Tejer redes para la apropiación social de conocimiento. Alberto León Gutiérrez Tamayo
de formación ciudadana en Moravia: exploraciones de lenguajes para el liderazgo y la inclusión social”, las cuales se implementaron entre 2013 y 2014. Por su parte, la convocatoria 644, de 2014, posibilitó el diálogo e intercambio de saberes, junto a la socialización de experiencias investigativas vinculadas con el diseño de formas operativas para contribuir a la apropiación social del conocimiento y a la potenciación del trabajo en red, mediante la cofinanciación del evento académico “Tejiendo Redes de Apropiación Social del Conocimiento”, el cual se realizó en Medellín, con la finalidad de promover intercambios entre líderes comunitarios, voceros de organizaciones no gubernamentales, academia, entidades públicas y privadas. Parte de los planteamientos expuestos, los debates generados, las alertas encendidas y las experiencias compartidas en este evento, en materia de apropiación social del conocimiento, hace parte integral de la presente obra.
Para dar cuenta de lo expresado y cumplir con la finalidad manifiesta, la obra se estructura en tres partes. En primer lugar, se exponen los fundamentos sobre asc (concepciones, contradicciones, debates, aproximaciones y escenarios político-institucionales en Colombia); en segundo lugar, estos se recrean desde vivencias de asc que, por un lado, les interpelan y, por el otro, los refuerzan y potencian (páramo de Rabanal, en el altiplano cundiboyacense, y en las comunas 1, 4 y 8 de Medellín); finalmente, se esbozan nexos y conexiones, a manera de red, que permiten proyectar la asc más allá del escenario institucional y convencional, brindándole oportunidades de transformación social... la ilusión viva.
En la primera parte, los fundamentos, se plantea la esencia y el debate conceptual sobre asc, desde cuatro temas. En el primero, titulado “Una ampliación del concepto de conocimiento, necesaria para generar procesos de apropiación social”, Jorge Antonio Mejía Escobar parte del concepto de conocimiento basado, en esencia, en la obra de Campbell,17 una teoría integral del conocimiento, para proponer lo que denomina una “ampliación conceptual”, apoyada en cinco aspectos claves, a saber: 1) el conocimiento como algo no totalmente elaborado, sino que, por ser un producto humano, está en movimiento y permanente elaboración conforme circunstancias espacio-temporales; 2) el conocimiento no se reduce a lo que se pueda identificar como tal, pues también lo es el acumulado histórico, así como la percepción o lo tácito; 3) conocimiento no es solo lo que proviene de la academia o la escuela; 4) el conocimiento es también empírico, lo cual es soporte de la propuesta de ampliación que hace el autor; y, finalmente, 5) se exponen las posibles consecuencias de los cuatro aspectos anteriores, en materia de apropiación social y transmisión de conocimiento, acompañadas de emociones colectivas, es decir, de sentimientos y conocimientos comprendidos y compartidos.
En el segundo tema, Alberto León Gutiérrez Tamayo recrea la reflexión sobre “Conocimiento y apropiación social: ¿de qué estamos hablando?”, a partir de su ubicación en los debates, eclecticismo y múltiples acepciones provenientes del campo de las ciencias sociales, para centrarse en las posibles formas de comprenderlos desde la forma en que se genera conocimiento, la opción de apropiarlo y su finalidad, enmarcadas por el interés y la necesidad de socializarlo, divulgarlo, circularlo y comunicarlo, entre otras cosas. La opción declarada, evidentemente, es participativa y democrática, en la perspectiva de contribuir a gestar transformaciones sociales dirigidas, en su espíritu, a constituir mejores seres humanos desde los enfoques de Arendt,18 Freire19 y Maturana.20
El texto transita por senderos conceptuales y operativos para develar lo que se asume como conocimiento y apropiación social, además de la manera como se generan y logran, junto a las finalidades que les acompañan en su propósito de contribuir al fortalecimiento democrático, a la ampliación de escenarios participativos y, también, a aportar a la atención de problemas concretos de la sociedad, apoyándose en enfoques metodológicos de carácter social. Adicionalmente, dibuja el para qué de la generación de conocimiento y de su apropiación social, bases de la noción emergente que sobre asc propone, distante de la imagen institucional que, en Colombia y América Latina, la orienta hacia la apropiación de la ciencia y la tecnología. Todo ello constituye un aporte a la pretensión de tejer redes que potencien espacios para la apropiación social en la perspectiva democratizadora del conocimiento.
El tercer texto, a cargo de Jorge Andrés Echeverry Mejía y Eduardo Domínguez Gómez, titulado “La apropiación social de conocimiento como concepto a debatir”, presenta reflexiones desde los campos científico y tecnológico, sin desconocer otros escenarios posibles. En esencia, se elabora y presenta una propuesta sobre asc para suscitar debates frente a las iniciativas gubernamentales en Colombia, en procura de generar bases conceptuales sólidas que posibiliten aproximaciones útiles sobre significados y vínculos con experiencias, prácticas y vivencias, tanto institucionales como sociales, que permitan el aprovechamiento del conocimiento generado en escenarios participativos y democráticos incluyentes, donde el conocimiento se constituya en herramienta para superar la desigualdad y sus consecuencias.
Luis Alberto Hincapié Ballesteros cierra esta primera parte con la reseña analítica sobre el “Carácter estratégico de la apropiación social de conocimiento en Colombia”, a partir de la descripción de la Estrategia Nacional de Apropiación Social de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, enascti, específicamente, de los retos que le impone incorporar, en la práctica, la asc. Para ello se apoya, por una parte, en resultados de investigación científica y memorias de eventos académicos sobre esta temática; y, por otra, en la pretensión gubernamental de elevar la ascti a estrategia nacional, desde finales del siglo xx.21 El resultado de estas reseñas, sin embargo, impide allegar acuerdos sobre las similitudes, diferencias y tendencias entre ascti y asc; mucho menos sobre las maneras de llevarlas a la práctica, lo que fragiliza su carácter estratégico real y conduce a develar que se seguirá aspirando a que este asunto sea incorporado en los propósitos de todos los actores del sncti, incluido Colciencias.
En la segunda parte, se recrean cuatro experiencias de apropiación social de conocimiento que, de alguna manera, concretan y hacen visible las esencias, reflexiones, propuestas y debates planteados en la primera, otorgándole a la fundamentación –aun sin previa intencionalidad– una aplicación práctica, en escenarios como los museos y centros de ciencia, a manera de agentes de transformación social y sumados a la exploración de lenguajes sobre liderazgo e inclusión social vivenciados en el barrio Moravia, Comuna 4 de Medellín; así como los propios del proceso de planeación del desarrollo local y presupuesto participativo, llevados a cabo en las comunas 1 y 8 de Medellín; y, adicionalmente, los del colectivo de comunicación y apropiación ambiental del páramo de Rabanal, en el altiplano cundiboyacense de Colombia. Unos y otros, como puede evidenciarse, materializan las relaciones teórico-práctica y práctica-teoría, que potencian sinergias y alientan vivencias en asc, vislumbrándolas como posibles, particularmente, en su propósito de ampliar espacios de participación ciudadana y contribuir a la democratización del conocimiento, pretensión teórica que encuentra, en estas experiencias, aplicación práctica.
La primera experiencia es relatada por Claudia Patricia Aguirre Ríos, y alude a los “Museos y centros de ciencia como agentes de transformación social”. Se trata de la vivencia promovida por la Corporación Parque Explora, en el barrio Moravia de Medellín, involucrando instituciones de la estructura gubernamental del Estado a nivel municipal, de la academia, no gubernamentales, el museo de ciencia y organizaciones sociales de corte barrial. En ella, se describe el cambio de rumbo, evidentemente innovador, de los museos y centros interactivos de ciencias, inicialmente concebidos como espacios de comunicación de contenidos científicos y desarrollos tecnológicos en ciencias naturales, para ahora convertirse, además, en espacios fundamentales para fortalecer procesos educativos –formales e informales–, así como para contribuir a procesos de transformación social, particularmente ligados a la promoción, análisis y cumplimiento de los objetivos del desarrollo sustentable, mediante la identificación de conocimientos disponibles y su apropiación social.
En la segunda experiencia, desde procesos de formación ciudadana y la exploración de lenguajes para el liderazgo y la inclusión social, Eliana Londoño Gómez y Gladys Auxilio Toro Bedoya, dibujan la “Apuesta por la apropiación social de conocimiento: Ruta Moravia”. Para ello, relatan la manera como, resultado del intercambio de saberes y vivencias entre diversos actores del sector, se construyó una senda comunitaria