El misterio del amor matrimonial. Ricardo E. Facci
del regalo recibido. El valor del otro impacta. Con el correr del tiempo, se da inicio a una vida en común, que no se entiende sin la perspectiva de la historia de amor. Experimentan que su amor ha existido siempre, y ya no pueden vivir el uno sin el otro. Han hecho carne aquello de que “los torrentes no pueden apagar el amor, ni los ríos anegarlos” (Cfr. Cant 8,7).
En la humanidad muchos se apresuraron creyendo que alguien era el amor de sus vidas, y la entrega los condujo al fracaso. Pero, debemos admitir que -como el caso de todos ustedes- entretejieron una hermosa historia de amor, en la que abandonándolo todo se lanzaron a construir la felicidad.
Las verdaderas historias de amor se dan en Rosario, Asunción, Linares, Puebla, Bárcenas, Callao, Granada o Moscú. En una casa sencilla o en un chalet. Al amor no lo detiene el color de piel, ni las fronteras, los ríos, las montañas, las tradiciones culturales. El amor puede superar barreras.
¡Qué importante es la vida de los esposos! ¡La de ustedes dos! No han sido escritas, ni filmadas, pero cuánto valor y trascendencia poseen. Al encontrarse ambos en el amor, a Dios se le antojó un milagro. En definitiva, es algo que cada uno ha esperado. Seguramente se han dicho el uno al otro, en sus palabras bonitas: “Te amo desde hace mucho tiempo. Antes que te conociera ya te amaba y esperaba. Como si siempre hubieras deseado que yo te esperara”.
Este mundo, en el que tanto se ataca la vida matrimonial, necesita de nuevas historias de amor que iluminen el gris de cada día. Como el amor esponsal es un milagro, fiel reflejo del amor de Dios, para atacarlo a Él, se busca destruir el matrimonio, signo de su amor.
Quiera Dios que cada matrimonio sepa escribir su historia desde la belleza profunda del amor: en las buenas y en las malas. Pienso en aquellos que están pasando por situaciones difíciles, les digo de corazón, que hasta de entre las más negras cenizas, es posible encontrar la braza encendida, que volverá a generar la llama del amor que hace historia entre los dos. Absolutamente nadie, entre los humanos, podrá escribir la historia sólo de color rosa, pero aquellos que perseveren podrán contemplar al final de sus días, la luminosidad que genera la belleza de un amor armónico, construido en la entrega, la generosidad, el perdón, a través del laborioso esfuerzo por ofrendar dos ‘yo’ en la conquista del ‘nosotros’.
¡Qué bueno es ver a Hogares Nuevos contribuyendo a escribir profundas y serias historias de amor! Sólo Dios es el Amor, pero cada uno de nosotros podemos enseñar a amar, a otros.
Para dialogar en pareja
1.- Soñando un libro que describa la historia de amor del matrimonio de ustedes: ¿Cómo se llamarían los diversos capítulos?
2.- ¿Qué nombre le pondrían al capítulo que describa la actualidad de ustedes?
3.- ¿Cómo deseamos que fuese el próximo capítulo? ¿Qué nos falta aún para lograr ese objetivo?
4.- Las historias de amor que hoy proponen los medios de comunicación, ¿responden a la realidad de nuestras historias de amor?
Para orar juntos
Señor Jesús, nos reconocemos como esposos,
surgidos de un milagro de tu corazón, manantial infinito del amor.
Ayúdanos, a responder
a lo que has soñado para nosotros,
que podamos escribir una historia de amor,
que motive a nuestros hijos a escribir la suya,
que contagie a nuestros amigos,
y que le dé calor a la frialdad
de una humanidad que ya no conoce el amor.
Danos la gracia de ser fieles al amor
que sembraste en medio nuestro,
especialmente, sabiendo
que la historia de amor se escribe,
entrelazando nuestras historias con la Tuya.
Señor, construyamos juntos la historia del amor.
Amén.
Conocer el misterio de una historia de amor
“Le parecieron unos pocos días
por el amor que le tenía”
(Génesis 29,20)
Hay muchas historias de amor. Desde la gran historia de amor de Cristo en la cruz, hasta las tantas que cada uno podría contar: La llegada de un hijo, el acompañamiento a alguien que tuvo una gran necesidad, el haber experimentado la entrega tras una noble causa. En fin, tantas posibles historias de amor. Una de ellas, puede ser mi historia vocacional en el sacerdocio, es una historia de amor. También la historia de amor de las consagradas u otros sacerdotes. Podemos detenernos en las tantas historias de grandes amistades. Cada historia de amor, tiene en su ser más íntimo un misterio que uno anhela conocerlo. Esta vez, profundizaremos en esa historia de amor que implica la vida matrimonial. Ahondaremos en ese gran misterio, en esa maravilla. Cuando se habla de misterio muchos lo relacionan a “misterioso”, aquí lo vincularemos a “maravilla”. A las maravillas se las contempla, se las vive, lo difícil es conocerla, describirla, explicarla.
Cuando uno ve con mirada profunda un matrimonio, surge una pregunta, tal vez, sin respuesta rápida. ¿Por qué Mirta y Carlos se aman? ¿Por qué han perseverado toda la vida en ese amor, al que no le faltó, ni le faltan, dificultades? ¿Por qué Isabel y Ramón, Lucía y Enrique, María José y Juan Diego, Griselda y Miguel, Olga y Pedro, Marta y Nelson, Cathy y Carlos, Ana y Jorge, Esther y Carlos, Fernanda y Wilton, Lilia y Edmundo, Margarita y Eduardo, María Isabel y Enrique, Marta y Alfredo, Silvia y Ariel, Mónica y Néstor, Mary y Antonio? Cada uno puede enumerar los obstáculos, problemas, sinsabores, dificultades, palos en la rueda… que tuvieron, tienen y, con seguridad, tendrán.
Sin embargo, hay un “no sé qué”, que desde afuera no se los podría imaginar a uno sin el otro. Si escuchas a las esposas, generalmente, tienen alguna queja del marido. Si se hacen chistes machistas de mal gusto, se le dice a los esposos que ya se han “ganado el cielo”, “mártires en vida”.En algún enojo, o en un chiste, tal vez alguno especuló con la posibilidad de “devolverlo” o “devolverla”… pero cuando se piensa en serio, nadie quiere quedarse sin el otro. ¿Cuál es el misterio que existe en lo más íntimo de un matrimonio que hace que persevere durante toda la vida? Hoy día cuesta encontrar matrimonios que puedan escribir historias de amor, bodas de plata, de oro… Pero, gracias a Dios, tantos pueden testimoniar sobre el inmenso valor de escribir con sus vidas una historia de amor, cargada de sentido, de misterio.
¿Cuál es el misterio? Podría ser una de tantas otras mujeres, con más presencia, con otro carácter, otros dones, capacidades, sin embargo, es ésta. Podrían ser tantos otros varones, con otra presencia, capacidades, carácter, dones. Es éste. ¿Cuál es el misterio? ¿Qué hay en el corazón de Mary que atrapó a Antonio? ¿Qué en el corazón de Antonio que atrapó a Mary? Algunos podrían decir que es fruto del enamoramiento. Puede ser, pero…
Siempre he escuchado que el enamoramiento produce ceguera y durante ese tiempo suelen decir “estoy locamente enamorado”. Puede ser, pero en esa etapa no se sabe a quién se ama. Aún no se conoce al otro. La etapa posterior, la del amor, se hace con los ojos bien abiertos, mirando cara a cara al otro, eso es amar de verdad, porque se sabe a quién se ama, se ve la evidencia. El enamoramiento es egocéntrico (así debe ser, es lo natural), el otro es para ‘mí’; la etapa del amor, en cambio, uno es para el otro, construye el ‘nosotros’.
En esto consiste el misterio, a pesar de conocerse bastante, se aman. Este es el amor verdadero.
Es interesante ver cómo muchos esposos se quejan de aquello mismo que se enamoraron. Tal vez, se enamoraron por su sociabilidad, más adelante esto genera celos. O por ser muy generoso, después se quejan que despilfarra… El enamoramiento hace que agrade aquello en lo que se coincide, en cambio, amar es aceptar todo aquello que hace a la diferencia. Cuando se aman las diferencias es posible sostener un camino de perseverancia.
No se vive siempre enamorado, es un instante, un momento, un flash. Pero,