Tu vida tu mejor negocio. Salvador Alva

Tu vida tu mejor negocio - Salvador Alva


Скачать книгу
quejas o molestias que tienen sobre la compañía es menor que las de un ejecutivo. Son ellos los que forman y transmiten la cultura de la organización. Cuando aparecen empleados quejosos, los nuevos les ayudan dándoles una óptica positiva y usando su ejemplo personal para mostrar lo buena que ha sido la firma. El valor de estos trabajadores es inmenso, pero muchas veces no lo percibimos y no reconocemos su lealtad.

      La felicidad no es una competencia olímpica para tener más, ser más exitoso, sentir más placer y hacer más cosas. En abril de 2007 leí un artículo sobre un estudio del cerebro humano realizado por la Universidad de Wisconsin. A través de la conexión de 256 sensores a los cerebros de un grupo de personas se podía detectar su nivel de estrés, irritabilidad, enfado, placer, satisfacción y decenas de sensaciones diferentes. Llegaron a la conclusión de que el monje budista Matthieu Ricard era el hombre más feliz de la tierra.

      Los científicos clasificaron los resultados en niveles que iban de 0.3 (muy infeliz) a -0.3 (muy feliz). Ricard logró -0.45, rebasó los límites previstos en el estudio y superó todos los registros anteriores.

      El problema de aceptar que Ricard es el hombre más contento y satisfecho del mundo es que nos deja a la mayoría en el lado equivocado de la vida. Si un monje que pasa la mayor parte de su tiempo en contemplación y carece de bienes materiales es capaz de alcanzar dicha absoluta, ¿no nos estaremos equivocando quienes seguimos centrando nuestros esfuerzos en buscar un trabajo y un puesto mejor, un coche más grande o una pareja más atractiva?

      Los trabajos sobre la felicidad del profesor Richard J. Davidson, del laboratorio de Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin, se basan en el descubrimiento de que la mente está en constante evolución y, por lo tanto, es moldeable.

      Los científicos han logrado comprobar que en la corteza cerebral izquierda se encuentran las sensaciones placenteras, mientras que en el lado derecho están las que causan depresión, ansiedad o miedo. La relación entre el lado izquierdo y derecho del cerebro puede ser medida y nos sirve para representar el temperamento de una persona.

      Durante las resonancias magnéticas, Ricard mostró una actividad inusual en el lado izquierdo. No es de extrañar que, durante los estudios realizados por Davidson, los mayores registros de felicidad fueran detectados en monjes budistas que practican diariamente la meditación.

      Ricard ha escrito varios libros y todas las ganancias de las ventas son donadas a obras de caridad. Él lo explica por la capacidad de los religiosos de explotar esa plasticidad cerebral para alejar los pensamientos negativos y concentrarse solo en los positivos. La felicidad es algo que se puede aprender, desarrollar, entrenar, mantener en forma y alcanzar definitivamente, sin condiciones ni ayudas económicas.

      Ricard explica que no se trata de decidir ver la vida color de rosa de un día para otro, sino de trabajar sistemáticamente en debilitar esos músculos de infelicidad que tanto hemos fortalecido al creernos víctimas del pasado, de nuestros padres o del entorno; y, en paralelo, comenzar a ejercitar los músculos mentales que nos hacen absoluta y directamente responsables de nuestra propia felicidad. Ricard admite que su camino no es más que uno entre muchos; pero advierte que ser feliz sucede siempre al dejar de culpar a los demás de nuestra infelicidad y buscar la causa en nuestra propia mente (Matthieu Ricard, 2005).

      Al final, estos resultados no nos dicen nada nuevo; solo nos confirman que la felicidad es un asunto de nuestro interior y de los pensamientos que generemos.

      Tres frases célebres de personalidades distintas llegan a la misma conclusión.

      La felicidad no depende de nada ni de nadie externo a la persona.

      Buda

      La clave para ser feliz mora en el interior de cada quien.

      Jesús

      La felicidad es un hábito o el resultado de varios hábitos.

      Aristóteles

      Y por si aún nos quedase alguna duda, veamos dos casos más. El primero se refiere a lo que piensa uno de los hombres más ricos del mundo, alguien que ha logrado cifras patrimoniales difíciles de describir y asimilar para cualquier ser humano: Carlos Slim. En noviembre de 2002, leí en la revista Poder un artículo llamado «Hombres de éxito» en el que la única pregunta que se le hacía era qué suponía el éxito para él, a lo que respondía textualmente: «Yo creo que el éxito no está en lo económico. Una persona no es de éxito porque le va bien en los negocios o le va bien profesionalmente, o saca 10 en la escuela. Lo que vale es tener los pies en la tierra, la familia, los amigos; apreciar las cosas que tienen valor verdadero».

      En el libro Carlos Slim, retrato inédito se recoge un discurso que dio el 25 de agosto de 1996 ante jóvenes universitarios y del cual destaco algunos párrafos.

      El éxito […] es un estado interior. Es la armonía del alma y de sus emociones, que necesita del amor, la familia, la amistad, la autenticidad, la integridad. […] La fortaleza y el equilibrio emocional están en la vida interior y en evitar aquellos sentimientos que corroen el alma: la envidia, los celos, la soberbia, la lujuria, el egoísmo, la venganza, la avaricia, la pereza y que son venenos que se ingieren poco a poco. […] El daño emocional no viene de terceros, se fragua y se desarrolla dentro de nosotros […]. Lo que más vale en la vida no cuesta y vale mucho: el amor, la amistad, la naturaleza y lo que sobre ella ha logrado el hombre en formas, colores, sonidos, olores, que percibimos con nuestros sentidos, pero solo si los tenemos despiertos. […] Al final nos vamos sin nada, sólo dejamos nuestras obras, familia, amigos y, quizá, la influencia por las ideas que en ellos hayamos dejado.

      Y al final compartió una reflexión que le regaló su madre y que para él definió el éxito:

      El éxito no tiene que ver con lo que mucha gente se imagina. No se debe a los títulos nobiliarios y académicos que tienes, ni a la sangre heredada o la escuela donde estudiaste. No es gracias a las dimensiones de tu casa o de cuantos carros quepan en tu garaje. No se trata de si eres jefe o subordinado; o si eres miembro prominente de clubes sociales.

      No tiene que ver con el poder que ejerces, o si eres un buen administrador, o hablas bonito, o si las luces te siguen cuando lo haces. No es la tecnología que empleas. No se debe a la ropa que usas, ni a las iníciales que mandas a bordar en tu ropa, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu estatus social. No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo.

      El éxito se debe a cuánta gente te sonríe, a qué tanta gente amas y cuántos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu. Se trata de si te recuerdan cuando te vas. Se refiere a qué cantidad de gente ayudas, a cuánta evitas dañar y si guardas rencor o no en tu corazón.

      Se trata de que en tus triunfos estén incluidos tus sueños; de si tus logros no hieren a tus semejantes. Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás. Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amaste a la naturaleza y a los niños y te preocupaste de los ancianos.

      Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta. No es acerca de cuántos te siguen sino de cuántos realmente te aman. No es acerca de transmitir, sino cuántos te creen si eres feliz o finges estarlo.

      Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar. Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más.

      Si analizamos este párrafo, vemos que la felicidad se encuentra en lo que Maslow define como las necesidades del ser, la autorrealización.

      Sabemos que las posibilidades de alcanzar una fortuna de esta magnitud son casi imposibles, pero lograr la felicidad es algo más fácil y alcanzable para cualquier ser humano. Conseguir armonía del alma y sus emociones, de cuánta gente te sonríe, de qué cantidad de gente te ama o cuánto ayudas a los demás, de que el éxito es un estado interior y de que lo que más vale en la vida no cuesta o, dicho de otra forma, de que las cosas más valiosas no se compran con dinero.

      Pensemos por un momento en esta última reflexión. La gente aspira a tener poder económico


Скачать книгу