Dirección empresarial. Alejandro Moreno
La visión familiar es un ejercicio que lleva a la familia empresaria a visualizar qué tipo de familia le gustaría llegar a ser, cuáles serían las dinámicas que desearían tener, cómo se soñarían las relaciones interpersonales y qué valores quisieran que fueran las bases que les ayudaran a generar un legado. Generar esos espacios para conversar consensuadamente sobre estos problemas genera unidad y también ilusión en formar parte de un legado que resistirá a pesar de las crisis.
Para construir esta visión, las familias empresarias pueden preguntarse ¿cómo nos vemos de aquí en adelante con estas nuevas circunstancias que generan estos tiempos?, ¿cómo lograr que nuestra familia llegue a ser como la queremos y visualizamos? y ¿cómo logramos que nuestra familia tenga esas características? Esta última pregunta lleva a las familias empresarias a pasar de la planeación a la ejecución y a aplicar la habilidad de la ambidestreza, como se había mencionado para el ámbito empresarial. La ejecución de la visión familiar se lleva a cabo mediante la definición de la estrategia familiar, en la que se puntualizan las acciones concretas que la familia empresaria ejecutará para lograr lo que se había plasmado en su visión familiar. Por ejemplo, si dentro de la visión familiar se quiere tener una familia más unida, entonces en la estrategia familiar se pueden concretar aquellas acciones que los llevarán a la unidad, pensando tal vez en vacaciones juntos, talleres de temas que compartan, club de lectura, cine; en fin, hay muchas actividades que pueden promover la unidad familiar.
Estos espacios que promueven la construcción de una visión y estrategia familiar se pueden dar de manera informal o de una forma un poco más estructurada. Las familias empresarias que han pasado de generación en generación se han apoyado en la conformación de un consejo de familia.
El consejo de familia como órgano de gobierno familiar clave en momentos de crisis
El consejo de familia representa un espacio vital en que los intereses e inquietudes de los miembros de la familia se ven representados y considerados. Por esto, el consejo de familia es el órgano de gobierno que regula el funcionamiento de la familia empresaria y, en especial, las relaciones de la familia con las actividades empresariales y extraempresariales vinculadas a la empresa o patrimonio familiar (Arbesú, 2016).
El consejo de familia es un mecanismo reconocido para facilitar una comunicación abierta y sana entre los miembros de la familia. Este órgano de gobierno familiar debe ofrecer a los familiares un espacio para expresarse entre ellos mismos y transmitir sus opiniones sobre temas importantes relacionados con la familia y la empresa. A su vez, debe crear mecanismos de resolución de conflictos con los cuales ningún miembro de la familia se sienta maltratado ni alejado; por el contrario, el consejo de familia deberá ser ese espacio integrador que evite las comunicaciones indirectas entre los miembros de la familia.
¿Cómo crear estos espacios de integración? A través de la organización periódica de reuniones que promuevan la unidad familiar, por ejemplo, mediante las asambleas de familia, en que están invitados todos sus miembros, independiente de trabajar o no en la empresa.
La promoción de la unidad familiar en estas reuniones se puede llevar a cabo mediante ejercicios de difusión de la historia familiar, con la cual se trata de dejar un legado para las futuras generaciones. Otra forma de generar unidad familiar mediante las actividades que realiza el consejo de familia puede concentrarse en la participación en seminarios y programas de formación empresarial, de orientación a las generaciones más jóvenes de la familia y de temas de interés para todos sus miembros.
Asimismo, la participación de los miembros de la familia en los diferentes comités, por ejemplo, de resolución de conflictos, de nuevas aventuras empresariales y de actividades filantrópicas, genera compromiso e identidad con la empresa familiar y con las diferentes generaciones con las que cuenta la empresa familiar.
De esta forma, cuando los miembros de la familia empresaria deciden compartir espacios para la construcción de la visión y la estrategia familiar, ya a través de un consejo de familia, ya de manera informal, están desarrollando hábitos y habilidades que les permitirán ser más asertivos en el proceso de toma de decisiones frente a momentos de crisis e incertidumbre, porque estarán más unidos mediante un propósito común que vincula tanto a la empresa como a la familia.
Hábitos que ayudan a conservar el propósito en tiempos de incertidumbre
Covey (2014) nos presenta una serie de hábitos que nos ayudarán como miembros de familia a enfrentar el reto de afrontar de la mejor manera los momentos de incertidumbre y cambio como directivo de una empresa y miembro de familia de esa empresa. Bajo esta perspectiva, las familias empresarias milenarias han puesto en práctica algunos de estos hábitos:
1. Colocar un propósito en cada acción que se tome en estos tiempos: Esto es tener el fin en la mente, lo que hace posible que los días en medio de situaciones que no se controlan (pandemia) tengan un sentido. Por ejemplo, se puede definir en familia un propósito que se quisiera lograr a corto plazo. ¿Qué tal ser más cariñosos los unos con los otros? ¿Hablarnos más? ¿Aumentar nuestra confianza? ¿Compartirnos esos sueños que tenemos? Y también se pueden tener propósitos pequeños en cada acción concreta del día a día, y así generar un ambiente familiar que lleve a la estabilidad emocional. También se pueden construir espacios que permitan reflexionar que con cada acción de hoy se está construyendo el futuro. Estas preguntas pueden ayudar a generar conversación entre los miembros de la familia. ¿A qué tipo de hogar le gustaría invitar a sus amigos? ¿De qué manera queremos que nos recuerden? ¿Cómo podemos desarrollar el potencial de cada uno de nuestros hijos en este momento? ¿Cómo queremos devolver lo que recibimos?
2. Poner primero lo primero: Este hábito ayuda a tener claras las prioridades y, desde los diferentes roles, permite balancear lo primero de la familia y lo primero del trabajo. El objetivo de este hábito es motivar a los miembros familiares a identificar prioridades diarias para un ámbito y para el otro, con calma y tranquilidad, pero, sobre todo, con mucha alegría, porque en este ejercicio saldrá a la luz lo mejor de cada persona que conforma la familia y la empresa.
3. Sinergizar con nuestros equipos de trabajo en la familia y en la empresa: A partir de una comunicación clara e inclusiva, podemos identificar cuáles son los puntos de sinergia para que la ejecución sea eficiente. Ahora, también se puede llevar la sinergia a la familia, en que cada miembro aportará a las tareas familiares de acuerdo con su edad y disponibilidad. Aquí la invitación es integrar las mejores habilidades de cada uno desde su situación. ¿Cómo lograr las sinergias? En primer lugar, definir cuál es el problema que se quiere resolver en este momento. En este paso, se debe tener apertura de mente para entender la versión, el camino y la definición del problema según la otra persona, porque puede ser que este para mí no sea el mismo que para el otro. Después se pueden generar espacios para lograr ser entendido y compartir sus ideas. Finalmente, se motiva a realizar una lluvia de ideas entre todos para encontrar la mejor solución, y lograr sinergias, ya que cada miembro de la familia aportará sus mejores habilidades en este proceso.
4. Y, sobre todo, afilar la sierra, que es ser conscientes de usar la capacidad que tenemos como seres humanos para renovarnos física, mental y espiritualmente, y es en este momento en el que sabremos de qué estamos hechos y si tenemos la fortaleza necesaria para tomar la decisión de parar un momento y darnos ese espacio para afilar la sierra y volver a empezar con un mejor filo siendo más eficientes, pero, sobre todo, más humanos, más amorosos, más alegres, con más esperanza. Este hábito también ayuda a generar reflexión sobre cómo ayudar a los miembros de la familia a renovarse en las dimensiones física, mental y espiritual, y a responder a ¿cuál es la estrategia familiar que vamos a utilizar como familia para aterrizar lo que queremos ser, más unidos, solidarios, eficientes en la toma de decisiones y, sobre todo, aportar una mejor versión de nosotros mismos para los demás?