Universidad - Sentido y crítica. Iván Carvajal
de sillas o de teléfonos con que cuenta la oficina del profesor, como se me consultó la última vez en que recibí, dentro de una visita de evaluación externa, a un «par académico»?
La estructura del libro
La primera parte del libro, «Las reformas universitarias en el Ecuador: de la “formación de la nación” al “desarrollo”. (Para una crítica de la idea de universidad en la ideología desarrollista)», es el resultado de un trabajo de investigación auspiciado por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y realizado en su Facultad de Comunicación, Lingüística y Literatura desde el año 2011 hasta finales de 2013. En esta parte, siguiendo la diferenciación que se estableció en el debate que tuvo lugar a mediados del siglo pasado en América Latina, se contrastan las posiciones de la «segunda reforma» con las de la llamada «modernización» universitaria. El núcleo de esta parte es el vínculo que surge ante el análisis crítico, en un primer acercamiento, entre las posiciones de Manuel Agustín Aguirre, rector de la Universidad Central del Ecuador, y Hernán Malo González, rector de la PUCE. Con Aguirre se asocia una figura fundamental de la «segunda reforma» en América Latina, Darcy Ribeiro, rector-fundador de la Universidad de Brasilia, así como con Malo se asocia el jesuita Ignacio Ellacuría, rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Sin embargo, al considerar el contexto del desarrollismo, aparece una cuestión inquietante: la afinidad de objetivos que de pronto emergen entre los postulados de la modernización y los de la reforma, afinidad que se deriva de cuestiones ideológicas compartidas en torno al desarrollo. Ello conduce a problematizar la idea de universidad implícita en los reformistas, en Aguirre o Malo, y a rastrear la deriva de nociones surgidas en la Ilustración, el Idealismo alemán y el Romanticismo, que fueron el sustento de las ideas de universidad prevalecientes en América Latina hasta, al menos, finales de los años 70 del siglo pasado. Esta idea de universidad, cuya función básica sería la formación de la nación, o de la cultura nacional, se imbrica con la idea de desarrollo. Tal articulación se produce bajo la determinación de los proyectos de liberación nacional o social o del pueblo, que enmarcan las ideologías de la izquierda de procedencia marxista y de la teología de la liberación —o al menos de las consecuencias del Concilio Vaticano II en el ámbito católico—. Sin embargo, tanto Aguirre como Malo dejan abierta la cuestión sobre lo que es la universidad, sobre todo a partir de sus respectivas «angustias» que se perciben a través de la lectura crítica.
A su vez, la investigación conecta el desarrollismo —implícito tanto en la propuesta de «modernización» universitaria como en la «segunda reforma»— con la idea de universidad tecnocrática que emerge con el neoliberalismo, y que fija como propósito de la «tercera reforma», iniciada hacia los años 80 del siglo pasado, el «mejoramiento de la calidad» bajo los señalados propósitos de eficiencia, eficacia y pertinencia. Para alguien que se ha pasado medio siglo en la universidad, como estudiante primero, y luego como profesor, investigador y funcionario, trabajando en el campo de las humanidades (la filosofía, la literatura), esa primera parte no podía sino concluir en la inquietud por el lugar que estas tienen hoy día en la universidad, y por la amenaza de clausura de este que pareciera ser su lugar, su «sede». Y no solo esto, sino algo aún más inquietante: la universidad, bajo el dominio tecnocrático, parece encaminarse hacia su clausura como espacio público democrático, como ámbito para el ejercicio de la libertad del pensamiento y de la palabra. Esta es una sospecha que inquieta por igual a universitarios de Estados Unidos, Europa o América Latina, al menos desde hace cuatro décadas.
La segunda parte del libro reúne tres ensayos independientes vinculados con la conclusión de la primera. Se inicia con el texto de la conferencia leída en el Simposio Permanente sobre la Universidad, que bajo la dirección del profesor Lucas Pacheco tuvo lugar en el año 2009 en la Facultad de Economía de la PUCE. En este ensayo se inquiere acerca de la función del saber en la universidad contemporánea, de cara a las llamadas «sociedades de la información» y «economías del conocimiento»; acerca de los efectos del conocimiento de las tecno-ciencias, y de las amenazas que se ciernen sobre los seres humanos y la vida en la Tierra3. Se publicó en el libro Universidad y conocimiento – Simposio Permanente sobre la Universidad (Facultad de Economía, PUCE, Quito, 2009). El segundo texto, «Las nuevas humanidades y la universidad», se presentó a inicios del año 2014 dentro del seminario «El lugar de la Filosofía hoy», organizado por la Escuela de Filosofía de la PUCE bajo la dirección del Dr. Fernando Ponce León, S.J., actual rector de la Universidad. En este ensayo se analiza la transformación de la universidad en el capitalismo tardío, a partir de la pregunta que emerge de manera inquietante: ¿hay un lugar para las humanidades, todavía, en la universidad contemporánea? Esa pregunta lleva a otra interrogación crítica, esta vez acerca de las propias humanidades: ¿qué pueden ser estas en nuestra época? Sin embargo, una universidad para ser tal debe conservarse como espacio público democrático, donde pueda realizarse la crítica, donde pueda indagarse por el sentido. De ahí que he creído conveniente cerrar el libro con un trabajo algo anterior, el texto de la conferencia «Acerca del destino del poema y de la crítica», que pronuncié en octubre de 2007 en la Universidad Nacional de Colombia dentro del Encuentro «Problemas y perspectivas de la crítica literaria en el siglo XXI», organizado por el Departamento de Literatura de esa universidad. Lamentablemente, el Departamento no pudo publicar las conferencias y las muy interesantes discusiones que tuvieron lugar en las mesas redondas del simposio. El lector advertirá una tonalidad distinta en este trabajo, más cercano al ensayo literario, y sin duda ajeno al malestar que sobrevino poco después y al que me he referido al iniciar este prólogo, aunque participa de la inquietud por el destino de la crítica y de las humanidades. Los textos de estos tres ensayos de la segunda parte han sido modificados en cuestiones secundarias a fin de incorporarlos dentro del libro, procurando evitar con ello repeticiones innecesarias.
Agradecimientos
Deseo reconocer mi enorme deuda a una serie de amigos y colegas con quienes he compartido reflexiones, esfuerzos, trabajos, entusiasmos y a menudo derrotas, en torno a la defensa del espíritu democrático de la institución universitaria. Me he enriquecido en la conversación con ellos, en los debates que hemos mantenido, siempre con espíritu abierto a la escucha y al respeto a las posiciones basadas en argumentos divergentes. Reconocerán todos ellos sus aportes en las líneas y entre las líneas de este libro, y también algún debate con sus puntos de vista. No puedo mencionarlos a todos, pero al menos quiero señalar que este libro debe mucho a las conversaciones mantenidas a lo largo de los años con Guillermo Falconí Espinosa, Teodoro Coello Vásquez, Manuel Corrales Pascual, Gonzalo Muñoz Jaramillo, Guido Rivadeneira, Joaquín Hernández y Lucas Pacheco, y más recientemente, con Arturo Villavicencio.
El capítulo IV, «Aguirre: entre la reforma universitaria y la revolución social», se publicó en la Revista de Ciencias Sociales, de la Universidad Central del Ecuador, No. 35, 2014; así mismo, el capítulo V, «Hernán Malo: La universidad y la crisis de la razón», en Podium, Revista de la UESS de Samborondón, No. 22, diciembre 2012. Agradezco a los directores de las indicadas revistas, Napoleón Saltos y Joaquín Hernández, respectivamente, por la autorización para incluir esos textos (que han tenido algunas correcciones de forma) en este libro.
Agradezco a la PUCE por el apoyo que me brindó para realizar la investigación y, luego, para su publicación. De manera especial expreso mi gratitud al Dr. Manuel Corrales Pascual, S.J., ex Rector de la Universidad; al Dr. Carlos Acurio, ex Director General Académico; al Dr. Arturo Donoso, Director de Investigaciones y Posgrados; a las doctoras Lucía Lemos y Rosa Olivia Llerena, Decanas de la Facultad de Comunicación, Lingüística y Literatura durante el período en que se realizó la investigación; y a los funcionarios de la DGA, la DIP, la FCLL y la Biblioteca que me brindaron generosamente su apoyo durante la investigación. Asimismo, agradezco al Dr. Fernando Ponce, S.J., actual Rector de la Universidad, al Dr. César Carrión Carrión, actual decano, y a Santiago Vizcaíno y al Centro de Publicaciones, por la acogida brindada para la publicación de este libro. Desde luego, las posiciones expuestas en el libro no pueden ser consideradas, de ninguna manera, como posiciones de la Universidad. Lo que ha caracterizado a la PUCE es su apertura, su sentido pluralista y el respeto a la libertad intelectual, y es gracias a esta libertad y a esa apertura que he podido realizar mi investigación.
Finalmente,