Demografía zombi. Andreu Domingo

Demografía zombi - Andreu Domingo


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target="_blank" rel="nofollow" href="#ulink_150351a8-f19f-5c04-9bb9-6c70c4950353">71. World Economic Forum (2008), op. cit.

      72. World Economic Forum (2010), op. cit.

      73. World Economic Forum (2010), op. cit. p. 13.

      74. World Economic Forum (2013), op. cit. p. 37.

      75. World Economic Forum (2015), op. cit. p. 44.

      76. ocde (2008), Concepts and Dilemmas of State Building in Fragile Situations: From Fragility to Resilience. París: ocde.

      77. World Economic Forum (2014), op. cit. p. 21.

      78. World Economic Forum (2012), op. cit.

      79. Laïdi, Zaki (1998), «Les imaginaires de la mondialisation». Esprit, núm. 246, pp. 85-98.

      80. Dardot, Pierre y Laval, Christian (2016), Ce cauchemar qui n’en finit pas. Comment le néolibéralisme defaitl la démocratie. París: La Découverte.

      81. Harsin, Jayson (2015), «Regimes of Postthrue, Postpolitics, and Attention Economies». Comunication, Culture & Critique 8 (2): 327-333.

      82. Foucault, Michel (2001a) [1977], «Entretien a Michel Foucault», realisé par A. Fontana et P. Pasquino, en juin 1976». Foucault, M. (2001) Dits et écrits II, 1976-1988. París: Gallimard, pp. 158-159.

      83. Davis, Evan (2017), Post-Truth. Why We Have Reached Peak Bullshit and What WE Can Do About It. Londres: Little Brown.

      84. Varoufakis, Yanis (2015), El Minotauro global. Estados Unidos, Europa y el futuro de la economía mundial. Barcelona: Debolsillo.

      85. Dardot y Laval (2016), op. cit.

      86. Fukuyama, Francis (1989), «The End of History?». The National Interest. Fukuyama, Francis (1990), «¿El fin de la Historia?» Claves de la razón práctica, núm. 1, 1990, pp. 85-96.

      87. Arendt, Hannah (2017), Verdad y mentira en la política. Barcelona: Página Indómita.

      88. World Economic Forum (2017), op. cit.

      89. Inglehart, R. y Norris, P. (2016), «Trump, Brexit, and the Rise of Populism: Economic Have-nots and cultural backlash». HSJ Faculty Research Working Paper. Num. RWP16-026. MA: Harvard Kennedy School.

      II. El desequilibrio equilibrado: población y mercado

      Nuestro objetivo principal es analizar el discurso sobre la población impulsado por el neoliberalismo durante el siglo xxi que ha dado lugar a la escisión entre población redundante y población resiliente. Antes de proceder a ese análisis es necesario retroceder a los orígenes del discurso liberal. Por eso disponemos de un apartado introductorio donde recuperaremos las reflexiones de Michel Foucault sobre la emergencia de la biopolítica y su nexo con el liberalismo y la sociedad de mercado, poniéndolas en relación con la imagen de la naturaleza y el equilibrio que elabora el discurso liberal. Para completar esa arqueología, iremos al encuentro de las prácticas disciplinarias que se han asociado a ese comienzo primero y al auge del neoliberalismo desde finales del siglo xx, más tarde, conformando un ethos específico que ha modificado los comportamientos individuales en consonancia con una nieva cosmovisión del mundo. En definitiva, produciendo nuevas subjetividades.

      Naturaleza y mercado en los albores del liberalismo

      El desarrollo del capitalismo como sociedad de mercado, para la creación de las condiciones que permitan su reproducción, ha necesitado de la mutación de la noción de población, y con esta de su categorización. Fue el filósofo Michel Foucault quien gracias al concepto de biopolítica estableció los lazos entre esa nueva gobernabilidad que implicaba una idea moderna de población y la ideología liberal. Como la politóloga italiana Laura Bazzicalupo ha señalado luego de indagar en su obra,90 en esa definición biopolítica el concepto de población «se constituye entre el polo de la determinación propiamente biológica (la especie) y el de una emergente psicopolítica (el público)». La población pues, no es solo la concreción de la especie en un territorio, abarca al conjunto de opiniones y comportamientos, susceptibles de ser modificados. Lo demográfico resulta omnipresente en la formulación de esa forma naciente de la gobernabilidad que puede definirse como gestión de la población.

      Michel Foucault ya señaló como indisociable la biopolítica entendida como la manera de racionalizar, después del siglo xviii, los problemas que surgen de la práctica gubernamental de los fenómenos propios de un conjunto de seres vivos constituidos en población, con el arranque del liberalismo político.91 Doctrina que, desde la perspectiva de la práctica, se define como principio y método de racionalización del ejercicio del gobierno, utilizado a la vez como esquema regulador y como tema de oposición. Para esta, el mercado, aún siguiendo a Foucault, es el lugar donde se puede testar al gobierno. El inicio del liberalismo y de la propia noción moderna de población, y con ella el nacimiento de la demografía y la economía como disciplinas científicas, forman parte de un nuevo imaginario social donde resulta central la idea de naturaleza como un sistema complejo autorregulado, que servirá de paradigma al mercado, con un papel estelar para el concepto de equilibrio. A partir del nacimiento de la biopolítica, ese equilibrio se entremezcla con el concepto de norma, y de lo normal, entendido como la constatación de regularidades observadas o impuestas a una población. La demografía y la economía, cada una por su lado, deberán indagar sobre los mecanismos de autorregulación que mantienen ese equilibrio y explican el funcionamiento y crecimiento de las poblaciones y los bienes, respectivamente. No se trata de no intervenir, sino de dejar que la naturaleza actúe para restablecer el equilibrio allí donde se ha roto o la competencia perfecta que lo hizo posible.

      Al historiador económico Karl Paul Polanyi,92 le debemos el recordatorio de que el mercado tal y como lo conocemos es una creación histórica, que ha impuesto de tal manera su relato que lo hemos asumido como naturalizado y que, lejos de lo que pretende la utopía neoliberal, no funciona ni ha funcionado nunca de forma completamente autorregulada, creando el equilibrio a partir del desequilibrio preexistente, materializado en la polarización de oferta y demanda, utilizando el control político cuando le era conveniente. Para dar el paso crucial a la sociedad de mercado capitalista convirtiendo a la humanidad, la tierra y el dinero en mercancías, haciéndonos creer que habían sido producidos para la venta, se necesitó que cambiara radicalmente la concepción de la naturaleza. Ese cambio, nos advierte Polanyi, se dio simultáneamente a la toma de consciencia de la existencia de la sociedad, enfrentada a la pobreza, o mejor dicho, a la perplejidad que provocaba que el aumento de la riqueza para algunos parecía paralelo al incremento de la pobreza para muchos otros. Sin que se estableciera un lazo entre el enriquecimiento de esos pocos y la pauperización de esos muchos.

      La búsqueda del equilibrio como ley


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