El marido integral. Lou Priolo
para cualquier hombre hacer consistentemente lo que la Biblia dice sin la ayuda del Espíritu Santo. Así que si no eres cristiano, es decir, si no has puesto tu confianza en los méritos y mediación del Señor Jesucristo para salvación eterna, no podrás aplicar el contenido en este libro. Digo esto porque si no lo has hecho no tienes el Espíritu Santo el cual Dios da a quienes por su gracia capacitadora, se arrepienten de su pecado y creen en el Evangelio. Si esto suena como si fueras tú, te sugiero que vayas de inmediato al final de este libro y leas el Apéndice A: “¿Cómo puedo ser Salvo?”
Lo más probable es que si no eres cristiano, no entiendas mucho del contenido de este libro debido a que está basado en la Biblia. Quizá hasta te encuentres burlándote de la sola idea de ciertas cosas que están aquí escritas.
La Biblia explica el porqué de esto: “El hombre natural [no cristiano] no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente [énfasis añadido]” (1ª Cor. 2:14).
Sin embargo, si eres cristiano y crees en Biblia como el único libro suficiente y autoritativo para explicar el comportamiento del hombre y proveer los medios y la forma para cambiar ese comportamiento, probablemente no tendrás dificultad para entender lo que en él está escrito. Quizás te resistas a la convicción que llegará cuando leas lo que sabes que es la verdad bíblica, pero desearás al menos entenderlo. Tu mayor conflicto será probablemente en su aplicación consistente. Tendrás que cambiar algunas maneras en que pensabas y actuabas y desarrollar nuevos patrones de pensamiento y conducta para ser el esposo que la Biblia dice que debes ser.
Dios da responsabilidades tan grandiosas al esposo cristiano que es imposible cumplirlas separados de Su gracia. Creo que el material en este volumen es bíblicamente correcto. Yo por mi parte deseo ser el esposo que Dios quiera que sea. Aun así, en el proceso de escribir este libro, fui terriblemente convencido de las ineficiencias que debía corregir en mi propia vida. Por la gracia de Dios estoy trabajando en ello y planeo pasar el resto de mi vida aprendiendo a implementar consistentemente las verdades de este libro.
Mientras lees El Esposo Integral, recuerda que Dios nunca pide a Sus hijos hacer cosas sin darles los elementos necesarios para obedecerlas. Si eres cristiano Él ya te ha dado el Espíritu para enseñarte (Juan 16:13) y te guiará para que sepas cómo ser un esposo bíblico (Juan 14:16). Él también ha prometido darte la sabiduría para realizarlo:
“Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” (Stgo. 1:5)
Además, “Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito. [Énfasis añadido]” (Fil. 2:13). Y puesto que una de las cosas que son “para su beneplácito” es que seas la clase de esposo que refleja el amor de Cristo por Su iglesia (Ef. 5:25-32), puedes confiar en que Él producirá en ti el querer y el hacer lo aparentemente imposible: amar a tu esposa como Cristo ama a la iglesia.
Así que no te desanimes mientras lees. No esperes ser capaz de cambiar todas las áreas de tu vida a la vez. Poco a poco, Dios te dará la gracia para ser conformado a la imagen de Cristo.
Lo que he intentado en este volumen es considerar todos los preceptos del Nuevo Testamento dirigidos específicamente al esposo. Hasta donde sé no existe un trabajo impreso que haya puesto todos estos preceptos en un solo volumen.
Finalmente, déjame señalar que éste no es un libro sólo para leer; es un libro que se debe estudiar. No es un libro psicológico de autoayuda basado en la última corriente psicológica. Más bien, es un libro de teología práctica diseñado para consultarlo una y otra vez; es un libro de trabajo diseñado para entrenar a esposos cristianos en la implementación de preceptos bíblicos específicos. Quiera Dios bendecirte mientras estudias cómo ser un esposo bíblico más maduro e “integral.”
“A El nosotros proclamamos, amonestando a todos los hombres, y enseñando a todos los hombres con toda sabiduría, a fin de poder presentar a todo hombre perfecto en Cristo.” (Col. 1:28)
Capítulo Uno
Desearía que ella
viniera con un
instructivo
Tu carro viene con uno. También tu televisión, tu estéreo, tu cámara y tu computadora. Qué lástima que tu esposa no venga también con un instructivo.1 Imagina lo fácil que sería vivir con ella, si viniera con un libro de instrucciones en el cual pudieras encontrar lo que necesitas saber para mantenerla saludable, feliz ¡y al máximo de su capacidad!
Si tuvieras un manual de esta índole, te proveería información esencial sobre las mujeres en general. Pero te daría otros datos valiosos como la información específica de tu producto (tu mujer en particular), instrucciones para el mantenimiento, direcciones para leer sus parámetros e indicadores emocionales, instrucciones de limpieza, advertencias sobre los riesgos e incluso una sección completa sobre “Cómo Resolver Problemas.” Pero tu esposa es una mujer, y las mujeres no vienen con un instructivo - ¿O sí?
Permíteme decirte un pequeño secreto poco conocido: tu esposa viene con un manual. Tú nunca lo has visto porque está metido en su corazón. Muy dentro de su corazón está la información necesaria para entenderla y cuidarla de acuerdo a la Biblia2. Sólo hay algo que debes entender. Tú eres el que debe sacarla. Así es, tu trabajo es sacar esa valiosa información de su corazón, y si fuera necesario, ponerla por escrito. “Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre, y el hombre de entendimiento lo sacará. ” (Prov. 20:5). La responsabilidad de ser entendido te la da Dios en 1 Pedro capítulo tres.
“1 Pedro, capítulo tres - ¡Amo ese pasaje! ¿No es allí donde dice que la mujer debe mantenerse callada?”
Bueno, sí, pero yo no me refiero a esos versos (1 & 2). Yo quiero hablarte del verso siete. “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo” (1 Pedro 3:7, RV60). La Biblia pone sobre ti la carga de vivir sabiamente como esposo. Tú eres quien debe tomar la iniciativa para obtener de tu esposa la información necesaria para desarrollar y mantener la intimidad como una sola carne que Dios ha determinado que tengas con ella. Elisabeth Elliot en su libro The Mark of a Man (La Marca de Un Hombre), explica el concepto del hombre como iniciador:
“Lo importante que como hombre debes recordar… es que una mujer no puede responder apropiadamente a menos que el hombre sea apropiadamente el iniciador. Él debe tomar la iniciativa para que ella lo siga, como en un baile. La voluntad de cada uno para ejecutar los ‘pasos’ que han sido ensayados es lo que da libertad a la otra persona.”3
“¡Está bien! ¡Me convenciste! Así que mi trabajo es entenderla. Pero ¿Cómo saco esa información, ese instructivo fuera de su corazón?”
Bueno, para empezar, tienes que entender la perspectiva bíblica del matrimonio y la importancia de la comunicación para la relación marital.
Un Pacto de Compañerismo
Muchos creen que el propósito del matrimonio es la propagación de la raza humana. Pero el matrimonio fue diseñado por Dios para lidiar con el asunto de la soledad (Gen. 2:18-24). El SEÑOR Dios dijo:” No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea.”
En su libro, Marriage, Divorce and Remarriage in the Bible ( Matrimonio, Divorcio y Recasamiento), Jay Adams desarrolla este concepto:
Dios hizo a la mayoría de nosotros para que estuvieramos solos sin una relación íntima con quien vivir. Dios proveyó a Eva no sólo (o primariamente) como ayuda para Adán (aunque la ayuda es una dimensión de esa compañía), sino como su compañera. Él también, como todos los demás esposos desde entonces (como veremos), debía proveerle compañerismo a