Juramento Vaquero: Parte Tres. L.G. Castillo
interrogante. —Será mejor que me preguntes ahora antes de que el sheriff Baker llegue aquí —Con la punta de la botella, señale al par de autos de patrulla en el horizonte.
—¿Qué fue lo que hicieron? No es común de ti hacer algo así sin una buna razón.
Mi mandíbula se tensó mientras la imagen de Cassie cubierta en moretones rojos pasaba por mi cabeza. Tratando de calmarme, tragué la mitad del contenido de la botella antes de hablar.
—La lastimaron Mike. La lastimaron muy mal.
—¿Le pegaron?
Asentí. —Fue más que eso. Ellos…ellos…
Tomé otro sorbo de cerveza. No podía decir las palabras. Por la mirada horrorizada en la cara de Mike, no tenía que hacerlo.
—¿Todos ellos?
—Creo que sí. Estaban todos ahí.
—Jesucristo —murmuró bajo su aliento— Hijo, va a ser difícil para ti. Tienes todo el derecho de estar enojado. Pero cuando el sheriff llegue aquí, deja que te lleve. No pelees. Será peor si lo haces.
—Sí. Lo sé. Es solo que…No puedo sacar de mi cabeza, sus manos. Sus hermosas manos… —Tragué ásperamente, lágrimas manchaban mis ojos— No sé qué hicieron para dejarle los dedos así de morados. Y…y, yo no estaba ahí para detenerlos.
—No es tu culpa hijo.
Sacudí mi cabeza. Sí era mi culpa. Debería haber sabido que Seth intentaría algo así. Había escuchado los rumores. Seth había forzado a algunas chicas de la ciudad. Había rumores de que les había pegado también. Debería haberle comprado un arma a Cassie y enseñarle como disparar. Diablos, hasta hacerla tomar lecciones de defensa personal en la universidad comunitaria hubiese sido algo. Ahora, no iba a estar ahí para ayudarla y ella estaría sola. —Ve con ella, Mike. Ella está con Willa Mae. Ambas necesitan tu ayuda.
—Lo haré, pero quiero asegurarme de que Baker y sus delegados te traten bien primero.
El polvo se arremolinó cuando las patrullas chirriaron hasta detenerse. El comisario Bo Sims se bajó de su auto. Colocando un sombrero sobre su corte militar, comenzó a pasearse.
¡Mierda! Bo estaba de servicio. Tome una respiración profunda, tratando de mantenerme calmo mientras los ojos oscuros de Bo me miraban cautelosamente, su mano derecha permanecía inmóvil sobre su pistola. Bo había sido el mejor amigo de Seth durante la secundaria. A pesar de que se graduó antes que Seth, seguían siendo cercanos. Él nunca se metía en problemas en la manera en que Seth lo hacía…aunque no era ningún secreto que para conseguir la mejor hierba, Bo era tu hombre. La diferencia entre Bo y Seth era que Bo era inteligente. Él sabía cómo hacer para que no lo atrapasen. Y también, Bo no tenía un padre rico y poderoso para sacarlo del problema si alguna vez lo atrapaban.
—Bueno, bueno, esto es una sorpresa. El sheriff y yo recibimos una llamada por una pelea en El Dixie y pensé que sería uno de nuestros regulares. Nunca pensé que serías tu —Bo se detuvo a un par de centímetros de donde estaba yo— Escuché que tú y Cassie siguen juntos. Debe ser una suerte tonta que alguien como tú pueda mantener a una chica caliente como ella alrededor.
—Deja a Cassie fuera de esto —Gruñí.
Mike me tomo por el brazo cuando tome un paso amenazante hacia Bo, con los puños cerrados. —No lo hagas Cody.
—¿Que no haga qué?” El sheriff Baker miró por encima de sus gafas de sol de aviador, royendo un palillo de dientes. —¿Vas a darnos problemas ahora, chico?
Ojos fríos me desafiaron a hacer un movimiento.
Por un momento tenso, todos estaban inmóviles. La brisa silbó en mis oídos mientras estudiaba al padre de Seth. Él era otra de las razones por las cuales había tenido que pelear. Por su culpa, Cassie nunca tendría justicia por lo que le hicieron. Él siempre encontraba una salida para sus hijos.
Rechiné mis dientes. Quería lastimarlo, a Bo y a todo aquel que fuese una amenaza para Cassie. Lo único que me detenía era el frio toque de la mano de Mike.
Luego la puerta se abrió y Chase salió tropezándose, chocándose conmigo. Eso hizo que me tropezase hacia delante, contra el pecho del sheriff.
Baker miro a Chase, quien estaba ahora en el suelo, quejándose de dolor. Su cara se tensó cuando vio el extraño ángulo de la nariz hinchada de su hijo. Tomando el frente de mi camisa, me acercó hacia él hasta que estuve a un centímetro de su cara. —Eso es asalto a un oficial de la paz.
—Lanzándome hacia Bo, dijo— ¡Mételo dentro!
—Sera un placer —Los labios de Bo se curvaron en una mueca burlona. Abrió la caja negra que llevaba en el cinturón y buscó sus esposas.
—Sheriff, espere —dijo Mike— ¿Y si le doy mi palabra de que llevaré a Cody a la comisaria yo mismo?
Baker miro a Mike de arriba abajo, su cara apretada como si hubiese olido algo podrido. Luego, escupió su palillo de dientes en la bota de Mike. —¿Y por qué tomaría la palabra de alguien como tú?
Las venas del cuello de Mike se hincharon y su mandíbula de tenso mientras miraba el palillo de dientes. Miro hacia el sheriff, con sus intensos ojos azules. Luego dejando salir un suspiro, froto su bota sobre la grava, sacudiendo el palillo de dientes. —Cody tiene cosas de las que encargarse.
—¿Y qué cosas serían esas?
—Cassie está lastimada y probablemente necesite ir al hospital —Mike miro a Chase— Pregúntele a su hijo si no me cree. Él estuvo ahí.
—¿Estuviste ahí chico? Estuviste en la casa de Wilde?
Los ojos de Chase se abrieron. Abrió su boca a punto de responder cuando la puerta se abrió otra vez. Seth y Dillon salieron tambaleándose seguidos de cerca por Travis Mills.
—Creo que estos dos te pertenecen —dijo Travis, echando a Seth y a Dillon a su padre.
Ellos cayeron al suelo, quejándose. Los labios de Dillon estaban del doble del tamaño normal y sangre corría por un lado de su boca. Seth trato de levantarse, pero cayó al suelo tomándose el lado derecho de su abdomen.
Travis se cerró de brazos, sacudiendo su cabeza mientras miraba al par de hermanos. Se apoyó contra la puerta, abriéndola. Al menos una docena de personas dentro miraban la escena.
Me dio un guiño mientras esperaba a ver qué hacía Baker. Asentí a Travis ligeramente, comprendiendo su manera sutil de ofrecerme ayuda. El sheriff odiaba hacer escenas especialmente cuando sus hijos estaban involucrados.
—Lamento interrumpir. ¿Estabas diciendo algo sobre Cassie? —la voz profunda de Travis resonó tan fuerte que estoy seguro que todo el mundo dentro de El Dixie y todo el condado de Briarson escuchó.
—Le estaba diciendo al sheriff que lastimaron a Cassie —Dijo Mike en un tono alto, siguiendo la corriente de Travis.
La cabeza de Baker se inclinó ligeramente mientras miraba a sus hijos quejarse y luego a la gente mirándolo desde adentro de El Dixie. Aun con sus ojos escondidos detrás de sus gafas, sabía que a Baker le preocupaban los rumores del pueblo. No era ningún secreto en Koppe que él miraba para otro lado cuando se trataba de los crímenes de sus hijos. Como la mayoría eran delitos menores, era fácil hacerlos desaparecer para los miembros de un pueblo pequeño. Siempre que Baker diese la apariencia de ser justo, la gente del pueblo estaba satisfecha con su estilo de cumplimiento de la ley.
Baker se sacó sus gafas, deslizándolos dentro del bolsillo delantero de su camisa. —Señor Wilde —puso una expresión de negocios en su cara— si Cassie ha sido lastimada y necesita asistencia médica, estaré más que contento de hacer que el comisario Sims llame a una ambulancia por ella.
—Es un poco más complicado que eso, sheriff —Mike me miro ansiosamente.
—Bueno, si no lo considera una emergencia,