Crisis ecológica. Veronica Figueroa Clerici
el grado de sufrimiento de las consecuencias de esta catástrofe no es parejo entre los grupos humanos. Las poblaciones pobres tienen, una vez más, una capacidad de acción defensiva mucho más limitada que quienes cuentan con recursos económicos y de conocimiento. Del otro lado, quienes carecen de una educación para afrontar la situación desconocen también los efectos y riesgos de muchas conductas naturalizadas. La cuestión ecológica requiere asimismo de una ecología social.
En este marco, Ana Soria puntea algunos aportes de Trabajo Social, advirtiendo el escaso interés que esta temática ha suscitado en la definición de la agenda pública en América Latina. Recorriendo algunos datos regionales, y de Salta en particular, reclama acciones de consenso efectivo que reúnan a técnicos y expertos. El trabajador social colaborará con la intervención en espacios microsociales, para promover el cambio, la cohesión social y el fortalecimiento de los sujetos.
Luis Scozzina completa el abordaje socioecológico, haciendo hincapié en el cuidado de la vida frágil, promoviendo un desarrollo humano integral y aplicando el principio del bien común. La preocupación —el cuidado— por el otro, señala Scozzina, es una dimensión antropológica constitutiva del ser humano, no se trata de una “elección” añadida, sino de una condición, un modo de ser humano ineludible para su realización. La mirada hacia lo más frágil constituye una interpelación para reconocer cómo deberíamos orientar nuestro poder, no solo en el ámbito económico y social, sino también educativo y cultural.
Este itinerario reflexivo se completa con tres ensayos de alumnos de UCASAL en el marco del concurso “Apasionados por el cuidado del mundo”. Conscientes de la necesidad de un programa educativo que instale el tema y ayude a tomar conciencia de la urgencia de la situación, el Vicerrectorado de Formación propuso la lectura y reflexión de la encíclica Laudato Si’ en el marco de las cátedras de Filosofía, Teología, Ética y Doctrina Social de la Iglesia en cada una de las carreras presenciales. Los tres trabajos premiados han puesto en diálogo la realidad ecológica crítica con el aporte original de la carrera a la que sus autores pertenecen. Estanislao Goñalons, alumno de Relaciones Internacionales, se ocupó del drama de los “refugiados ambientales”, es decir, de aquellos individuos obligados a migrar por cuestiones ambientales (ya sean peligros naturales o provocados por la actividad humana). Diego Terroba, estudiante de Economía, plantea la problemática de la contaminación del arroyo “El Codito” situado en la ciudad de General Güemes (Salta). Por último, María Lorena Celedón reflexiona sobre la responsabilidad ineludible de la comunicación social en el cuidado del ambiente y la ecología, desde la Escuela de Formación y Perfeccionamiento Docente.
La crisis ecológica en la que nos hallamos inmersos no es un problema solo del sistema productivo o de grupos humanos particulares, sino de cada uno de nosotros. Es también nuestra conducta cotidiana la que coadyuva a crear un mundo más vivible o no. Hace falta, entonces, un programa educativo, campañas de concientización, desde las escuelas hasta los lugares de trabajo, capacitaciones e información diseminada a través de los medios de comunicación, para poder mostrar la urgencia de la situación y la importancia del cuidado de los recursos energéticos, naturales, relacionales y vitales. Ello debe poner en cuestión un modelo de consumo que no solo genera desigualdad porque no es generalizable, sino que es insostenible desde el punto de vista ecológico. Esperamos que esta publicación sea una contribución para ello, que se extienda a todo el ámbito universitario para amplificar la rica experiencia de intercambio que ha significado estas ponencias, como así también alentar otros encuentros personales y comunitarios que agrandan la confianza en un trabajo común.
Bibliografía
Cambours de Donini, A. (2017). “Los desafíos que plantea Laudato Si’ a la universidad contemporánea” en: Grupo Farrell, Laudato Si’. Lecturas desde América Latina, Ciccus, Buenos Aires, 179-191.
Francisco (2015). Encíclica Laudato Si’, Vaticana, Roma.
Hoevel, C. (2016). “Laudato Si’: preguntas, polémicas y caminos de interpretación” en: Gómez de Mier, E., Alabanza gozosa y labor cuidadosa por nuestro común hogar, Docencia, Buenos Aires, 397-424.
Scannone, J. C. (2017). “Experiencias de salvación comunitaria” según Laudato Si’ (LS 149) en: Grupo Farrell, Laudato Si’. Lecturas desde América Latina, Ciccus, Buenos Aires, 33-45.
4. Directora del Instituto para la Integración del Saber (IPIS) de la Universidad Católica de Salta.
La relación entre teología y ecología a partir de la Laudato Si’ .
Claudio Ramírez (5)
Introducción
Este trabajo quiere proponer un análisis de la Encíclica del Papa Francisco Laudato Si’ sobre la cuestión ecológica, como punto de llegada y como punto de partida de la relación entre teología y ecología, a partir del paradigma de la teología de la historia, que, como dice Bruno Forte, parte “del mensaje cristiano —con el anuncio inaudito del Dios que hizo suya la muerte, asumiendo hasta el fondo la ‘cruz de la historia’ por amor al mundo— y arroja algo de luz sobre la pregunta de sentido: del corazón mismo de la ‘buena nueva’ nace la posibilidad de una ‘teología de la historia’” (Forte, 1995). En este sentido, Bruno Forte nos invita a pensar en el paradigma de la teología de la historia a partir de tres verdades evangélicas: primero que Dios actúa en la historia; segundo, que ese mismo actuar de Dios en la historia le da el sentido pleno a la historia; y tercero, que acción de Dios y sentido de la historia son los fundamentos para pensar en una teología de la historia.
La historia contemporánea, entonces, está marcando un desafío que se lee en clave de crisis ecológica, es por esto que el Papa Francisco llama a “reconocer la grandeza, la urgencia y la hermosura del desafío que se nos presenta” (LS 15). El desafío histórico es una crisis global que compromete el futuro de toda la humanidad y afirma el Papa: “cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la crisis del ambiente y en los sufrimientos de los excluidos.” (LS 13)
El presente histórico plantea rotundamente la novedad ecológica para el pensamiento teológico, no sólo a la teología moral, de la cual se puede deducir actos moralmente ecológicos, sino también una teología cristológica, hacia un Cristo cósmico y pobre; una teología eclesiológica que haga pensar una comunidad biodiversa, liberadora y de una fuerte opción por los excluidos; y de una pneumatología que santifique la relación geohumana, tierra y hombre, a partir de la sabiduría de los pueblos.
Por otro lado, este trabajo lee la encíclica Laudato Si’ a través de las coordenadas de punto de llegada y punto de partida, y en ellas la cuestión del método, y es así que sutilmente se analiza como punto de llegada el método de la teología deductiva, que termina siendo insuficiente para abordar en su totalidad el problema ecológico. Se pasa así al método inductivo como punto de partida, para una comprensión integral y global de dicho problema. Ya que la teología actual tiene la tarea de auscultar los signos de los tiempos, provocando una novedad en la forma de pensar del creyente, es decir, “la fe a partir de la situación humana del tiempo.” (Silva, 2013)
1. Punto de llegada: de una teología de la creación a una ecoteología de la liberación
1.a) La crisis ecológica y una crítica a la teología
Si bien el concepto de ecología data de fines del siglo XIX, la toma de conciencia de la crisis ecológica se da a fines de la década del 60. Al respecto de esto el informe de 1969 de la UNESCO decía:
Estamos haciendo inhabitable el planeta y al año siguiente se reúne la Conferencia de Gobiernos Europeos en Estrasburgo, cuyo énfasis sobre la conservación de la naturaleza está dividido en cuatro tercias: Efectos de la urbanización, efectos de la industrialización, consecuencias