La nueva era de los negocios. Maria del Carmen Bernal

La nueva era de los negocios - Maria del Carmen Bernal


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es universal y no tiene género. Asumir esta idea como parte de la cultura de una organización debe hacerse evidente con acciones reales y un compromiso genuino por promover una cultura de inclusión consciente.

      No se trata de acciones aisladas, de discursos o del lanzamiento de un programa, ya que por sí solas estas acciones no funcionan. Es un asunto de cultura que forma parte de la agenda estratégica global que genera que la mujer tenga una mayor visibilidad y presencia en el ámbito profesional, laboral y de emprendimiento.

      El tema es reciente y, por ello, aún falta mucho por hacer y en el CIMAD queremos que cada vez más empresas, empresarios y ejecutivos trabajen para que la transformación sea real y profunda. Nuestra misión es impulsar acciones e investigaciones que permitan reflexionar sobre cómo cerrar la enorme brecha que sigue existiendo sobre el argumento; asentar los cimientos para que la transformación cultural trascienda y contribuya a un nuevo modo de ser y hacer negocios.

      Por eso nació el CIMAD, un sueño que empezó en 2007 con un grupo de mujeres apasionadas que buscaban exaltar la equidad desde su alma mater, el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE Business School). En este 2017, aquel sueño se hace evidente en un efecto multiplicador que debe influir cada vez en más personas.

      Es un honor que nuestro centro sea hoy un referente en la integración de la historia de la mujer en la Alta Dirección y la exposición de los grandes ejemplos de empresas que se han abierto y transformado para crear culturas más incluyentes que, desde los máximos puestos en el organigrama, definan quién ocupará los puestos estratégicos, siempre basados en el talento sin diferencias.

      A ocho años de la creación del CIMAD, y en el marco del 50 Aniversario del IPADE Business School, confirmamos nuestro compromiso por difundir la realidad de las empresarias y directivas, a través de esquemas innovadores que las ayuden a vincularse con el mundo empresarial, su propia familia y las redes de soporte, donde sean ellas las protagonistas del cambio, las unificadoras, las líderes.

      Nuestra meta es inspirar a que cada vez más personas se sumen a la visión del centro y sus aliados estratégicos; tratar de modificar la historia empresarial mexicana al transformar la mentalidad de quienes dirigen y marcan el rumbo de los negocios en el país. Estoy convencida, hoy más que nunca, de que para que el tema de inclusión de la mujer en los negocios deje de ser un debate y se convierta en una realidad, debemos todos —hombres y mujeres— sumarnos al cambio; lograr que los avances no sean pequeños éxitos, sino realidades absolutas. El presente nos llega de golpe y el futuro está a la vuelta.

      Hoy, con La nueva era de los negocios, mujeres rumbo a la Alta Dirección, festejamos los años que han pasado y los que vendrán. Rendimos homenaje a las empresas que nos han ayudado a construir juntos la historia de la institución y del Centro. Celebramos a los hombres que han abierto el camino al talento femenino, y a todas aquellas mujeres que, conscientes de su contribución, humanizan al sector empresarial mexicano. Agradecemos a Catalyst por colaborar con el Centro para desarrollar esta publicación. También agradecemos a las empresarias y ejecutivas que amablemente nos compartieron su historia para darle vitalidad a esta publicación. Asimismo, damos las gracias al Consejo del CIMAD por su compromiso y pasión para promover la misión del Centro. Finalmente, agradecemos al IPADE por impulsar los temas relacionados con el talento femenino en la Alta Dirección.

      Gracias al CIMAD creo en que, muchas veces, las cosas que parecen imposibles se hacen posibles al no tener miedo de desafiar supuestos, a confrontar lo aprendido, a romper paradigmas. En un documento llamado “Los siete pasos hacia una inclusión consciente” leí una frase que enmarca el objetivo de la publicación que tienes en tus manos: “Si contratamos a las personas que valoren a las personas encontrarán la forma de optimizar todo el potencial humano, incluidas las mujeres” (ManpowerGroup, 2015, p. 15). Ojalá este libro sirva de inspiración.

      MARÍA DEL CARMEN BERNAL

      Directora del Centro de Investigación

      de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD)

      

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

      Annan, K. (2005). “Mensaje del Secretario General de las Naciones Unidas, con motivo del Día Internacional de la Mujer”. Recuperado en agosto de 2016 de: http://www.cinu.org.mx/prensa/comunicados/2005/PRO5016msje_annan_mujer.htm

      ManpowerGroup (2015). “Los siete pasos hacia una inclusión consciente. Una guía práctica para facilitar una mayor participación de mujeres en posiciones de liderazgo”. Recuperado en agosto de 2016 de: https://www.manpowergroup.com.mx/uploads/estudios/7Pasos_Inclusion_Consciente.pdf

      INTRODUCCIÓN

      EL DESPERTAR DE LA VOZ FEMENINA

      Las nuevas generaciones tienen

      menos estigmas (…) ocupar altas

      posiciones no es un privilegio que se

      gana o se exige, sino que se construye

      y se acepta por ambos lados

      ADRIANA MUÑOZ GONZÁLEZ

      Project Manager para la VP global

      de Tecnología y Operaciones de Cemex

      La víspera de la Navidad de 1952, en la Cámara de Senadores se debatía la propuesta del recién llegado presidente, Adolfo Ruiz Cortines, para otorgarle a la mujer el derecho a votar y ser votada a escala municipal, estatal y federal. La Cámara de Diputados había aprobado la iniciativa y ahora correspondía a los senadores discutir la viabilidad de la propuesta.

      En las discusiones había posturas de todos los tonos: paternalistas, permisionistas, quienes justificaban la acción o, de plano, la negaban. En el entorno se respiraba un cierto aire de sospecha y temor ante la propuesta de algunos cuantos senadores de darle a la mujer un lugar en la vida pública a través del voto.

      Según una recopilación de Raúl Trejo Delarbre (2003), un viejo político aguascalentense, Aquiles Elorduy, se refería al papel de la mujer mexicana de aquella época en estos términos:

      La mujer mexicana, la madre mexicana es la que forma el corazón del niño, es la que educa su espíritu, es la que le imparte su religión, y eso es una gran cosa en una sociedad. El hombre no tiene esas misiones en el hogar ni puede tenerlas, porque sus ocupaciones públicas le impiden dedicar su tiempo a estas cuestiones.

      Tienen que concurrir a los mítines, tienen que estar en las discusiones sobre puntos políticos, tienen que leer todas las cuestiones políticas, tienen que empaparse de la historia política. Todo esto forzosamente las distrae de las ocupaciones hogareñas. Tengo miedo, tengo miedo, tengo pavor; tengo nietas que adoro y que considero están en un peligro inminente dentro de la liviandad que actualmente reina en la sociedad mexicana.

      El miedo era latente y real: las mujeres iban a votar, a participar en la vida pública y a “descuidar el hogar”. Sí, corrían los inicios de los años cincuenta y la sociedad mexicana, tal como la conocíamos, estaba a punto de transformarse.

      PARTEAGUAS PARA LA INCLUSIÓN

      No solo en México ocurrían cambios. El mundo entero comenzó una transformación que abarcó varias décadas. A mediados de la década de los sesenta del siglo pasado, la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos trazó un nuevo futuro para los afroamericanos, liderados por Martin Luther King.

      Esta contienda racial despertó la voz de una población marginada y oprimida, y también abrió la brecha para el movimiento feminista.

      Después de una revolución social que reclamaba el trato justo e igualitario de derechos civiles, sin importar el color de piel o la raza, el Congreso de Estados Unidos de América aprobó la


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