La lógica del daño. Luz Vitolo

La lógica del daño - Luz Vitolo


Скачать книгу
las gotas que se escurrían por el antebrazo. Desesperada, absorbiendo sin despilfarrar. Tenía la cara manchada en un patrón irregular. El metal impregnando todo. Chupaba el caño de un colectivo y la cadena de una hamaca. Sorbía imágenes duras.

      Estaba encaramada sobre La Niña sosteniéndole la cabeza. Aspiraba sin preocuparse por la posibilidad de matarla. La Niña cerró los ojos, e Irma eligió el izquierdo para encerrarlo con sus labios. Succionó el lagrimal. Bebió hasta que la sed menguó sola. La saciedad se presentó como decoro. Un fulgor de vergüenza la hizo alejarse.

      Se pasó la lengua por los dientes negros. Se relamió, tratando de decodificar los sabores del plasma. Apretó la lengua contra el paladar y refregó lo último de la sangre. Tragó. Irma se bajó de la cama y se limpió las manos y la cara con su camisa blanca. Rayas borradas y alguna gota intensa se marcaron en el lienzo claro. La Niña sacó un pañuelo que guardaba en el corpiño y repasó los surcos de su cara. Se volteó para el costado, exhausta, dando la espalda a su comensal. Irma entendió la señal; su agradecimiento fue inaudible.

      Ya en el otro cuarto, juntó en su cartera todos los billetes y monedas que tenía y los apoyó al resguardo del Papa. Salió de la casa y sintió que tanto sol le lastimaba la vista. Debajo de la media sombra todavía quedaban algunos purgantes.

      Fabiana tomaba un mate que le habían convidado. Irma la cargó en el auto, con vigor restablecido. Avanzaron con el sol a sus espaldas. Irma miró a su hija y notó unas gotas marrones en el canesú del vestido, justo donde tocaba el cinturón de seguridad. Le corrió el pelo de la cara con una caricia. No dijo nada; no tenía las palabras para explicar lo que había sucedido. Atesoraba la certeza de haber presenciado un milagro. Quiso saber si su hija había experimentado exactamente lo mismo. Luego, lo pensó imposible. Había asistido a una manifestación única y a medida. Se preguntó si La Niña habría nacido llorando así, y si vivía su destino como sacrificio o entrega. Cuando llegara a su casa, abriría todas las ventanas. Sintió importante mover la televisión a la sala y empezó a hacer listas en su cabeza de tareas que quería hacer. Sobó la pierna inerte de Fabiana y prendió la radio. El silencio ya no le pesaba.

      Конец ознакомительного фрагмента.

      Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

      Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

      Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

/9j/4RSuRXhpZgAATU0AKgAAAAgABwESAAMAAAABAAEAAAEaAAUAAAABAAAAYgEbAAUAAAABAAAA agEoAAMAAAABAAIAAAExAAIAAAAfAAAAcgEyAAIAAAAUAAAAkYdpAAQAAAABAAAAqAAAANQACvyA AAAnEAAK/IAAACcQQWRvYmUgUGhvdG9zaG9wIDIyLjAgKFdpbmRvd3MpADIwMjA6MTA6MjggMTI6 MDM6MzkAAAAAAAOgAQADAAAAAQABAACgAgAEAAAAAQAAB4ygAwAEAAAAAQAAC7gAAAAAAAAABgED AAMAAAABAAYAAAEaAAUAAAABAAABIgEbAAUAAAABAAABKgEoAAMAAAABAAIAAAIBAAQAAAABAAAB MgICAAQAAAABAAATdAAAAAAAAABIAAAAAQAAAEgAAAAB/9j/7QAMQWRvYmVfQ00AAf/uAA5BZG9i ZQBkgAAAAAH/2wCEAAwICAgJCAwJCQwRCwoLERUPDAwPFRgTExUTExgRDAwMDAwMEQwMDAwMDAwM DAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwBDQsLDQ4NEA4OEBQODg4UFA4ODg4UEQwMDAwMEREMDAwMDAwR DAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDP/AABEIAKAAZwMBIgACEQEDEQH/3QAEAAf/xAE/ AAABBQEBAQEBAQAAAAAAAAADAAECBAUGBwgJCgsBAAEFAQEBAQEBAAAAAAAAAAEAAgMEBQYHCAkK CxAAAQQBAwIEAgUHBggFAwwzAQACEQMEIRIxBUFRYRMicYEyBhSRobFCIyQVUsFiMzRygtFDByWS U/Dh8WNzNRaisoMmRJNUZEXCo3Q2F9JV4mXys4TD03Xj80YnlKSFtJXE1OT0pbXF1eX1VmZ2hpam tsbW5vY3R1dnd4eXp7fH1+f3EQACAgECBAQDBAUGBwcGBTUBAAIRAyExEgRBUWFxIhMFMoGRFKGx QiPBUtHwMyRi4XKCkkNTFWNzNPElBhaisoMHJjXC0kSTVKMXZEVVNnRl4vKzhMPTdePzRpSkhbSV xNTk9KW1xdXl9VZmdoaWprbG1ub2JzdHV2d3h5ent8f/2gAMAwEAAhEDEQA/AOHTmBHw1ShIyDH+ xWWmocwTET5p

Скачать книгу