Fabricato 100 años - La tela de los hilos perfectos. Jairo Campuzano Hoyos

Fabricato 100 años - La tela de los hilos perfectos - Jairo Campuzano Hoyos


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a Panamá y República Dominicana y en Nicaragua instaló Textiles Fabricato de Nicaragua, Fabritex. En la actualidad, como consecuencia de los ajustes que hizo la empresa en las dos primeras décadas del siglo XXI, su producción se concentró en el negocio inicial, la fabricación de telas, que se hace en la planta principal, la misma en la que comenzó el negocio hace 100 años.

      El primer período de este capítulo abarca los años de despegue y consolidación (1923-1941), con la puesta en marcha de la producción textil y su comercialización a través de agencias a lo largo del territorio colombiano. El segundo período comprende el análisis del negocio durante los convulsionados años de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y los esfuerzos para garantizar el abastecimiento de materias primas y maquinaria, de difícil consecución durante la contienda. La posguerra (1946-1965) constituye el tercer período, cuando Fabricato ya era una empresa madura, posicionada como la segunda productora de telas de algodón de Colombia. A pesar de las dificultades políticas y económicas que experimentó el país durante aquel tiempo, Fabricato no paró de invertir en tecnología, de innovar y de producir con calidad una creciente variedad de productos textiles. El cuarto período comprende los años 1966-1987, caracterizados por trascendentales cambios en materia administrativa y de incorporación de nuevos procesos productivos. El sector textil era cada vez más competitivo, complejo y tecnificado y Fabricato daba evidentes muestras de ello. El apartado termina con la superación de una de las crisis más complejas que ha vivido la compañía en su historia, como parte de las restricciones propias del proceso de industrialización colombiano.

      Entre 1988 y 2002 se desarrolla el quinto período, cuando la industria nacional colombiana experimentó profundos cambios y retos en medio del modelo de apertura económica, lo que repercutió de manera significativa en el desempeño de empresas como Fabricato. Fue entonces cuando dos de las tres compañías textiles más importantes del país se unieron para dar paso a Textiles Fabricato, Tejicóndor S. A. El sexto período corresponde a la década 2003-2013, durante la que tuvo lugar la consolidación de la nueva empresa resultante de la fusión con Tejicóndor y por ello Fabricato experimentó ajustes importantes, resultado de unir plantas y trabajadores que antaño fueron competidores. Se cierra el capítulo con la época iniciada con la gestión del actual presidente de la compañía, Carlos Alberto de Jesús, a finales de 2013. Este apartado recoge las principales acciones de transformación que ha implementado el nuevo presidente y destaca algunas de las innovaciones más representativas de la compañía.

      Además de los procesos propios para la elaboración de textiles y las operaciones de apoyo, en el texto se analiza el desempeño financiero de la empresa y los diferentes momentos de crisis y de adquisiciones hostiles de las que fue objeto. También se exponen las diferentes fusiones y constitución de otras compañías en las que participó Fabricato como Textiles Panamericanos S. A. (Pantex, 1944), Paños Vicuña – Santa Fe S. A. (1945), Confecciones Fabricato Ltda. e Indurayón (1946), Distribuidora de Algodón Nacional (Diagonal, 1950), Enka de Colombia S. A., Promotora de Maquinaria Industrial S. A. (Prominsa, ambas en 1964) y Textiles Fabricato de Nicaragua (Fabritex, 1970), entre otras.

      El tercer capítulo está dedicado a hombres y mujeres que durante un siglo han dispuesto su tiempo y esfuerzo a la producción textil, y también a niños y jóvenes, quienes durante los primeros años contribuyeron al desarrollo de la empresa. En este capítulo el lector encontrará descripciones sobre los perfiles de la fuerza de trabajo, sus características sociodemográficas de edad, género, estado civil y procedencia social y geográfica, además de las políticas de personal, como el asistencialismo, las prestaciones sociales y la capacitación técnica y laboral. De igual forma, se exponen las transformaciones del perfil de los obreros, que en un principio fueron predominantemente mujeres jóvenes, solteras, población trabajadora que caracterizó el arranque del proceso de industrialización en Antioquia y otras latitudes. El desarrollo de la legislación laboral y de bienestar social hacia las décadas de 1930 y 1940 restringió el trabajo de menores de edad, lo que obligó a los empresarios, no solo de Fabricato, a desistir de estas contrataciones. Con el tiempo, las mujeres se convirtieron en una minoría entre los obreros debido a la implementación de los procesos de estandarización productiva y de la ingeniería industrial, que significaron el reemplazo de trabajo humano por maquinaria moderna y trabajo más calificado, que fue asumido en su mayoría por obreros y técnicos cualificados.

      En el capítulo también se refieren las dificultades enfrentadas por los directivos y por los mismos obreros, oriundos en su mayoría de entornos agrarios y campesinos, para adaptarse a la rutina mecanizada de la fábrica, definida por estrictas normas y horarios, al igual que por relaciones jerárquicas de trabajo que, con el tiempo, se tornaron más formales e impersonales.

      Frente a las restricciones de la economía regional y a las nuevas expectativas que significó la vida en las ciudades, el empleo en industrias como Fabricato representó nuevas formas de ganarse la vida y de ascenso social para muchos campesinos y pobladores locales. La segunda parte del capítulo está dedicada a las políticas laborales y de bienestar de la compañía mediante instancias como el club Fabricato, un espacio de esparcimiento y diversión para los obreros, y el Patronato, que brindó hospedaje a las obreras bajo formas de disciplina y control social que facilitaran su adaptación a la vida fabril. Se dedica un breve apartado a la capacitación y la cualificación de los obreros y sus familiares por medio de cursos de instrucción técnica, manualidades y oficios. También se tratan aspectos de la organización sindical de la empresa, sus orígenes y su estrecha imbricación con la Iglesia católica y la dirección de la compañía.

      Con el desarrollo de industrias como Fabricato emergió al escenario nacional un novedoso grupo social, como la clase obrera, pero también nuevos perfiles laborales y profesionales, que personificaron la vida moderna en las ciudades colombianas. Por ello, en el capítulo también se exponen aspectos relacionados con los empleados y directivos, de modo que se describe cómo se configuró en el imaginario de la ciudad una nueva figura social muy definida, la del empleado. El desarrollo de Fabricato no hubiera sido posible si no hubiera contado con un nuevo ejército de personal que asumía una gran variedad de tareas de apoyo administrativo como asistentes, secretarias, cajeras, archivistas, jefes de sección, oficinistas, auxiliares contables, mensajeros y otros tantos de nuevas unidades de orden financiero, del mercadeo y la gestión humana. Asimismo, se exponen algunas de las transformaciones de la estructura directiva, como consecuencia del crecimiento y los retos que enfrentaba el negocio. En ella dominaba un modelo de toma de decisiones altamente centralizado, que comenzó a ser modificado hacia los años de 1950 por uno más participativo, con el que se implementaron nuevas formas de comunicación a través de grupos primarios. Como parte de este esbozo acerca de la estructura organizacional, se hace referencia a los empleados y directivos desde la década de 1980 hasta la actualidad, en un contexto de problemáticas que a partir de entonces ha enfrentado la industria manufacturera y el mercado laboral nacional.

      En el cuarto capítulo se describen las líneas de acción social más institucionalizadas por parte de Fabricato durante la centuria. Si bien la empresa ha efectuado acciones reiteradas y puntuales en materia de beneficencia, como donaciones y auxilios económicos, se tratan las acciones más sistemáticas y de mayor impacto para los empleados, los obreros y sus familias y los habitantes del municipio de Bello. En este sentido se destacan: la consolidación de la política de vivienda obrera y el apoyo a la educación desde los años de 1930, el Secretariado Social y la creación de la Clínica Fabricato a partir de la década de 1940, la conformación de la Brigada de Bomberos, de la Proveeduría y la Cooperativa de Trabajadores de Fabricato (Cotrafa) hacia el medio siglo. Del legado social de Fabricato también forman parte la Cooperativa de Empleados Coopantex (1963) y la Corporación Fabricato para el Desarrollo Social entre las décadas de 1970 y 1980, punto de inflexión, cuando la compañía reconfiguró su accionar social hacia la responsabilidad social y ambiental.

      Como se indica en este capítulo, el desarrollo económico de Colombia y Antioquia durante gran parte del siglo XX ha estado marcado por la empresa fabril que, en un contexto de precario desarrollo de los servicios sociales brindados por el Estado, asumió muchas de sus funciones con la construcción de barrios obreros y toda una infraestructura de servicios sociales, característicos de las sociedades modernas. Con ellas se han hecho evidentes procesos de urbanización


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