Bolaño Constelaciones. Macarena Areco

Bolaño Constelaciones - Macarena Areco


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personajes. No obstante, las estrategias de publicación póstumas reconstruyen la modernidad y lo reintegran en ella como centro del canon: “el trayecto final de la obra de Bolaño […] culmina irónicamente con la reificación de la modernidad literaria latinoamericana con la figura de Bolaño ocupando ahora una posición central en un canon que inicialmente se propuso desarticular” (236).

      Obras citadas

      Andrews, Chris. Roberto Bolaño: un universo en expansión. Santiago: Ediciones Universidad Diego Portales, 2018.

      Areco, Macarena. Cartografía de la novela chilena reciente: realismos, experimentalismos, hibridaciones y subgéneros. Santiago: Ceibo, 2015.

      Álvarez-Rubio, Pilar. Metáforas de la casa en la construcción de identidad nacional: cinco miradas a Donoso, Eltit, Skármeta y Allende. Santiago: Cuarto propio, 2007.

      Concha, Jaime. “Amuleto”. En Roberto Bolaño. La experiencia del abismo. Fernando Moreno coord. Santiago: Lastarria, 2011.

      Corral, Wilfrido. Bolaño traducido. Nueva literatura mundial. Madrid: Ediciones Escalera: 2011.

      Hoyos, Héctor. Beyond Bolaño, the global Latin American novel. New York: Columbia University Press, 2015.

      Rodríguez, Franklin. Roberto Bolaño: el investigador desvelado. Madrid: Verbum, 2015.

      Saucedo Lastra, Fernando. México en la obra de Roberto Bolaño. Memoria y territorio. Madrid: Iberoamericana, 2015.

      Zavala, Oswaldo. La modernidad insufrible: Roberto Bolaño en los límites de la literatura latinoamericana contemporánea. Chapel Hill, Estados Unidos: University of North Carolina (Studies in the Romance languages and literatures), 2015.

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La novela de lo abierto de Roberto Bolaño

      La publicación de Los detectives salvajes en 1998 trajo, casi terminando el siglo XX, aires emancipadores a la novela, en cuanto abrió nuevas posibilidades, más o menos impracticadas hasta entonces, en el modo de narrar historias ficcionales. Esto se debió, en parte, a la diversidad de sus tramas, distintas por lo proliferantes, fragmentarias, inconclusas, marginales y desgranadas; a su obsesión metaliteraria; a un modo de presentar las subjetividades como diluidas, flotantes, nomádicas, descentradas, menores; y a un pathos marcado por una nostalgia que lo inundaba todo. Se trataba de una serie casi infinita de trayectorias, muchas veces sin fin ni comienzo, donde frecuentemente no pasaba nada relevante, y también a veces pasaban el amor, la literatura, la enfermedad, el crimen, el dolor, la violencia política, el desamor o la muerte, pero liberados, tanto del tono trágico como de una dimensión pragmática, ligada a la rutina cotidiana, relatados como parte de un devenir inmanente que iba transcurriendo como brisa suave o como viento fuerte, un dejar pasar todo o un dejar todo, nuevamente, sin determinaciones ni finalidades, ni funerales ni fiestas.

      En los relatos de Bolaño ocurre lo contrario: si en el primer volumen de La recherche … se profundiza, por ejemplo, en el dolor provocado por los celos en Swann, en Los detectives salvajes se “superficializa”, desde García Madero a Belano, a Lima, a Ernesto San Epifanio, a Auxilio Lacouture, a Piel Divina o a las hermanas Font. Y con esto no quiero hacer una crítica, es decir, no es que se trate de personajes vacíos, poco trabajados, simples, sino solo que en Bolaño no se representan en las honduras del yo, sino que en un caminar, nomadizar, intenso, hacia otros yo. La subjetividad es una posta que se recorre en un plano horizontal, en una meseta, dirían Deleuze y Guattari, una posta motivada por el deseo del yo de probarse en otros emplazamientos, de fronterizarse, y ya no de validarse o entenderse a sí mismo como algo fijo, de construir un relato identitario, de consolidar una esencia, sino que de experimentar (no ser) otro.

      Vanguardistas como Macedonio Fernández en Argentina o Juan Emar en Chile ya habían adelgazado la subjetividad al máximo en la primera mitad del siglo veinte. Quizagenio, Deunamor, el Inexistente Caballero o el joven que se pasea con un palo por la Novela o Juan Emar, que solo puede responder “Servidor de usted” al saludo del pájaro verde que destroza la cabeza de su conservador tío, escapan a la noción de subjetividad tal como se fue construyendo en la novela moderna. Pero se trata de obras de vanguardia, difíciles de seguir, cercanas a la ilegibilidad. Bolaño dispone estas técnicas en el marco de un


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