Traslados y abandonos de ciudades y villas. Yirla Marisol Acosta Franco
las ciudades o villas que se fundaron en un contexto bélico y que solo duraron unos meses, así como las que estaban ubicadas en la periferia y no mantuvieron una comunicación fluida con el centro.
Siempre es bueno contar con el detalle de todos los testimonios que proporcionen claridad sobre los debates internos de los cabildos, cuando intentaban dirimir la complejidad de tomar la decisión de abandonar o trasladar los centros urbanos, así como de las condiciones externas que las afectaban y lo que se pretendía lograr con cada determinación. Disponer de toda la documentación es una condición excepcional, con toda seguridad hay información dispersa que se escapó en esta investigación, pero con la información recopilada fue posible tratar el problema de una manera rigurosa.
Para sortear esta condición es menester valorar cada testimonio sin importar lo diminuto, fragmentado y disperso que esté, pues cuando se complementa y contrasta con otros testimonios, acordes a las situaciones contextuales y a los procesos macro, dicha información brinda más posibilidades de comprensión y generación de espacios para realizar más preguntas. Es labor de ir tejiendo los fragmentos de la historia para dotarlos de sentido. Para la valoración de la información que los diferentes testimonios proporcionan fue importante reconocer los argumentos que presentaban e identificar las representaciones, las posiciones y los discursos que asumieron gobernantes y gobernados, oficiales y vecinos en torno a las decisiones de fundación, traslación y abandonos de los centros urbanos, lo que exhibe la situación interna de cada comunidad en los momentos más coyunturales en su proceso de consolidación del poblamiento.
Es esencial indicar que en vista de que el problema de investigación que se aborda en esta ocasión no ha sido objeto de un estudio sistemático y de debate en la historiografía sobre el Nuevo Reino de Granada y Popayán, las referencias bibliográficas proporcionan elementos adyacentes o datos que dan cuenta de indicativos del poblamiento o despoblamiento, pues los intereses investigativos han estado enfocados en resolver otras problemáticas como las dinámicas y estrategias de guerras de españoles e indígenas, por citar un ejemplo.
El estudio de las ciudades o la historia urbana en el periodo colonial ha estado marcado por una preocupación por entender la lógica mediante la cual se articuló el territorio descubierto y sus habitantes al mandato imperial.12 En los estudios sobre las ciudades coloniales en América hay una gran diversidad de problemáticas, enfoques y metodologías. Entre ellos, se destaca la obra de Francisco de Solano que abarca aspectos relativos a la fundación, la traza urbanística, la función de las ciudades, de la plaza mayor, la importancia de los cabildos, las poblaciones indígenas y el mestizaje.13
Existe un grupo de investigadores dedicados a estudiar la implementación de proyectos urbanísticos, bajo el modelo de Vitrubio y las trazas regulares, en América. Estas investigaciones están apoyadas, fundamentalmente, en cartografía y planos de época en la que es posible identificar una regularidad, simetría y coherencia con los referentes europeos. Por esta razón, la mayoría de las obras hacen hincapié en el proceso urbanístico de Nueva España y Perú, los dos grandes virreinatos en los que se adelantaron proyectos urbanísticos de gran envergadura.14
La clásica obra de José Luis Romero estudia el papel desempeñado por las ciudades en la historia latinoamericana para el establecimiento de la cultura europea y la ideología mercantilista.15 Así mismo, Manuel Lucena Giraldo sugiere que en las ciudades fundadas por los españoles era el lugar en donde se reproducía la tradición europea; no obstante, estas fueron fundadas sobre un núcleo urbano indígena, lo cual era necesario para cumplir los mandatos reales de conquistar y poblar. Esto conllevó a que primara una ciudad política sobre una natural, ya que los conquistadores aprovecharon las condiciones naturales e implementaron en estas su política de poblamiento.16 Así mismo, Darío Barriera apunta que el patrón urbano es el articulador del núcleo colonial al tiempo que desestructura el espacio prehispánico, todo ello a partir del poder de la fundación de ciudades.17
La historia de estos primeros asentamientos ha sido abarcada desde diferentes enfoques y puede considerarse que hay una preocupación inicial por el espacio geográfico de la zona de poblamiento; así como un interés por vincular a sus pobladores nativos como la razón de existencia de las ciudades y, cómo entre territorio y habitantes existe una relación de dominación en la medida en que ambos se ven determinados por la coexistencia.
Por su parte, Alain Musset ofrece un estudio importante que plantea el problema del traslado de las ciudades en el Nuevo Mundo como un tema fundamental para comprender la historia urbana del continente y que ha sido descuidado por la historiografía colonial. En ciudades nómadas, Musset aborda el estudio de las ciudades con un enfoque geográfico, sin perder de vista los referentes culturales y políticos que definieron las ciudades en este periodo. En su investigación, que abarca las Antillas, Nueva España, América central, Colombia-Venezuela, la Audiencia de Quito y Lima, y el cono sur, desde inicios de la conquista hasta el siglo xix, contabilizó 162 ciudades que sufrieron reubicaciones, la mayoría causados por fenómenos naturales; sin embargo, por la amplitud de esta investigación no hay una mayor profundización en el caso del Nuevo Reino de Granada, lo que deja abierta la posibilidad de su estudio y del acercamiento con otros enfoques.18
Este autor señaló que la existencia efímera que tuvieron las ciudades mineras se debía al infortunio de no encontrar los filones de Zacatecas o Potosí. Además, sostiene que estos centros urbanos no contaron con apoyos oficiales ni funciones administrativas; vivieron de la oferta y la demanda, producto del oro extraído; no diversificaron su economía mediante la agricultura, la ganadería o el comercio, es por ello que su ruina era causada por el agotamiento de las minas; como ejemplo de ello citó el abandono de la ciudad de Victoria y la decadencia de Guamocó.19
Es preciso indicar que en esta investigación se contaron 49 ciudades o villas trasladadas o abandonadas y esta situación no obedeció a desastres naturales, como en la mayoría de los casos analizados por Musset, sino a decisiones tomadas por la comunidad en beneficio de sus intereses económicos, por la inestabilidad frente a las poblaciones indígenas y a la necesidad de consolidar un poder en ciertos territorios. Es por esto que el enfoque de estudio refuerza la idea de que la cultura política y la civitas fueron fundamentales para la consolidación de los centros urbanos y es indispensable comprender este problema a la luz de esos marcos culturales.
Los traslados y abandonos de centros urbanos, fundados entre los siglos xvi y xvii en el Nuevo Reino de Granada y Popayán, son un problema crucial para comprender las formas de asentamiento español en épocas tempranas de la ocupación ibérica en América. Esta es una característica transversal en la historia colonial de la cual hay escasos trabajos en la historiografía colombiana que desarrollen ampliamente esta temática, a pesar de la atención que los historiadores han prestado al tema sobre la fundación de ciudades y el poblamiento hispano, muchos de ellos se han enfocado en ciertas regiones como la provincia del Nuevo Reino, el Caribe o las ciudades fundadas por la hueste de Robledo y Belalcázar20.
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Los traslados y abandonos de centros urbanos en el Nuevo Reino de Granada permiten el análisis de un problema particular referente al urbanismo, así como reflexionar sobre las distintas etapas de la apropiación del territorio y su poblamiento. Por esta razón, la investigación está dividida de manera que es posible comprender las causas y circunstancias de los movimientos o desapariciones de ciudades y villas vinculadas a los procesos de conquista, pacificación y consolidación del poblamiento, no en el sentido en que uno determine al otro sino en la medida en que abre el escenario para comprender mejor cada proceso y las afectaciones que sufrieron los centros urbanos.
El primer capítulo presenta los traslados y abandonos en el primer momento de la conquista: desde 1509 hasta 1573; ya que el hecho urbano otorgó a los recién llegados a tierras americanas un proyecto de permanencia y vecindad, tal y como lo señaló Manuel Lucena Giraldo.21 Este periodo abarca la fundación de Santa María de la Antigua de Darién, la primera ciudad en Tierra Firme; las fundaciones de centros urbanos de la mano de conquistadores que emprendieron el poblamiento como parte de sus campañas privadas por las que reclamaron y recibieron diferentes mercedes reales; la creación de la Audiencia de Santa Fe en 1550 que en adelante dirigió las expediciones y fundaciones