No podrán apagar el amor. Eloísa Ángela Ortiz de Elguea
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No podrán apagar el amor
Consideraciones en torno a la homosexualidad con perfume a evangelio
No podrán apagar el amor
Consideraciones en torno a la homosexualidad con perfume a evangelio
Eloísa Ángela Ortiz de Elguea
Índice de contenido
Introducción. El valor simbólico de la sexualidad humana como expresión de amor
Capítulo I. Biblia y sexualidad
Capítulo II. El factor socio-cultural como clave hermenéutica de interpretación del comportamiento sexual
Capítulo III. Tradición, magisterio y teología. Un diálogo siempre abierto
Capítulo IV. Amor y justicia en la reflexión ético-sexual de M. Farley
Capítulo V. Revisión crítica de la reflexión de Farley acerca de las relaciones sexuales entre dos personas del mismo sexo que se aman. Su aportación y sus límites
Capítulo VI. La misericordia: perfume del evangelio en la reflexión ético-sexual
Bibliografía
Ortiz de Elguea, Eloísa Ángela No podrán apagar el amor : consideraciones en torno a la homosexualidad / Eloísa Ángela Ortiz de Elguea. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Claretiana, 2020.Archivo Digital: descargaISBN 978-987-762-062-71. Homosexualidad. 2. Espiritualidad Cristiana. 3. Biblia. I. Título.CDD 220.8306766 |
Diseño de tapa: Equipo Editorial
1ª edición, abril de 2017
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ISBN 978-987-762-062-7
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A Cecilia Elena,
en reconocimiento por ser ella misma.
A mi padre, don Ángel,
fiel testimonio de amor a Dios y amor al prójimo.
Presentación
En su constante discernimiento, la Iglesia también puede llegar a reconocer costumbres propias no directamente ligadas al núcleo del evangelio, algunas muy arraigadas a lo largo de la historia, que hoy ya no son interpretadas de la misma manera y cuyo mensaje no suele ser percibido adecuadamente. Pueden ser bellas pero ahora no prestan el mismo servicio en orden a la transmisión del evangelio. No tengamos miedo de revisarlas (EG 43). (1)
Dado que la sexualidad constituye una de las dimensiones básicas de la persona humana, repercute con hondura en las manifestaciones de la conducta individual, relacional, familiar y social. La cultura occidental ha heredado de la tradición judeo-cristiana la comprensión de la heterosexualidad como instancia normativa, en la doble dimensión de unión y procreación. El matrimonio heterosexual monogámico para toda la vida y procreador, ha sido promovido como ideal y como destino, quedando excluido cualquier otro tipo de comportamiento sexual. (2) A la luz de los relatos de la creación, Juan Pablo II afirma que varón y mujer son dos modos de ser cuerpo llamados a completarse recíprocamente. Por el acto conyugal, es decir la unión del varón y de la mujer, se convierten en “una sola carne”, descubriendo cada vez el misterio de la creación. (3) El papa reafirma la heterosexualidad que aparece como evidencia tradicionalmente compartida.
No obstante, estudios antropológicos y la llamada “revolución sexual” de los años 70 han mostrado otros tipos de sexualidad y sus diversos grados de aceptación, entre ellos, la homosexualidad. Uno de los principales referentes del siglo XX en el ámbito de la filosofía en torno a estos temas ha sido M. Foucault. En sus copiosas investigaciones ha desarrollado una cierta “arqueología de la sexualidad”, procurando dilucidar las causas por cuales las sociedades occidentales se han ido configurando conforme a presupuestos determinados. (4) “Adhesiones y rechazos aparte, el pensamiento de Foucault se ha incorporado a la temática filosófica contemporánea”. (5) A los debates filosóficos se suma la irrupción de la perspectiva de género como categoría analítica. “Género” resalta los aspectos relacionales de las definiciones normativas de la feminidad y masculinidad, operando como instrumento crítico del constructo androcéntrico. (6) A posteriori, su comprensión ha sido complejizada, matizando la conceptualización de sexualidad en oposición a la ortodoxia sociológica de la época. (7) G. Rubin da cuenta de que a nivel más general, la organización social del sexo se basa en el género y en la heterosexualidad obligatoria. Sin embargo advierte que “si los imperativos biológicos y hormonales fueran tan abrumadores como cree la mitología popular, no sería necesario asegurar las uniones heterosexuales por medio de la interdependencia económica”. (8) Progresivamente, la cuestión homosexual encuentra en los estudios de género una herramienta para ser evaluada y reconsiderada.
Desde algunos años atrás, el debate en torno a la homosexualidad se ha proyectado al campo teológico. El moralista M. Vidal ha clasificado la producción teológico-moral de las décadas posteriores al concilio Vaticano II en tres grupos: los que repiten le doctrina oficial católica, los que aun manteniendo la valoración negativa procuran solucionar situaciones concretas con misericordia pastoral y con apertura de pensamiento, y los que adoptan una postura revisionista. (9) Conjuntamente, teólogos católicos y protestantes se han esforzado en determinar qué es moral y qué es inmoral en temas de sexualidad. Coinciden que lo propiamente moral de esas relaciones se basa en sentimientos de amor, compromiso, mutualidad, y fidelidad, en promoción del desarrollo personal pleno de los amantes. Por el contrario, la inmoralidad tiene sus raíces en situaciones de abuso, violencia y explotación, que de suyo sumergen a las personas en estadios de desarrollo truncados y conducen a la mentira y la traición. (10)
Como dato curioso, comparto que, en los inicios de este trabajo y en busca de material bibliográfico, encuentro que los manuales de moral de la persona (al menos los que están a mi alcance) recurren a la ética matrimonial para reflexionar acerca de la heterosexualidad desde los presupuestos bíblicos; en cambio, los temas de homosexualidad son iniciados desde interrogantes y presupuestos etiológicos. ¿Nada que decir de la etiología de la heterosexualidad?
Una pionera ha sido la teóloga católica M. Farley quien, en su obra Just Love bajo las categorías amor y justicia, formula un conjunto de normas con el propósito de reevaluar el comportamiento homosexual. (11) Su valioso enfoque reposiciona el tema en la mesa de debate teológico por ser portador de categorías netamente evangélicas.
Motivada por la invitación del papa Francisco a no tener miedo para revisar aquellas costumbres propias no ligadas al núcleo del evangelio, en esta investigación pretendo reflexionar acerca del comportamiento