Besos de seda. Verity Greenshaw

Besos de seda - Verity Greenshaw


Скачать книгу

      Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.

      Diríjase a CEDRO si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.

      www.conlicencia.com - Tels.: 91 702 19 70 / 93 272 04 47

      Editado por Harlequin Ibérica.

      Una división de HarperCollins Ibérica, S.A.

      Núñez de Balboa, 56

      28001 Madrid

      © 2021 Verity Greenshaw

      © 2021 Harlequin Ibérica, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.

      Besos de seda, n.º 3 - febrero 2021

      Todos los derechos están reservados incluidos los de reproducción, total o parcial.

      Esta edición ha sido publicada con autorización de Harlequin Books S.A.

      Esta es una obra de ficción. Nombres, caracteres, lugares, y situaciones son producto de la imaginación del autor o son utilizados ficticiamente, y cualquier parecido con personas, vivas o muertas, establecimientos de negocios (comerciales), hechos o situaciones son pura coincidencia.

      ® Harlequin, Elit y logotipo Harlequin son marcas registradas propiedad de Harlequin Enterprises Limited.

      ® y ™ son marcas registradas por Harlequin Enterprises Limited y sus filiales, utilizadas con licencia.

      Las marcas que lleven ® están registradas en la Oficina Española de Patentes y Marcas y en otros países.

      Imágenes de cubierta utilizadas con permiso de Dreamstime.com.

      I.S.B.N.: 978-84-1375-638-7

      Conversión ebook: MT Color & Diseño, S.L.

      Índice

       Créditos

       Capítulo 1

       Capítulo 2

       Capítulo 3

       Capítulo 4

       Capítulo 5

       Capítulo 6

       Capítulo 7

       Capítulo 8

       Capítulo 9

       Capítulo 10

       Capítulo 11

       Capítulo 12

       Capítulo 13

       Capítulo 14

       Capítulo 15

       Capítulo 16

       Epílogo

       Si te ha gustado este libro…

      Capítulo 1

      La lluvia le caló hasta los huesos. No era novedad que esa clase de situaciones le ocurriesen precisamente a ella. Al parecer, era privilegiada en el área de desastres durante momentos importantes. Maldiciendo, Bianca trató de cubrirse, más por inercia que por funcionalidad, con la bolsa de segunda mano que había adquirido en un mercado de pulgas, mientras entraba a la boca del metro.

      Iba a llegar tarde a su turno en el restaurante, el tercer trabajo de media jornada que le servía para sobrevivir en un estado tan costoso como lo era el de Nueva York, y lo peor del caso es que no sería la primera ocasión. Laurent, su jefe, no era de las personas más tolerantes. Sería un milagro si le permitía que esta segunda tardanza, en menos de una semana, no contara como motivo para despedirla.

      —¡Imbécil! —exclamó cuando alguien intentó quitarle la bolsa—. A ver si hoy le intentas robar a otra persona menos avispada.

      De mala gana empezó a caminar para cambiarse de vagón. Odiaba el hediondo metro, pero no conocía otra manera de transportarse sin tener que donar sus órganos en vida. En una existencia lejana, muy lejana, tuvo chófer a la puerta y un grupo de amigos que, ahora, la miraban por encima del hombro. Una realidad muy distinta.

      Después de que su padre arruinase su vida, ella tuvo que pagar por pecados que no le correspondían. Las burlas y humillaciones a las que fue sometida, años atrás cuando el mundo tal como lo conocía desapareció, la hicieron más fuerte. Tan solo el respeto por sí misma le impidió prostituirse cuando, en medio de la miseria, esa pareció ser la única opción para subsistir. Los bancos de comida la salvaron, así como la buena voluntad de algunas personas que aparecieron en su camino.

      —Mi reeeina, qué buen culo —le gritó un desadaptado, mientras ella iba a paso rápido por una de las amplísimas avenidas de Manhattan.

      Bianca le hizo la seña con el dedo medio, y continuó su camino.

      La brecha social era abismal en el estado de Nueva York. No era raro ver gente sin hogar echada en las veredas pidiendo ayuda o algún tarado tratando de pasarse de listo. Le resultaba gracioso que los que vivían en otros países tenían la fantasía de que Nueva York era un sitio fabuloso y lleno de promesas. Pufff, ella podía dar su propia perspectiva de cómo era vivir en una torre de marfil para después, sin previo aviso, ser lanzada a los lobos y convertirse en una paria social.

      Si alguien conocía cómo funcionaba la élite, y también la escoria neoyorquina, esa era Bianca Levesque, aunque ahora llevaba otro apellido. Al menos le quedaba la invaluable circunstancia de haber tenido una larga lucha de aceptación, y también entereza, consigo misma. Era más fuerte que antes.

      Una vez que llegó al área reservada para el staff en el restaurante fue hasta su casillero, sacó el uniforme y se cambió en el baño lo más rápido posible. No podía hacer mucho por el cabello mojado, así que lo trenzó con suavidad. Se aplicó maquillaje. El espejo le devolvía la imagen de una mujer de veintiocho años de edad que sabía ocultar muy bien cuán desesperada estaba por las propinas de los clientes, y también cómo una sonrisa podía confundir la alegría con la resignación de vivir.

      Otro de los motivos que la instaban a mantener la cordura, cuando sus pies pedían a gritos un descanso, era que en Bon Apetit garantizaban comida gratuita para sus empleados. Al final de cada mes, el dueño del local enviaba una tarjeta de regalo de doscientos dólares que eran entregados al mejor colaborador. Lamentablemente, solo


Скачать книгу