Dimensiones de la migración en Colombia.. Felipe Aliaga Sáez
se basa, según los autores, en demostrar por qué es importante debatir sobre migración interna y por qué la presencia de actores armados generó cambios tan significativos en la población. Este estudio también propone avanzar en el conocimiento de la migración utilizando los censos de población de 1973, 1993 y 2005. En el capítulo se manifiesta que la migración interna en Colombia no se debe limitar al conflicto armado, si bien es la causa principal, las condiciones políticas y económicas del país han generado insatisfacción sobre la sociedad, lo que ocasiona la búsqueda de mejores condiciones dentro y fuera del país.
Según datos de Migración Colombia (Ministerio de Relaciones Exteriores, 2016), cerca de 4.7 millones de colombianos viven en el exterior, haciendo de Colombia uno de los países con mayor emigración de Suramérica. Las causas de la emigración colombiana son múltiples, y van más allá del conflicto armado. En el capítulo tres, Carolina Bernal, Katherine Cardozo, Laura Alejandra Granados y Sebastián Polo analizan la actualidad de las tendencias migratorias de la diáspora colombiana en el mundo, es decir, ese conjunto de colombianos que están fuera del país pero que siguen manteniendo múltiples vínculos con el territorio nacional. Este análisis recopila cifras de la migración colombiana desde cuatro regiones principales: América; Europa; África del Norte y Medio Oriente, África Subsahariana y Asia Central; y Noreste de Asia y Oceanía.
Sobre la migración de retorno, Stéphanie López Villamil plantea en el capítulo cuarto el reciente cambio en la magnitud de los flujos de retorno hacia Colombia por la crisis humanitaria venezolana, de esta forma invita a indagar sobre la manera en que se han estudiado estos flujos, cuestionando a la vez los marcos teóricos que abordan la migración de retorno desde una perspectiva que los entiende solamente desde el Norte hacia el Sur. Este contexto permite analizar los flujos migratorios de retorno desde una perspectiva desde el Sur en la que se visibilizan las migraciones Sur-Sur, siendo un caso particular el de la migración desde Venezuela hacia Colombia, pues las condiciones estructurales de ambos países inciden en que las políticas que se formulan deban tenerlas en cuenta. Así, el paso de un retorno voluntario y muchas veces espontáneo y de una población poco numerosa, pasa a ser un retorno forzado de una magnitud que requiere mayor atención. Este capítulo repasa brevemente algunos de los estudios que se han hecho de la migración de retorno de colombianos problematizando desde una perspectiva desde el Sur para identificar los vacíos existentes en la materia. Luego, aborda las iniciativas de política pública hacia esta población a partir de la Ley 1565 de 2012, haciendo énfasis en los cambios institucionales y en las falencias y oportunidades de estas iniciativas para cada uno de los tipos establecidos en la ley: laboral, productivo, solidario y humanitario o por causas especiales.
El análisis del régimen de extranjería, a cargo de Alexandra Castro, corresponde al quinto capítulo, el cual muestra una visión crítica del régimen jurídico en torno a la inmigración, planteando vacíos y desafíos en la construcción de política migratoria. Este trabajo plantea la necesidad de una norma migratoria que reúna todos los procedimientos administrativos que envuelvan al extranjero y que establezca sus derechos y garantías. Aborda la concepción securitarista de las migraciones y analiza algunas causales de inadmisión, deportación y expulsión, que pueden llegar a ser anacrónicas y poner en riesgo las garantías del debido proceso de los extranjeros; se analiza la regulación frente a la privación de libertad de los migrantes. El capítulo describe procedimientos y dificultades que deben realizar los migrantes para solicitar refugio y asilo. Se abordan aspectos relevantes como la adquisición de la nacionalidad. Finalmente, se presentan una serie de pronunciamientos de la Corte Constitucional colombiana frente a los extranjeros.
El capítulo sexto, desarrollado por Felipe Aliaga, Angelo Flórez, Nadia García, Lina Montoya, Paola Vanessa Baracaldo, Lisa Pinto y Carla Rodríguez, se realizó con el fin de presentar las diferentes medidas de implementación sobre el control migratorio en el país, esto tomando en consideración la crisis humanitaria en la que se encuentra Venezuela, que ha generado la llegada de más de un millón de venezolanos a Colombia. El capítulo está compuesto por las siguientes secciones: a modo de introducción, se indican algunas medidas de protección nacional e internacional, una breve aproximación al CONPES 3950, política laboral, salud, educación, género y retorno. Dentro de cada sección se concentran los principales argumentos, recomendaciones e iniciativas cuando se habla sobre migración venezolana en Colombia. Para el desarrollo del capítulo se utilizaron una serie de informes presentados en 2018 por el Gobierno, observatorios de investigación de universidades y organizaciones dedicadas a la seguridad y defensa de derechos de los migrantes y refugiados.
La migración pendular trasnacional colombo-venezolana es el tema que abordan en el séptimo capítulo Caterine Mojica, Gladys Adriana Espinel, Martha Herrera y Andrea Catalina Camargo, fenómeno que explica por qué atravesar la frontera se constituye para los migrantes pendulares en una nueva forma de habitar el territorio. Describe, además, cómo este proceso diario se ha convertido en un mecanismo de subsistencia para los ciudadanos venezolanos o para los colombianos que viven en Venezuela, pese a las dificultades que implica el tránsito por pasos no legales, denominados ‘trochas’, que son controlados por grupos armados a quienes se les debe pagar una suerte de ‘peaje’. En este caso, la relación laboral oferta-demanda, como se da en la migración circular, no es lo importante, sino que el cruce trasnacional permanente se constituye en la única forma de mantenerse con vida y distanciado, al menos durante el día, de lo que implica vivir en un país inestable políticamente.
Desde una aproximación histórica a la presencia de sirios, libaneses y palestinos en Norte de Santander, Gladys Adriana Espinel y Caterine Mojica abordan esta migración en el capítulo octavo, con la pretensión de abrir el panorama al estudio de las migraciones en Cúcuta y Ocaña, ciudades que, por su ubicación y desarrollo comercial próximos a la frontera entre Colombia y Venezuela, se constituyen en lugares de tránsito frecuente de nacionales y extranjeros en donde existe la necesidad de reconocer al otro a partir de relaciones de alteridad. En la actualidad ya establecidos, estos migrantes hacen parte fundamental de la vida cotidiana y cultural de la región.
A pesar de las distancias geográfica y culturales que separan a Turquía y a Colombia, ciudadanos turcos (y anteriormente otomanos) han migrado al país suramericano en diferentes periodos históricos. En el capítulo noveno, Angelo Flórez y Carolina Bernal analizan la migración turca y otomana hacia Colombia, identificando tres momentos históricos. En primer lugar, una migración sucedida entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando aún existía el Imperio otomano; en segundo lugar, una migración impulsada por el comercio y el restablecimiento diplomáticos entre Colombia y Turquía entre 2010 y 2016; y, para finalizar, con la migración más reciente, cuyo periodo abarca de 2016 a 2019, éxodo impulsado tanto por la profundización de los lazos comerciales entre ambos países como por los sucesos políticos vividos por Turquía.
Durante décadas, la inmigración extranjera a Colombia no fue significativa a pesar de los esfuerzos del Gobierno por atraer ciudadanos de fuera del país. En el capítulo décimo, a cargo de Alexandra Toro, se destaca el importante papel de los alemanes que llegaron al país a trabajar en diferentes industrias como la ferrería, la minería, la construcción de infraestructura de comunicaciones, la fabricación de productos, etc. Su contribución al conocimiento, sus inversiones y aportes al comercio y a la industria fueron decisivas para el desarrollo del país y para futuras inmigraciones alemanas. Los primeros alemanes que llegaron a Colombia lo hicieron en un momento en el que este país no podía ofrecerles buenas condiciones, dada la mínima actividad económica, las bajas finanzas públicas, la falta de transporte y de vías de comunicación. No obstante, le apostaron a Colombia y sus aportes permitieron la venida posterior de otros alemanes cuya contribución al desarrollo industrial hizo de Colombia el país que hoy es. Estos aportes son desconocidos y por lo tanto no han sido suficientemente valorados. El capítulo resume algunos apartes de una investigación más amplia sobre la huella construida que dejaron los alemanes en Colombia entre mediados del siglo XIX y mediados del XX en el desarrollo industrial, y se centra en el tema de asentamientos y obras de infraestructura. La autora considera que dado el importante papel que tuvieron los alemanes en la historia de Colombia, es una cuestión de gratitud sacar a la luz esta huella construida y reconocer su valor testimonial y su importancia en la construcción de nación.