando quiero juzgar si lo que de ellas se dice es imposible ó no, fallo sobre objetos desconocidos. ¿Qué sabemos nosotros de los arcanos de la divinidad? El Eterno ha pronunciado algunas palabras misteriosas para ejercitar nuestra obediencia, y humillar nuestro orgullo; pero no ha querido levantar el denso velo que separa esta vida mortal del océano de verdad y de luz.
§ VI
La imposibilidad fisica ó natural, consiste en que un hecho esté fuera de las leyes de la naturaleza. Es naturalmente imposible que una piedra soltada en el aire no caiga al suelo, que el agua abandonada á sí misma no se ponga al nivel, que un cuerpo sumergido en un fluido de menor gravedad no se hunda, que los astros se paren en su carrera; porque las leyes de la naturaleza prescriben lo contrario. Dios, que ha establecido estas leyes, puede suspenderlas; el hombre no. Lo que es naturalmente imposible, lo es para la criatura, no para Dios.
§ VII
¿Cuándo podremos afirmar que un hecho es imposible naturalmente? En estando seguros de que existe una ley que se opone á la realizacion de este hecho, y que dicha oposicion no está destruida ó neutralizada por otra ley natural. Es ley de la naturaleza que el cuerpo del hombre, como mas pesado que el aire, caiga al suelo en faltándole el apoyo; pero hay otra ley por la cual un conjunto de cuerpos unidos entre sí, que sea específicamente ménos grave que aquel en que se sumerge, se sostenga y hasta se levante, aun cuando alguno de ellos sea mas grave que el fluido; luego unido el cuerpo humano á un globo aerostático dispuesto con el arte conveniente, podrá remontarse por los aires, y este fenómeno estará muy arreglado á las leyes de la naturaleza. La pequeñez de ciertos insectos no permite que su imágen se pinte en nuestra retina de una manera sensible; pero las leyes á que está sometida la luz hacen que por medio de un vidrio se pueda modificar la direccion de sus rayos
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Pág. 14. – Un hombre dedicado á una profesion para la cual no ha nacido, es una pieza dislocada: sirve de poco, y muchas veces no hace mas que sufrir y embarazar. Quizas trabaja con celo, con ardor; pero sus esfuerzos ó son impotentes, ó no corresponden ni con mucho á sus deseos. Quien haya observado algun tanto sobre este particular, habrá notado fácilmente los malos efectos de semejante dislocacion. Hombres muy bien dotados para un objeto, se muestran con una inferioridad lastimosa cuando se ocupan de otro. Uno de los talentos mas sobresalientes que he conocido en lo tocante á ciencias morales y políticas, le considero mucho ménos que mediano con respecto á las exactas; y al contrario, he visto á otros de feliz disposicion para adelantar en estas, y muy poco capaces para aquellas.
Y lo singular en la diferencia de los talentos es que aun tratándose de una misma ciencia, los unos son mas á propósito que otros para determinadas partes. Así se puede experimentar en la enseñanza de las matemáticas que la disposicion de un mismo alumno no es igual con respecto á la Aritmética, Algebra y Geometría. En el cálculo, unos se adiestran con facilidad en la parte de aplicacion, miéntras no adelantan igualmente ni con mucho, en la de generalizacion; unos adelantan en la Geometría mas de lo que habian hecho esperar en el estudio del Algebra y Aritmética. En la demostracion de los teoremas, en la resolucion de los problemas, se echan de ver diferencias muy señaladas: unos se aventajan en la facilidad de aplicar, de construir, pero deteniéndose, por decirlo así, en la superficie, sin penetrar en el fondo de las cosas; al paso que otros no tan diestros en lo primero, se distinguen por el talento de demostracion, por la facilidad en generalizar, en ver resultados, en deducir consecuencias lejanas. Estos últimos son hombres de ciencia, los primeros son hombres de práctica; á aquellos les conviene el estudio, á estos el trabajo de aplicacion.
Si estas diferencias se notan en los límites de una misma ciencia, ¿qué será cuando se trate de las que versan sobre objetos los mas distantes entre sí? y sin embargo, ¿quién cuida de observarlas, y mucho ménos de dirigir á los niños y á los jóvenes por el camino que les conviene? A todos se nos arroja, por decirlo así, en un mismo molde: para la eleccion de las profesiones suele atenderse á todo, ménos á la disposicion particular de los destinados á ellas. ¡Cuánto y cuánto falta que observar en materia de educacion é instruccion!
En la acertada eleccion de la carrera no solo se interesa el adelanto del individuo, sino la felicidad de toda su vida. El hombre que se dedica á la ocupacion que se le adapta, disfruta mucho, aun entre las fatigas del trabajo; pero el infeliz que se halla condenado á tareas para las cuales no ha nacido, ha de estar violentándose continuamente, ya para contrariar sus inclinaciones, ya para suplir con esfuerzo lo que le falta en habilidad.
Algunos de los hombres que mas se han distinguido en la respectiva profesion, habrian sido probablemente muy medianos, si se hubiesen dedicado á otra que no les conviniera. Malebranche se ocupaba en el estudio de las lenguas y de la historia, y no daba muestras de ninguna disposicion muy aventajada, cuando acertó á entrar en la tienda de un librero, donde le cayó en manos el
Una cosa semejante le sucedió á Lafontaine. Habia cumplido veinte y dos años, sin dar muestras de abrigar genio poético. No lo conoció él mismo hasta que leyó la oda de Malherbe sobre el asesinato de Enrique IV. Y este mismo Lafontaine que tan alto rayó en la poesía, ¿qué hubiera sido como hombre de negocios? Sus inocentadas que tanto daban que reir á sus amigos, no son muy buen indicio de felices disposiciones para este género.
He dicho que convenia observar el talento particular de cada niño para dedicarle á la carrera que mejor se le adapta: y que seria bueno observar lo que dice ó hace cuando se encuentra con ciertos objetos. Madama Perier, en la
El padre de Pascal deseoso de formar el espíritu de su hijo, fortaleciéndole con otra clase de estudios ántes de pasar al de las matemáticas, hasta evitaba el hablar de geometría en presencia del niño; pero este encerrado en su cuarto, traza figuras con un carbon, y desenvolviendo la definicion de la geometría que habia oido, demuestra hasta la proposicion 32 de Euclides. El genio del eminente geómetra se debatia bajo una inspiracion poderosa, que todavía no era él capaz de comprender.
El célebre Vaucanson se ocupa en examinar atentamente la construccion de un reloj de una antesala donde estaba esperando á su madre; en vez de juguetear, acecha por las hendiduras de la caja, por si puede descubrir el mecanismo: y luego despues se ensaya en construir uno de madera que revela el asombroso genio del ilustre constructor del
Bossuet á la edad de 16 años improvisaba en el palacio de Rambouillet un sermon que por la copia de pensamientos y facilidad de expresion y de estilo, admiraba al concurso compuesto de los talentos mas escogidos que á la sazon contaba la Francia.