Entre el árbol y el bosque. Marcus
Marcus
Entre el árbol y el bosque / Marcus. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-87-0478-4
1. Autoayuda. I. Título.
CDD 158.1
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: [email protected]
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
A Mi esposa Maribé,
quien no solo es mi correctora,
sino también la co–creadora de mi pensamiento.
“Entre el árbol y el bosque”, un análisis sobre los principios que nos rigen, las leyes que se derivan, y nosotros, los humanos.
NOTA INICIAL
Ante todo, saludo a quien amablemente se dirija a leer estas palabras.
Varios fueron los motivos que me impulsaron a escribir este pequeño ensayo.
La primera razón es que he querido volcar en él mis modestas experiencias sobre la relación entre Dios, los Hombres y la Naturaleza, porque tengo una óptica del sistema que tal vez pueda servir a aquellas personas racionales, a las que su mente les dice una cosa distinta de lo que la sociedad en conjunto estima que deben creer por la vía de la fe o de las costumbres.
Todos de una u otra forma tenemos una idea o una creencia formada de cómo son las cosas, un sistema de creencias, en qué lugar está Dios, cómo intervienen los demás en nosotros, la naturaleza, el objeto mismo de las cosas, el sentido de la vida.
Todo esto que cada uno de nosotros cree de cómo son las cosas no es más que un modelo mental, o un plano que nos hacemos para tratar de comprenderlas. Si le pedimos a un arquitecto que nos diseñe una casa, nos hará un plano y una maqueta, y nosotros tendremos una idea de cómo va a ser, pero este plano no nos dirá qué sensación tendremos de noche, o cómo nos sentiremos en un determinado rincón de la casa, o dónde elegiremos nuestro lugar favorito, etc. etc., todo esto finalmente lo iremos descubriendo cuando la habitemos. Todos los días sabremos algo nuevo de nuestra casa, algo que nos gusta, algo que no nos gusta y en donde cometimos un error.
Todas las visiones de Dios y de su creación no son más que esto para los seres humanos, ya que nuestra capacidad para comprender no nos permite abarcar el total del asunto, sin embargo lo mejor que podemos hacer es tratar de que nuestro sistema de creencias sea lo más armónico posible, que nuestras ideas sobre este sistema no se contradigan, no significa que no tengamos conflictos entre el corazón y la razón o de otra manera, entre las emociones, los sentimientos y los pensamientos, que no tengamos el problema de que nuestra razón desconfíe de lo que nos dicen que tenemos que creer, y que de algún modo nosotros respetamos, ya que por vínculos emocionales creemos lo que creían nuestros padres abuelos etc., a quienes de una u otra manera valoramos. Sino que a lo largo de nuestras vidas, dichas contradicciones se vayan volviendo coincidencia, que vayamos armando el rompecabezas, adquiriendo la suficiente sabiduría como para que todas nuestras partes, mente, corazón y cuerpo estén en armonía.
Esta forma de ver las cosas significa abarcar la visón del problema en más de un plano, significa que a nuestro mundo lo vamos a mirar desde la mayor cantidad de planos posibles, que de todas maneras nunca serán las suficientes para entender el funcionamiento total de la arquitectura de la creación, pero seguramente será una visión mucho más completa que la que teníamos mirando desde un solo punto de vista.
En particular siento que este tipo de miradas son apropiadas para ciertas personas, que como en mi caso, sufren controversias entre sus aspectos instintivos, emocionales, amorosos, mentales y espirituales.
Con cada libro que leemos, con cada charla que mantenemos, nuestro caudal de conocimientos aumenta, pero debemos hacerlo sin el prejuicio de creer siempre que estamos en lo cierto y por lo tanto que estemos charlando o leyendo solo con espíritu crítico, esto es solo para discutir o para interesarnos sobre la posición del “enemigo”.
Pero el motivo más importante para escribir es mi profundo amor por Dios, con quien quisiera fusionarme y del cual me siento un hijo agradecido por las infinitas posibilidades que nos brinda para que sigamos creciendo y evolucionando.
Este amor que siento por el Creador lo he cultivado de una manera racional y sensible.
Cuando era adolescente me decían que debía tener “Fe” pues era la manera de creer y ser feliz, no discuto que esto le venga bien a muchas personas que por ser más delicadas de espíritu que yo puedan creer las cosas que les dicen y obrar en consecuencia, no sé si anulando sus dudas, si es que las tienen, y sus pulsiones por la vía de la voluntad, o porque son como los niños, cándidos y confiados.
Pero esto no es para todos, y como creo que el Señor no va a dejarme fuera, simplemente porque trato de buscar mi camino, sino que existen tantos caminos hacia Dios como seres haya en este universo. Esto lo digo, porque Cristo dijo: “Dichosos aquellos que crean sin haber visto”, pero cuando Tomás dudaba, el Maestro le extendió sus manos para que este mirara y tocara sus llagas y se convenciera de que era Él, porque Dios es el “centro” y nosotros somos los que nos aproximamos a él por los costados, por arriba, por abajo, de esta manera, al igual que si todos percibiéramos la presencia divina como una esfera y todos fuéramos hacia ella, éste, en definitiva, es el sentido, el camino, pero todos partimos de lugares distintos, de distintos puntos, y nuestro interés es llegar al centro.
Al crecer, cada vez me interesaron más las ciencias exactas y comencé a tratar de desarrollar la forma de probar la existencia y la naturaleza de Dios con los medios que disponía.
Fundamentalmente, este libro puede servir para conocer otra visión que expone distintas vertientes, científicas lógicas y religiosas que tratan de explicar nuestra existencia en la tierra.
También le servirá a aquel que piensa que por estadística un cúmulo de átomos se agrupa aleatoriamente en la sopa primigenia y puede formar una molécula de ADN, y en determinadas condiciones dar origen a la vida.
También a aquellas personas que discuten sobre temas que competen a religiones o filosofías y a su relación entre sí, perdiendo de vista el aspecto general y observando la paja en el ojo ajeno, sin mirar la viga en el propio.
Dios, “en cualquiera de las formas que lo concibas”, y cuando digo en cualquier forma que lo concibas, estoy hablando de todas las formas posibles de concebir a Dios, desde el ser que está separado de la creación, hasta aquel que nos dice que “somos Dios, la creación”. Es el autor “externo” o el “auto–autorinterno”de todo, incluso de la estadística que nos dice cuál es la probabilidad de que uniéndose esos átomos de la sopa primigenia puedan formar proteínas, y estos a su vez generar vida en determinadas condiciones.
Dios es el autor de los Principios, de sus Leyes y de las Reglas o Normas que rigen el Universo que vemos y todo lo que nuestros ojos no perciben.
Dios es Todo.
Por Dios tenemos el corazón y la razón. Pascal decía con gran certeza que: “Hay razones del corazón que la razón no entiende” y de igual modo hay razones de la razón que el corazón no siente.
Debemos, frente a nuestra forma principal de ser, encontrar nuestro camino y una vez que hayamos encontrado algo parecido a una huella, ya que no vamos a encontrar el camino perfecto, poner a todo nuestro ser a trabajar para nuestra evolución como seres humanos.
“Los estudios sirven para deleite, el ornamento y la capacitación. Su principal empleo, en lo que atañe al deleite, cosiste en la intimidad y el apartamiento; en lo que