Teoría del conocimiento. Juan Fernando Sellés Dauder
sin ‘especie expresa’, como decían los medievales.
El acto de sentir y el objeto sentido no se pueden dar por separado, pues el objeto conocido lo forma el acto. Si no se siente, no hay nada sentido; si hay algo sentido, es porque se ejerce un acto de sentir. El objeto sentido es ‘formal’, no material, y por ello, no tiene los componentes de la realidad física, sino que es una ‘forma’ sin materia (no causal o física) que forma el acto de sentir para conocer un aspecto de la realidad física.
Por tanto, aunque la realidad externa sea causa del sentir, en cuanto que afecta el órgano, tal realidad no forma el objeto sentido, porque tal objeto sentido no es material sino exclusivamente formal, por lo que puede ser enteramente remitente, es decir, intencional. En la dualidad acto-objeto no cabe separación, pues sentir es sentir algo (algo es el objeto sentido; lo sentido por el acto de sentir); y si se siente algo es porque se está sintiendo (ejerciendo un acto de sentir).
Si el ‘objeto’ conocido por cada acto de conocer no fuera enteramente formal, no sería completamente remitente. Por tanto, en él habría algo que remitiese (lo formal) y algo que no remitiese (lo material), como sucede por ejemplo, en la palabra ‘gato’. En efecto, en esta palabra lo que remite a la realidad del animal es el significado sobreañadido a tal término en el idioma español. En cambio, lo que no remite a dicho animal son las letras que conforman la palabra escrita ‘g’ ‘a’ ‘t’ ‘o’, o también, los sonidos que compone la palabra hablada. En este caso se trata, pues, de una intencionalidad ‘mixta’. Por el contrario, la intencionalidad del objeto conocido es ‘pura’, ya que no hay en él nada que no remita, lo cual indica que en él no hay nada material.
Téngase en cuenta, de cara a solucionar un error más adelante, que ‘intencionalidad’ denota ‘semejanza’, ‘parecido’. El error consiste en que hay quien sostiene que el acto de conocer es intencional respecto de lo real. Eso es incorrecto porque el acto de conocer no se parece a nada; lo que se parece a lo real es lo conocido por el acto.
1.2. Componentes necesarios de la sensación
En el sentir hay que distinguir estos componentes:
• La realidad física externa que inmuta, afecta, al órgano del sentido.
• El medio real (gases, líquidos, sólidos) por medio del cual lo afecta, que también es realidad física externa.
• El soporte orgánico de la facultad, potencia o sentido que es afectado (oído, ojo, etc.).
• La facultad sensible entera, que no es solo material, orgánica, sino que posee un ‘sobrante formal’ (ej. la facultad de la vista no se reduce a lo biológico del ojo, sino que da para más: precisamente para ver).
• La ‘especie impresa’ (así llamada por los pensadores medievales), que es la afectación parcial del estímulo externo sobre el órgano, porque el órgano no es afectado enteramente (ej. los rayos del sol afectando en parte sobre el ojo). Si lo afectara de modo completo se corrompería el órgano (ej. se produciría la ceguera).
• El objeto sentido, que no es la realidad física, ni la ‘especie impresa’ o inmutación de la realidad física sobre el órgano, sino la ‘forma intencional’ conocida por el acto de conocer, forma que remite enteramente a lo real, es decir, es lo conocido de la realidad por el sentido (ej. los colores).
• El acto de sentir, que conoce lo real según el objeto (ej. el acto de ver). El acto de ver no se ve, lo cual indica que no es material, biológico, biofísico.
En la sensación intervienen, por tanto, varios componentes materiales y varios inmateriales.
Materiales | Inmateriales |
La realidad física externa | La vida que vivifica las facultades |
El medio físico | Lo formal de la facultad |
El soporte orgánico de la facultad | El acto de conocer |
La especie impresa o inmutación | El objeto conocido o especie expresa |
La facultad sensible es orgánica, es decir posee soporte orgánico, pero ella no se reduce a él, ya que es capaz de sentir, porque no se agota informando, vivificando, organizando al órgano, a su soporte orgánico, sino que es capaz de más. ¿De qué? Precisamente de hacerse con, de poseer, las formas de las realidades sensibles sin su materia. Las formas de lo real sensible sin materia poseídas por la facultad son los objetos conocidos, y la facultad sensible los posee mediante sus actos cognoscitivos. Los actos son posesión intrínseca de objetos conocidos. Por eso se dice que el acto es posesión inmanente.
1.3. Los errores filosóficos
Frente a lo indicado hay tres tipos de opinión que, aunque parecen contrapuestas, padecen el mismo error de base:
a) Empirismo
Este parecer u opinión sostiene que en el conocer humano todo es material (ej. suele sostener que el acto de conocer, el objeto conocido, etc. son neuronas, conexiones neuronales, etc.).
Réplica. No es así porque ni el ‘objeto conocido en cuanto que conocido’, ni el ‘acto de conocerlo’, ni el ‘sobrante formal de la facultad’ son materiales.
Por ejemplo, la realidad es como es, pero el color visto de ella, como visto, no es material; tampoco el acto de ver es material, pues el ver no se ve, ni pesa, ni mide, etc. La facultad de la vista tampoco es enteramente material, porque no se reduce al ojo, ya que cabe ojo sin ver (ej. el de un animal muerto). En efecto, en los sentidos no todo se reduce a cuerpo o a materia, porque caben cuerpos con los mismos componentes físicos que los seres vivos sensitivos, que no sienten: los cuerpos muertos, y estos, obviamente, son materiales.
b) Idealismo
Es una filosofía que defiende que no podemos conocer la realidad externa tal cual ella es, porque lo único que conocemos son los ‘objetos conocidos’, ‘las ideas’, en cuanto que tales, y como estas son internas a la razón, no podemos saber cómo es lo externo a ella.
Réplica: Conocemos lo real físico porque el objeto o forma poseída por el acto de conocer es enteramente intencional, es decir, es pura referencia o remitencia, aunque aspectual, a lo real.
c) Nominalismo
Es una filosofía que mantiene que solo conocemos lo real singular por intuición y que, por tanto, las ideas u objetos pensados son inventos mentales, universales, que nada tienen que ver con lo real.
Réplica: No es así, porque el objeto conocido es pura remitencia a la realidad externa. Que sea remitencia ‘pura’ quiere decir que se agota remitiendo, es decir, que no hay realidad física ninguna en él. Por eso no nos quedamos en él, sino que nos lanza enteramente a la realidad respecto de la cual ese objeto es intencional.
1.4. Clases de sensibles
Se llaman ‘sensibles’ los objetos o formas sentidos. Hay tres tipos de sensibles: propios, comunes y por accidente.
a) Sensible propio es el que solo se percibe por un sentido y no puede ser conocido por los otros.
Por ejemplo: los colores se conocen exclusivamente por la vista, de modo que carece por completo de sentido pretender tocar, oler u oír… colores.
Sobre el sensible propio, el sentido que lo capta en exclusiva, no se equivoca nunca. Los sensibles propios de los sentidos externos son los siguientes: lo caliente y lo frío, lo seco y lo húmedo, lo duro y lo blando, etc., para el tacto; los sabores para el gusto; los olores para el olfato; los sonidos para el oído y los colores para la vista.
b) Sensible común es el que puede ser conocido por varios sentidos, en principio, por todos.
Por ejemplo: el tamaño de un objeto se capta por la vista, por el oído, por el tacto.
Los sensibles comunes a todos los sentidos externos, según el elenco de Aristóteles son cinco (aunque se podrían contar más): el movimiento, el reposo, el número, la figura y el tamaño. Todos ellos están correlacionados, de modo que uno no es posible sin el otro.
Por ejemplo: no hay figura de la casa sin tamaño en la misma; no se capta el avión