¿Qué estabas esperando?. Paul David Tripp
que la leyera la consideraría una carta de amor. Nathan no sabe por qué la conserva. No sabe por qué la saca día a día y la lee una y otra vez. Él solo lo hace. Anita parece tener remordimiento y hace todo lo que puede para remediar lo sucedido. Nathan está agradecido que ella renunció al trabajo, pero no puede olvidar la nota. Se interpone en su vida como un Everest que sabe que necesita ascender pero nunca lo hace. Es como si esa nota se hubiese llevado todo motivo para continuar.
Sandra mira el huevo crudo que su hija de tres años acaba de botar al suelo, y quisiera gritar. Se siente más como policía que como madre. Le parece que día tras día se pasa limpiando y ordenando desde que se levanta hasta que se va a la cama para luego levantarse y hacerlo de nuevo. Se viste con un sudadero y zapatos deportivos; los días cuando se sentía atractiva casi se han borrado de su memoria. Paco ha ganado peso y tampoco luce muy bien. Ella pasa frente al espejo de cuerpo entero en el corredor y piensa, “¿que nos sucedió?” La mañana cuando se cayeron al suelo en el armario los álbumes de fotos de sus primeros años de matrimonio, ella tocó fondo. Le parecía que las fotos eran de una pareja, un tiempo y un lugar diferentes. Estaba cansada de su existencia doméstica y no podía encontrar mucha motivación para continuar.
Roberto simplemente está cansado del trabajo duro. Es difícil no desear los primeros años de nuevo. Estar con Jésica había sido tan divertido. Él amaba la espontánea libertad de su relación y sus horarios. Le encantaba el hecho de que Jésica parecía estar siempre dispuesta para todo en todo momento. Él sabía que no siempre sería así, pero nunca se imaginó que llegaría a ser como era. Con su nuevo trabajo y el arribo de los gemelos, él y Jésica hacían poco que no fuera trabajar duro. Ocupado y agotado, la vida no era muy divertida, aun en los raros momentos cuando tenían tiempo para estar juntos. Cuando Roberto trabaja hasta tarde, Jésica se queja de que él no está en casa para ayudar, y cuando está en casa para ayudar, ella se queja de que no está haciendo suficiente dinero. Roberto se lo resume bien a un compañero de trabajo: “cuando sientes que no puedes ganar, es difícil continuar tratando”.
Nora y Cristian están cansados de discutir, pero no saben cómo parar. Se levantan de lado diferente del universo cada mañana y miran todo desde perspectivas opuestas. Ambos están convencidos de estar en lo correcto y constantemente se frustran cuando el otro no ve las cosas a su manera. Han llegado a un punto en el que parece que nada importa. Las toallas tiradas en el baño o el queso que se ha secado en el refrigerador se han vuelto asuntos más importantes de lo que deberían ser. Ambos dirían que se aman mutuamente, y se piden perdón después de que el calor de otro altercado se desvanece, pero no paran de discutir. Es una existencia infeliz y ambos lo sienten. Silenciosamente se preguntan que se necesitará para que las cosas sean diferentes y qué van a hacer si nada cambia.
LO QUE NO DEBERÍA SER
Les sucede a todos. Es una realidad inevitable del matrimonio. Como sea, de alguna manera, todo matrimonio se convierte en un conflicto. La vida después de la luna de miel es radicalmente diferente de la luna de miel que la precede. La persona con la que te encantaba jugar es con la que ahora vives y trabajas. La persona que una vez fue tu escape de las responsabilidades, es ahora tu responsabilidad más grande. Pasar tiempo junto es radicalmente diferente que vivir juntos. Lo que era motivo de atracción ahora es fuente de irritación. Todos nos enfrentamos al hecho de que de alguna manera nuestro matrimonio no es lo que debería de ser. ¿Por qué? Las razones se encuentran en lo que miramos en el primer capítulo.
En algún punto durante el camino, te diste cuenta que tu también eres una persona pecadora casada con otra persona pecadora y que estás viviendo en mundo fracturado. A veces esta realidad hace que pequeños momentos intrascendentes sean mas difíciles de lo que deberían ser; a veces significa enfrentar cosas devastadoras que nunca pensaste que tendrías que enfrentar. Pero le sucede a todos. En algún punto necesitas algo más sólido que el romance. Necesitas algo más profundo que los intereses compartidos y la atracción mutua. Necesitas algo más que habilidades de supervivencia matrimonial. Necesitas algo que le dé paz a tu corazón y fuerza a tu resolución cuando no te sientas romántico y tus problemas te estén abatiendo.
Todos los matrimonios se convierten en algo que los esposos no querían que fuese. Tu vas a tener que lidiar con cosas que no planeaste enfrentar. En cada matrimonio el pecado complica lo que de otra manera sería simple. En cada matrimonio este mundo quebrado hace las cosas más complicadas y difíciles. En cada matrimonio la euforia del romance se desvanece y es reemplazada por un amor más sólido y maduro, o el egoísmo del pecado reduce el matrimonio a un estado de letargo relacional.
¿Qué haces cuando tu matrimonio se convierte en lo que no debería ser? ¿Qué haces en los momentos cuando no te sientes tan atraído a tu esposa? ¿Hacia dónde miras cuando estás irritado, herido o desanimado? ¿Qué buscas? ¿Hacia dónde corres?
BASADO EN LA ADORACIÓN
¿Qué es entonces lo que te motiva a continuar cuando los pequeños problemas se te han metido en la piel o los grandes problemas te han dejado devastado? ¿Cómo es que se produce un matrimonio de amor, unidad y entendimiento sólidos? Creo que la respuesta que estoy por dar va a sorprender a muchos. Aquí está: un matrimonio de amor, unidad y entendimiento no basado en el romance; sino enraizado en la adoración. Ahora pues, puedes ser capaz de leer todas las palabras, pero sin poder entender la profundidad del significado de este principio.
¿Qué significa decir que un matrimonio está “basado en la adoración”? La palabra adoración es compleja. Cuando la persona promedio escucha la palabra adoración piensa en una reunión donde hay himnos, ofrenda y un sermón. Pero hay una verdad bíblica envuelta en esta palabra que es vital entender si alguna vez vas a descifrar por qué tienes conflictos en tu matrimonio y cómo esos conflictos podrán ser solucionados. La adoración es tu identidad antes de ser tu actividad. Tú eres un adorador, de modo que todo lo que piensas, deseas, escoges, haces o dices está moldeado por la adoración. Simplemente no hay una explicación más profunda que ésta del por qué la gente hace lo que hace; y una vez que lo entiendes se te abren puertas que nunca antes se te habían abierto para entenderte a ti mismo y para cambiar. Déjame explicarlo.
Cuando la Biblia enseña que somos adoradores (ver Romanos 1:19-25), no está hablando sobre una función religiosa separada de los otros aspectos de nuestras funciones regulares. No, al llamarnos adoradores, la Biblia nos ofrece una perspectiva radical sobre la motivación humana fundamental. Puesto que no eres un animal que funciona por instinto, las cosas que haces y dices son producidas por una cierta clase de propósito. En otras palabras, ya sea que tus palabras y acciones tengan o no sentido en la superficie, tú has actuado o hablado por una razón. La razón más general y fundamental para hacer lo que haces es la adoración. Probablemente estás sintiendo que este enfoque necesita una explicación más amplia.
Piensa sobre esto. ¿No es interesante que algunas de las cosas que te irritan no le molestan para nada a tu esposa? ¿Por qué algo que a ti te deleita, tu esposo o esposa puede vivir fácilmente sin ello? ¿Por qué hay algunas cosas que son mucho más importantes para ti que otras? ¿Y por qué es que tu lista de lo que es importante no concuerda completamente con la de tu esposo? ¿Por qué hay cosas que te enojan (ciertos momentos, lugares, situaciones, relaciones, etc.) y ciertas que te animan? Bueno, todas estas cosas están conectadas con la adoración.
Cuando la Biblia dice que somos adoradores, quiere decir que cada ser humano vive para algo. Todos nosotros estamos excavando en busca de un tesoro. Todos buscamos algún sueño. Detrás de todo lo que hacemos hay alguna clase de esperanza. Todos están en la búsqueda constante de la vida. Tal vez estás pensando, “Paul, entiendo todo esto, pero no entiendo cómo me ayuda a entender mi matrimonio.” Déjame llevarte más allá.
Ser un adorador implica que conectas tu identidad, tu significado, tu propósito y tu sentido interno de propósito a algo. Esas cosas las vas a conseguir ya sea verticalmente (del Creador) u horizontalmente (de la creación). Esto tiene que ver por completo con lo que un matrimonio llega a ser. Ningún matrimonio deja de ser afectado cuando los cónyuges están buscando conseguir en la creación lo que solo se puede lograr en el Creador.
La comodidad se había convertido en el dios funcional