Para comprender la Reforma Protestante. Eduardo Tatángelo
Harold Segura Carmona
World Vision International
Director de Relaciones Eclesiásticas para América Latina y el Caribe
Del fenómeno histórico al desafío presente
Amigo lector, el trabajo que tiene en sus manos se formó a partir de humildes pretensiones y modestos objetivos. No se propone ser un trabajo erudito o extensamente fundamentado sobre la historia de la Reforma o su teología. Tampoco pretende aportar hipótesis o fuentes nuevas para comprenderla. No intenta alcanzar una originalidad explicativa que en un campo tan trajinado ya no parece posible. Tampoco es un libro para discutir con expertos o un material en el que los especialistas puedan profundizar su conocimiento sobre los acontecimientos o el pensamiento de la Reforma. Busca, más bien, generar una comprensión vívida y sentida de lo que la Reforma puede significar como herencia histórica y teológica en América Latina, no sólo para nuestra generación, sino en los desafíos que presentará a la iglesia el futuro inmediato.
Pero debe ser ésta una reflexión plural, no una discusión de historiadores o teólogos, sino que debemos aportar las herramientas de análisis mínimas para que reflexionen todos los cristianos comprometidos y no tan sólo los especialistas. Si así no fuera, los 500 años de la Reforma quedarán plasmados en una serie de efemérides y eventos organizados nada más que para entendidos. Por eso, el propósito de este libro es provocar el conocimiento y la comprensión más amplia y popular posible de un proceso histórico clave para la vida de la iglesia en la modernidad. Se trata, entonces, de un libro de divulgación, reflexión y debate personal y comunitario sobre las raíces de las tradiciones evangélicas y protestantes que conformaron las iglesias en las que hoy vivimos y misionamos. Porque la Reforma habla de nosotros, ahí está la clave: nos obliga a preguntarnos por nuestras prácticas e interpela y desafía nuestras elecciones ministeriales y teológicas. También contiene una reserva de sentido, propuestas, alternativas, problemas y preguntas que pueden iluminar los desafíos que enfrentamos en este tiempo y contexto, los nuestros, tan distintos de aquellos.
Hay muy buenos libros sobre la historia de la Reforma que describen con detalle su desarrollo. Asimismo, una gran cantidad de tratados han profundizado sobre las diversas teologías que surgieron a partir de ella. Por otro lado, son incontables los artículos de divulgación o académicos que abordan o la historia o el pensamiento reformado. En este trabajo, nos proponemos cruzar la historia y la teología de una manera profunda pero sencilla. En última instancia, la teología cristiana es la reflexión y la experiencia de la iglesia, de sus hombres y sus mujeres en un contexto acotado por un tiempo. Sin esas coordenadas (tiempo/espacio), el pensamiento cristiano se vuelve esotérico, incomprensible y anacrónico. La historia nos da el escenario en el que los seres humanos, sus ideas y decisiones pueden entenderse, así como la única posibilidad que tenemos para pensar y comprender la intervención de Dios en medio de los tiempos. Nos aporta una mirada sobre las diversas fuerzas que confluyen para que se desencadene un proceso o se dispare un acontecimiento, en el que (para un creyente) confluyen el designio de Dios y las elecciones de los seres humanos. La Reforma es un proceso que se inscribe en el tumultuoso relato de los comienzos de la modernidad. No fue sólo un acontecimiento religioso, sino que las profundas corrientes culturales, económicas y políticas de la Europa de finales del medioevo la atravesaron e influyeron con todas sus ondas. Por ello, es difícil tratar de entender la Reforma (y mucho más extraer preguntas valederas para nuestro tiempo) sin una idea al menos somera de la etapa histórica en la que se desenvolvieron los acontecimientos y vivieron sus protagonistas.
Pero es importante que, a la mirada histórica, la acompañe la reflexión sobre las ideas y los conceptos que animaron los procesos de cambio iniciados allí. Una historia que sólo midiera las causas concurrentes, el choque de fuerzas y el juego de las circunstancias, no lograría atrapar el cauce profundo de unas ideas que buscaban abrirse paso. En parte, el proceso histórico puede explicar el surgimiento de las ideas; pero, al mismo tiempo, estas últimas permiten comprender la orientación de un desarrollo, las elecciones de un grupo humano, el nacimiento de un movimiento. La teología cristiana de la Reforma es hija de su tiempo, pero también es madre, padre y partera de la iglesia y de los movimientos que nacieron en ella y la sobrevivieron durante siglos. Pero, también, las ideas de la Reforma nos ayudan a entender no sólo la iglesia, o la religión de su tiempo y del posterior, sino que son una clave más para comprender la modernidad de la que todos hemos llegado a formar parte. Las ideas teológicas pertenecen a un tiempo, eso está claro, pero no se agotan en él, no se lo deben todo al mundo que las vio nacer, sino que lo exceden, lo rebasan extendiendo su aporte y su interpelación a las generaciones subsiguientes. Se trata de un círculo de comprensión: la lectura histórica ilumina las ideas, y estas, a su vez, explican el sentido de los acontecimientos.
Pensamos que no basta leer la historia o conocer la teología; es necesario ponerlas en relación con nuestra propia historia, nuestras experiencias contemporáneas y la vivencia actual de la Palabra de Dios. Es decir: para que el proceso sea caudaloso en sugerencias, en inspiraciones, en evocaciones, en alternativas, es necesario iniciar un diálogo en el que la encarnadura de la historia, la rica trama del saber teológico de los reformadores y la comprensión de nuestros desafíos presentes nos ilumine, nos cuestione y nos inspire. Unir esas tres dimensiones de la reflexión sobre la Reforma, es el objetivo de este trabajo. Hacerlo accesible para todo lector interesado, es el desafío que nos planteamos. Queremos colaborar en hacer conocer la historia, comprender los aportes teológicos nacidos en este extraordinario proceso y hacer las preguntas que surgen de nuestro contexto moderno y latinoamericano. Que resulte útil este libro para alentar la reflexión e iluminar la práctica de la fe, siempre nueva y siempre aferrada a sus raíces, es casi un sueño.
Este trabajo está dividido en cuatro partes. En la primera se describen algunos aspectos de la sociedad en la que la Reforma surgió y se desarrolló. Se analizan las dimensiones de una sociedad en transformación, desde la última parte de lo que se da en denominar el medioevo hasta los inicios de la modernidad. Se estudian en especial los procesos y fenómenos históricos que sirven para comprender el sentido de los cambios aportados por los reformadores. En la segunda parte, se analizan las principales causas que los historiadores han estudiado para comprender el nacimiento de la Reforma y su desarrollo. Se parte de la base de que un fenómeno tan complejo como este no puede remitirse a una sola causa o a razones meramente religiosas o espirituales. En la tercera parte, nos introducimos en la descripción de las diversas corrientes que conformaron el multifacético proceso reformador, tratando de dar cuenta de sus principales exponentes, ideas y prácticas. Finalmente, en la última parte, desarrollamos algunos de los temas teológicos, pastorales y espirituales que resultaron centrales a la propuesta de los reformadores. En cada capítulo tratamos de citar fuentes históricas para reponer la voz de los verdaderos protagonistas. Se incluyen citas bíblicas para mantener viva una relación que para los protagonistas fue clave entre historia humana y Palabra de Dios. Unas breves preguntas al final de cada una de las secciones que conforman los capítulos están dirigidas a promover reflexiones contemporáneas sobre las temáticas suscitadas en aquel momento histórico, pero como desafíos y problemas aún vigentes. Al final del libro, a modo de apéndice, el lector encontrará un índice biográfico de algunos protagonistas de la Reforma mencionados en esta obra, un glosario de conceptos y un resumen de frases célebres de algunos reformadores. Para facilitar el acceso del lector no especializado, hemos evitado el citado directo de obras o fuentes. Al final de la obra se ofrece una bibliografía básica de los temas tratados para orientar la profundización de las cuestiones abordadas. Esperamos que este trabajo no sólo informe y recuerde, sino que también ayude a reflexionar y desafíe el presente desde una mirada sobre nuestro pasado común.
Primera parte
El escenario de la historia
Nosotros no estamos bautizados en nombre de un rey, ni de un príncipe ni de ninguna autoridad, sino en nombre de Cristo y del propio Dios... Hay que dejar que cada uno corra el riesgo de