La Adoración Que Toca El Corazón De Dios. Nina Gardner
Lugar Santo
David también vio al Lugar Santo - y todos sus elementos - de manera diferente a la religión ceremonial. David expresó cuán bueno es comer del Pan de Vida y dijo, “Gustad, y ved que es bueno Jehová” (Salmos 34:8). Él quería que la gente “probara” a Dios y supiera que Él es un Dios bueno. David también sabía la importancia del Candelero y dijo en Salmos 119:105, “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.” El amor de David por la Palabra de Dios se debía a que él conocía al Dios que estaba detrás de las palabras, y que muchas veces lo había guardado de dificultades. De la misma forma, el Altar del Incienso tomó un significado más profundo y más rico. David dijo, “Suba mi oración delante de ti como el incienso, el don de mis manos como la ofrenda de la tarde” (Salmos 141:2). ¡Él sabía que lo que Dios realmente quería era una ofrenda matutina y vespertina de un corazón fragante de pura adoración!
El Velo de la Separación
El patrón de David prescindió totalmente del velo de la separación, y Dios les concedió acceso al Lugar Santísimo. Los turnos y mandatos de David para que haya una celebración continua de cantos y danzas permitieron a los levitas ministrar a Dios y experimentar la manifestación de Su presencia. Hoy en día, nuestra adoración se basa en este mismo fundamento constante de vivir una vida de adoración y ministración a Dios. A medida que entendamos este concepto, nos levantaremos listos para adorar, y decidiremos romper con el estilo de vida formalista y de religiosidad que espera que nuestros líderes vayan detrás del velo. Esta presentación de la adoración como una relación íntima y personal con Dios es lo que Dios siempre ha deseado. Él espera que nosotros entremos detrás del velo.
El Lugar Santísimo
En este Lugar Santísimo David experimentó el mayor gozo que jamás había conocido. En Salmos 16:11 David dice, “Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.” David entendió que los placeres para la eternidad comienzan ahora, él no creía que debamos esperar hasta llegar al cielo para experimentar esta plenitud de gozo. Personalmente creo que David experimentó la magnitud de la presencia del Señor basándome en los dos versículos siguientes, “La tierra tembló; también destilaron los cielos ante la presencia de Dios; aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel” (Salmos 68:8). “Los montes se derritieron como cera delante de Jehová, delante del Señor de toda la tierra” (Salmos 97:5). ¡Su alegría tuvo que haber sido rebosante en la presencia del Señor!
La presencia de Dios dentro de David cambió la adoración de ser una formalidad a ser algo que salía del corazón. El patrón de Moisés seguía siendo el patrón, pero ahora era aún mejor. Lo que era litúrgico ahora era alegre; lo que era solemne ahora era con júbilo; y lo que era una tarea ahora era una celebración de la presencia de Dios. El patrón que se le dio a Moisés fue perfeccionado con la práctica; pero el patrón de David fue perfeccionado con el corazón. En Mateo 21:16 Jesús cita las palabras de David diciendo, “...Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza?” Dios anhela que nosotros entremos en esa alabanza perfeccionada como niños que maman.
Nuevamente, David se adelantó a su tiempo porque la adoración que él instituyó marcó el comienzo de la dispensación de la gracia. A pesar de que sobre el Arca del Pacto había un propiciatorio, anteriormente no se había extendido gracia a nadie, ni siquiera al sumo sacerdote, si violaban el patrón de entrar al Lugar Santísimo para poder experimentar al Dios presente y tangible. Pero debido a la adoración genuina y verdadera, Dios extendió gracia a los adoradores y les concedió favor inmerecido y acceso a Su Lugar Santísimo para experimentar Su gloria. Esta gracia todavía es para hoy. Vemos que muchas personas vienen a adorar a Dios sin arrepentirse de sus pecados, pero Dios les da gracia y espera que llegue el tiempo en que se arrepientan.
El patrón de David era la sombra de las cosas venideras porque desafiaba las leyes del pecado y de la muerte para adorar alrededor del Arca de la Alianza. Aunque este patrón de adoración es eterno y no puede confinarse a una época de tiempo, la plenitud del tiempo sí cambia sus dimensiones. Ahora nosotros hemos recibido la plenitud de la gracia de Dios por medio de Jesucristo. Este solo principio cambia la dinámica de todo lo concerniente a cómo se manifiesta la adoración. Por lo tanto, podemos esperar ver la gloria de Dios manifestándose de formas inexplicables que superan nuestras experiencias anteriores.
Si bien la gloria en el Antiguo Tabernáculo Mosaico fue grande, no se puede comparar con las experiencias de David y de su sacerdocio levítico. Mejor aún, ¿cuánto más gloria hay para nuestros días que durante todos los días de David? ¡Dios está esperando encontrarse con nosotros hoy y por la eternidad para manifestarse a Sí mismo en nuestra adoración! ¡Oh cuan bueno es Dios al hacernos Sus tabernáculos para llenarnos con la gloria de Su presencia!
Tres Dimensiones de Adoración
Una Adoración Tridimensional
Todo lo que concierne al patrón de adoración de David tiene tres estratos, niveles o dimensiones, dependiendo de la categoría en cuestión. Por eso, notarás que se da una progresión en el sacerdocio. Hay un incremento notable con cada período sucesivo de tiempo.
Función Sacerdotal: 1) Era Mosaica, únicamente el sumo sacerdote ministraba a Dios, 2) Era Davídica, los levitas eran incluidos con el sumo sacerdote, y 3) Hoy, todos nosotros somos sacerdotes.
Tabernáculos: 1) Un Tabernáculo Mosaico. 2) Dos Tabernáculos Davídicos, y 3) Todos nosotros somos un tabernáculo.
La Manifestación de la Presencia y la Gloria De Dios: 1) Era Mosaica, en el Tabernáculo, 2) Era Davídica, dentro de la tienda que le hizo David y dentro del Tabernáculo Mosaico, y 3) Hoy la gloria está dentro de nosotros y se manifiesta externamente.
El Patrón Davídico Opera: 1) En nuestro estilo de vida: internamente – cómo pensamos; externamente – en nuestro tiempo devocional personal, 2) En nuestras canciones: en nuestro tiempo devocional personal y colectivo, y 3) En las activaciones físicas en un entorno de Adoración Davídica.
En enero del 2014 Dios me dio la secuela del sueño del oficio sacerdotal y la sangre. A continuación, los detalles del sueño.
Un Sueño de Tres Niveles de Adoración Davídica
Un pastor nos invitó a Bobby y a mí a recorrer las instalaciones de su iglesia. Este edificio era muy inusual pues su techo, piso y paredes eran de un blanco purísimo. Mientras esperábamos en el piso principal a que el servicio empezara, el pastor nos hablaba sobre la adoración, y luego la música empezó a sonar y la gente comenzó a adorar; pero no vi a ninguna banda o grupo de adoración. La música no parecía venir de un lugar específico, pero sin embargo permeaba la atmosfera. La adoración continuaba y algunas de las personas comenzaron a caminar por una enorme escalera que estaba construida contra la pared y curvaba alrededor del santuario. No había notado esta escalera hasta ahora, pero también era blanquísima y embellecida con pasamanos de hierro. Permanecí allí en asombro, y me preguntaba por qué no podíamos ver el segundo piso desde aquí, pues todo estaba muy abierto. El pastor pasó a explicar que las personas iban al segundo piso, donde la adoración se intensificaría. Aunque nosotros no subimos, yo sabía por el Espíritu que la adoración allí era diferente a la de la primera planta. Él explicó además que a medida que la adoración continuaba, la gente podría optar subir a la tercera planta, donde sería el clímax. Dijo que después que la adoración terminaba en este tercer nivel, había una escalera que los llevaba hacia fuera, y que nunca regresaban a la primera planta para salir del edifico. Extrañamente, no podía ver la escalera que salía del edificio, pero por el Espíritu vi que bajaba por el lado derecho.
Nadie me lo dijo, pero pude saber en mi espíritu que algunas personas no deseaban subir hasta el segundo nivel, y los que lo hacían, no necesariamente seguían hasta el tercer nivel. Cada uno podía decidir qué tan alto quería ir, pero los que iban hasta el tercer piso nunca salían igual que entraron. Nadie fue criticado por el nivel