El Cielo. Ani Bel
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Ani Bel
El Cielo / Ani Bel. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-87-0999-4
1. Narrativa Argentina. 2. Espiritualidad. I. Título.
CDD A863
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: [email protected]
Prólogo
Estuve pensando cómo hacer un prólogo sobre un libro tan particular como este. Justamente, cuanto más pensaba, menos ideas venían, porque allí estaba el secreto: al leerlo, mi mente se dejó tranquilizar y surgió lo vivo, lo que nos mueve a otros tiempos: el alma. Una convicción de que todas nuestras preguntas serían contestadas, no desde lo académico y pedagógico, sino desde lo más elevado, lo sublime, lo que nunca termina: el amor.
Sí. De la mano de su autora, Ani Bel, me dejé guiar hacia un mundo que, para muchos tal vez, quedó olvidado por tanta comunicación incomunicada, tanta distancia, tanta rapidez devoradora de acontecimientos. Como una niña, quien en su infancia pregunta:
¿Dónde está el cielo? ¿Es posible alcanzarlo? ¿Todos vamos a él? ¿Qué hay que hacer, ganarlo, apostarlo? Vi cada pregunta convertirse en una perla que enhebraba un collar mucho mayor: nuestra propia vida.
Con magistral poesía y encendida coherencia, Ani Bel nos muestra cada palabra como una perla sagrada y a la vez esperanzadora, dando datos ciertos, hechos de la vida “real” que, brillantemente, hacen que la magia se imponga frente a los incrédulos o más materialistas.
Un libro que devela a todos los que así lo deseen, más allá de cualquier creencia o religión, que el cielo es nuestro interior, un viaje hacia lo más puro, lo más íntimo de nosotros con la certeza de ser eterna e infinitamente amados.
Un puente hacia lo infinito de nosotros, hacia nuestro sagrado hogar: el de la unión y unicidad, donde la salida es la llegada y los opuestos son uno.
Es El Cielo un libro para regalar y regalarse y recordarnos quiénes somos en verdad.
Por esto y por las emociones que nos llevan a la felicidad durante su lectura-travesía, doy a su autora eternas ¡¡¡gracias!!!
Sandra Susana López
Terapeuta metafísica
Actriz y Escritora
Comentario sobre el libro
Los capítulos de Ani llegaron y ahí sentí el impacto...el impacto de las palabras con sus tonos, sus colores, palabras exquisitas como seres alados que despiertan sentimientos guardados, sincronías, anhelos profundos. Las sensaciones se mezclan, disgregan y se amalgaman en una sinfonía que está fuera de este mundo... o debo decir ¿de esta dimensión? El ahora se funde como oro líquido que disuelve los velos para volverse eternidad. Finalmente, la calma.
Y ahí el texto me lleva a Juan Salvador Gaviota de Richard Bach, cuando Juan pregunta:
“¿Dónde están los demás, Rafael? -preguntó en silencio, ya bien acostumbrado a la cómoda telepatía que estas gaviotas empleaban en lugar de graznidos y trinos-. ¿Por qué no hay más de nosotros aquí? De donde vengo había...
-... miles y miles de gaviotas. Lo sé. -Rafael movió su cabeza afirmativamente-. La única respuesta que puedo dar, Juan, es que tú eres una gaviota en un millón. La mayoría de nosotros progresamos con mucha lentitud. Pasamos de un mundo a otro casi exactamente igual, olvidando en seguida de dónde habíamos venido, sin preocuparnos hacia dónde íbamos, viviendo solo el momento presente. ¿Tienes idea de cuántas vidas debimos cruzar antes de que lográramos la primera idea de que hay más en la vida que comer, luchar o alcanzar poder en la Bandada? ¡Mil vidas! Juan ¡diez mil! Y luego cien vidas más hasta que empezamos a aprender que hay algo llamado perfección, y otras cien para comprender que la meta de la vida es encontrar esa perfección y reflejarla. La misma norma se aplica ahora a nosotros, por supuesto: elegimos nuestro mundo venidero mediante lo que hemos aprendido de éste. No aprendas nada, y el próximo será igual que éste, con las mismas limitaciones y pesos de plomo que superar.
Extendió sus alas y volvió su cara al viento.
-Pero tú, Juan -dijo-, aprendiste tanto de una vez que no has tenido que pasar por mil vidas para llegar a esta...”
Detengo la lectura. Entonces...vuelve el perfume. El penetrante aroma de las magnolias en el patio de la escuela, azahares de otros tiempos que añoro sin haberlos vivido ¿o sí? Inconfundible. Los momentos que se atesoran como joyas en nuestro interior y que son tan íntimos...El contacto con lo intangible, pequeño y a la vez inconmensurable. Y podemos estar ¿segundos? ¿horas? ...sumidos en la magia de la unión con otros mundos vislumbrados, percibidos, tocados, vividos...siempre sentidos...
Hay “algo” ahí que nos habita todo el tiempo, sin que nos demos cuenta y que nos completa, si así lo buscamos. Seguramente, como dice Ani, es...el Cielo.
Sandra Carrazzoni
Estudiante
Aclaración previa
Antes de comenzar, quiero destacar que no soy una persona religiosa porque creo que la esencia espiritual de las religiones se ha perdido. Religión es una cosa y espiritualidad, otra. La espiritualidad une lo que la religión divide. A mi entender la espiritualidad no es monopolio de institución alguna, ya que es un atributo inherente a todo ser.
Puedo hablar libremente de Cristo, seres lumínicos como los santos que pisaron y pisan la tierra, y maestros ascendidos de diversos tiempos y culturas, precisamente porque no pertenezco a ninguna religión. Tampoco reniego de los que sí lo hagan. Somos libres.
Lo que sí sé es que en todo está el Gran Espíritu. En el que lo crea, y en el que no, también.
Dedicatoria
“Así dice Yahveh el Dios de Israel:
‘Escribe todas las palabras que te he hablado en un libro’”.
Jeremías, 30:2
Dedico este libro:
Al buen Dios, que siempre me ha colmado de muchísimos seres encarnados y no encarnados que fueron y son literalmente sogas que descendieron desde el cielo para que pueda elevarme y no consumirme en mis propios infiernos.
A todos y cada uno de esos seres.
A Crisanta. Mi santa madre en esta tierra.
A Edgar. Esposo mío, Mago y Maestro.
“¿Por qué debería quedarme en el fondo del pozo
cuando una soga fuerte está en mi mano?”.
Rumi
Prefacio
“Conviértete en el cielo.
Usa un hacha contra la pared de la prisión. Escapa”.
Rumi
El objetivo principal que me mueve a escribir este libro es contribuir para que la humanidad pueda ir dejando la creencia instalada de que para acceder al cielo antes debemos morir.
La secuencia cristalizada en nuestro inconsciente colectivo es:
Primero morir y luego, el cielo. (Si es que lo merecemos, claro).
Es por esto por lo que en nuestro cerebro