¡Chau desorden!. Cintia Peralta Martin

¡Chau desorden! - Cintia Peralta Martin


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¡Resumiendo!

      • Para empezar un proceso de orden a todo nivel, es fundamental que salgas del piloto automático y de tu zona de confort.

      • El primer paso es darte cuenta del DESORDEN que inundó tu vida, y tu hogar.

      • Comprometerte a hacer los cambios y ajustes necesarios para salir de allí.

      • Empezar por tu vida.

      Capítulo 2.

      Clave 2 - Priorizar

      Martina entendió que algo estaba pasando en su interior, que le molestaba mucho más vivir en el desorden, y que no sabía por dónde empezar a ordenar.

      Había tanto por hacer y se sentía abrumada de solo pensarlo. Tenían tantas cajas aún sin abrir desde que se habían mudado (hacía 2 años), ocupando una habitación que se suponía, sería de huéspedes (pero nadie podría vivir allí ni 5 minutos, por el exceso de elementos que allí había).

      Abría y cerraba esa habitación con la esperanza de que algo estuviera ordenado, pero pasaron los años, y todo siguió igual. La ropa que ya no le entraba, el calzado que ya no quería, los juguetes de su hijo que ya no usaría, los botines de su marido que ya no le entraban, todo, absolutamente todo era depositado en esa habitación, como si con el solo hecho de dejarlo allí, mágicamente desaparecieran.

      Quizás puedes identificar algún parecido con la situación de Martina y tu vida, y es por eso que quiero hacer hincapié en que el desorden no acabará de un día para el otro. Por eso es importante que te des cuenta del mismo, lo identifiques, y seas paciente contigo misma en el proceso de orden que has empezado para ir avanzando a tu propio ritmo.

      Por lo tanto, es fundamental PRIORIZAR. Una vez que identificaste el o los problemas, es hora de enumerarlos para de esa forma evitar abrumarte, empezar y no poder terminar, y finalmente frustrarte por no avanzar como te gustaría.

      Cuando enumeras las áreas de tu vida y hogar que merecen tu atención inmediata, tienes más posibilidades de ir resolviendo, ordenando con más eficacia, con un criterio y plan para hacerlo.

      Para eso es prioritario que te comprometas en este proceso de salir del desorden, habrá días con infinidad de logros y otros días en que te costará mucho hacer lo básico. Eso es parte del proceso, de adquirir nuevos hábitos, y transitar nuevos rumbos cerebrales; por lo tanto, si aún así sigues perseverando en esos días difíciles, poco a poco lograrás cada una de las metas que te propusiste al empezar.

      ¡Porque planificar y priorizar, también es ordenar!

       HOJA DE RUTA

       Preguntas para averiguar la temperatura de tu vida y hogar

      1) ¿Sueles priorizar las cuestiones que merecen tu atención? Respondas SÍ o NO, justifica tu respuesta (puedes explayarte).

      2) ¿De qué forma resuelves los problemas de desorden: haciendo lo urgente o con un método diario/semanal/mensual? Del 1 al 10 (siendo 1 lo más bajo y 10 lo más alto), ¿cómo te resulta ese método? Justifica tu respuesta.

      3) ¿Crees que puedes mejorar la forma en que te organizas? ¿Qué nivel de compromiso (básico, medio o avanzado) asumirás en tomar nuevos hábitos de organización? Escribe tu compromiso (así, más adelante, podrás volver a leerlo y recordarlo).

       Prioriza tus tareas en 4 etapas:

      1) Elimina todas las acciones de tu lista si ya sabes que no las vas a terminar pronto. Aprende a decir la palabra «No», para poder liberar tiempo en tu agenda.

      2) Divide tu lista de tareas en acciones más pequeñas. No quieras abarcar muchas áreas de tu vida y de tu hogar de una sola vez, sino paso a paso.

      3) Alimenta tu mente con información valiosa, y motivación, revisando tu meta personal cada semana. Es decir, si deseas tener tu vida y hogar en orden, aprende nuevas técnicas para lograrlo, infórmate, y pon en práctica. No postergues.

      4) Confía en tu intuición para elegir la próxima tarea a realizar. A veces sabemos que el tiempo que disponemos es breve, entonces elige de tu lista de quehaceres aquello que puedas hacer en el tiempo que dispones.

       ¡Manos a la obra!

      a) Haz un horario de tus actividades hora tras hora. Si es desayunar, llevar a los niños al jardín, trabajar, limpiar, ordenar, dormir, etc. Añade con sinceridad todo lo que en verdad haces, porque de esa forma podrás tener una idea de en qué estás invirtiendo tus horas cada día, lo que puedes eliminar de tu agenda, y qué puedes agregar. ¡Esta es una actividad reveladora!

      a) Haz tu propia lista de prioridades, teniendo en cuenta lo que hemos visto hasta ahora. Escríbelas en papel o digitalmente (lo que te guste más, pero la idea es que las tengas a mano, para poder revisarlas día a día, semana tras semana).

      c) Empieza a utilizar un lenguaje que acompañe tus esfuerzos por cambiar. Por ejemplo: no digas “soy un completo desorden”, empieza a valorar los pequeños logros que tienes en el día. Por ejemplo, “estoy feliz porque pude terminar los pendientes que me propuse, y no postergué esa tarea”. El cerebro entiende todas nuestras palabras, y no sabe de “bromas”, todo es literal. Si continuamente estamos hablando negatividad, no te asombres de recibir eso en tu día a día.

       ¡Resumiendo!

      • Priorizar no es difícil. Lo difícil es llevar a cabo las tareas con el perfeccionismo que a veces queremos lograr.

      • Recuerda la frase: “Mejor hecho que perfecto”, y manos a la obra.

      • Empieza a hablar palabras de bien sobre tu vida, y tu hogar, aunque ahora no veas los resultados, empezar por hablar correctamente es un paso fundamental para el cambio interno de mentalidad.

      Capítulo 3.

      Clave 3 - Sectorizar

      ¡Martina por fin pudo hacerlo! Separó un fin de semana, para poder hablar con su marido e hijo sobre lo que le estaba pasando, sobre cómo el desorden estaba afectando su vida y atacando puntualmente su productividad en el empleo, ya que se sentía desenfocada, sin propósito, y siempre agotada.

      Su familia la escuchó atentamente y ellos también pudieron darse cuenta que el desorden estaba afectándoles más de lo que en realidad les parecía.

      Es así que decidieron hacer algo, y no solo seguir siendo espectadores de cómo su hogar y sus vidas se derrumbaban tras años y años de acumulación e inacción.

      Comprendieron que la tarea fundamental es PRIORIZAR, y que dividiendo el trabajo, todos podían hacer algo cada día; de esa manera, con motivación y entusiasmo pronto empezarían a ver los resultados esperados.

      La familia de Martina comprendió la situación en la que estaban viviendo, y decidió unirse en pos de lograr un objetivo común. Eso no siempre pasa, pero aun así, siempre vale la pena intentarlo. Si eres una persona que vive sola, tendrás que motivarte a ti misma; si hay más miembros en tu hogar, empieza con una cálida conversación de cómo el desorden afecta tu vida, e invita a los demás a contar sus experiencias si así lo desean. Quizás, como le sucedió a la familia de Martina, te suceda también a ti.

      La mejor manera que existe para tener todo ordenado es haciendo un poco cada día y asignando días para realizar las tareas.

      ¿Cómo se lleva adelante esto? Planificando la limpieza y el orden semanal, mensual, estacional y anual. Suena a que es mucho trabajo (y lo es) pero dividido en días, semanas, y meses la sensación es diferente.

      Por lo general (como mamás, aun más)


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