Cómo obtienen los reporteros la información. Rigoberto López y Quezada
periodismo especializado es el futuro de los comunicadores en prensa, radio o televisión. Desde el último cuarto del siglo XX, para ser precisos, se acabaron los reporteros “todólogos” y surgieron los expertos en columnas especializadas, así como periodistas o comentaristas conocedores de diferentes tópicos de información, en los espectáculos, deportes, política, policía, economía, ciencia, cultura y muchos más.
Este libro-guía está dirigido a todo tipo de lector que desee saber con mayor interés los conocimientos que debe tener un periodista para trabajar, bien, a fondo, las diferentes fuentes informativas que le asignen en una empresa de comunicación, pero sobre todo, está dedicado a los miles de estudiantes de las carreras de periodismo o de comunicación que se imparten en escuelas especializadas o en universidades.
A lo largo de veinticinco años como profesor titular de diferentes materias, tanto en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, como en la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional Autónoma de México, me es muy común escuchar a muchos alumnos que escogieron la carrera de Periodismo porque desde la primaria tenían problemas con las matemáticas, no las entienden, o de plano las aborrecen y pensaron que lo mejor era estudiar Comunicación Social, la cual, supuestamente, no tiene nada que ver con la especialidad de Pitágoras. Lo anterior no es una generalidad de quienes optaron por esta disciplina.
Algunos de esos alumnos estudiaron periodismo porque desde niños se identificaron con un determinado conductor de un noticiero de televisión, o un cronista deportivo o de espectáculos; sin embargo, esta es una profesión como cualquier otra, se tiene que partir del conocimiento general de ella para después buscar una especialización. Esto ocurre en medicina, odontología, ingeniería, la abogacía, etcétera, en todas las disciplinas académicas.
En una ocasión que invité a mi clase al compañero reportero Moisés Sánchez Limón, les dijo a mis alumnos: “todo periodista debe poseer un océano de conocimientos, aunque sea con un cinco por ciento de profundidad”.
Para llegar entonces a la especialidad en el periodismo, lo ideal es que primero se haya reporteado en muchas de las fuentes informativas, aunque pocos son los periodistas que las conozcan en su totalidad durante el quehacer reporteril, son tantas, parece como si cada día surgieran más y esto ocurre a medida que aparecen nuevos descubrimientos tanto en la ciencia como en otras actividades. No obstante, se puede buscar la especialización desde que se empieza a reportear, para dar el salto a la especialización cuando llegue la oportunidad.
He mencionado en párrafos anteriores el término “fuentes informativas”, sucede que cuando un nuevo reportero o reportera llega por primera vez a trabajar a un medio de comunicación debe saber que los periodistas se identifican por las fuentes informativas que cada quien tiene asignadas, éstas son la directriz de todo negocio noticioso, significan la columna vertebral de todo periódico, revista o noticiero de cualquier empresa de comunicación.
Cuando el jefe de información, que es el responsable de los reporteros, le dice a un nuevo o antiguo periodista, “vas a cubrir esta fuente”, le está ordenando que busque información de tal o cual dependencia o institución, pública o privada y a éstas se les llama fuentes informativas.
Todos sabemos que de las dependencias gubernamentales o instituciones privadas surgen las noticias, o bien de sucesos policíacos, de hechos de la naturaleza o de diferentes acontecimientos que los jefes de información pueden tener previstos, como marchas, mítines, etcétera, por lo que, cuando a un reportero se le da una orden de cubrir tal o cual suceso, se dice que está cubriendo una fuente informativa.
Las fuentes informativas son propiedad de las empresas, el dueño, el director o el jefe de redacción de un periódico las asignan a los reporteros, muchas veces de acuerdo con los conocimientos especializados que puedan distinguir a cada periodista.
Las fuentes informativas se encuentran agrupadas por bloques afines de información, por ejemplo, el reportero que tiene asignadas las fuentes militares cubrirá generalmente la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la aviación y todas las dependencias de estas instituciones, entonces los conocimientos del tema que deben tener los periodistas responsabilizados de este sector informativo deberán ser similares a los de los militares de carrera.
Anteriormente, me refiero a la mitad del siglo pasado, más o menos, llegaban a las redacciones de los periódicos, “destripados” de diferentes carreras universitarias, o sea , estudiantes o pasantes con cierta cultura, que por diferentes motivos no culminaron sus estudios, o simplemente no se titularon y se convirtieron en periodistas a quienes se les daban las fuentes informativas afines a su preparación académica, y algunos se convirtieron en muy buenos reporteros.
Qué mejor entonces, que las personas que poseen los conocimientos especializados se conviertan en periodistas, o en comentaristas de alguna rama deportiva, como ha ocurrido en los cuatro o cinco últimos Juegos Olímpicos, ya que, de unos veinte años a la fecha, los principales canales de televisión contratan a destacados ex deportistas para que comenten ante los televidentes el desarrollo de las competencias en las que sobresalieron, y así de alguna forma dan información y noticias de su especialidad con verdadero conocimiento de causa. En el futbol fueron figuras de ese deporte: Raúl Orvañanos, Rafael Puente, Jorge Campos, Luis García, Ricardo Peláez, Alberto García Aspe, Carlos Albert y algunos más que ahora son comentaristas para la televisión.
Está comprobado que mientras más conocimientos se tengan de una fuente informativa ésta se cubrirá mejor, ya que en la mayoría de las profesiones existen lenguajes técnicos o especializados que el reportero está obligado a entender para después transcribirlos en un lenguaje llano a sus lectores.
En la actualidad, los grandes rotativos, las mejores revistas y las cadenas de televisión internacionales emplean a determinados reporteros y reporteras especializadas para que hagan reportajes de un solo tema. Si los periodistas a quienes se les confía esa misión informativa no conocen a fondo el meollo del asunto que van a investigar, tendrán que estudiarlo con anticipación, o de plano dejar su lugar a otro que sí domine el aspecto medular con todas sus aristas, vericuetos, riesgos y peligros porque ello le puede costar la vida, sin exagerar, según sea el caso. México es un país peligroso para ejercer el periodismo.
Por ejemplo, un reportaje sobre el narcotráfico, o acerca de la forma de actuar de las bandas de secuestradores, o para descubrir quiénes son los jefes de los que se dedican a la piratería, o de los que comercian la pornografía infantil, o de los que explotan a prostitutas en cualquier parte, o los dizque protectores de los franeleros del primer cuadro de la ciudad de México, o del negocio de la reventa en los espectáculos, o del tráfico de personas, etcétera, y muchos más temas de reportajes, son de alto riesgo.
Simplemente, para entrevistar a un personaje se le debe hablar en los términos de su especialidad y el reportero debe dirigirse al entrevistado en su lenguaje técnico de la profesión en que se desenvuelve, y el entrevistador que no tenga los conocimientos mínimos necesarios de la habilidad de su entrevistado, difícilmente hará un buen trabajo, además, en su medio de comunicación se dan cuenta y puede costarle el empleo, o le encargarán a otro periodista ese trabajo.
El ser audaz no lleva precisamente a un reportero a realizar buenos reportajes o entrevistas, eso corresponde al periodismo del pasado, aunque no debe descartarse la audacia, ahora es necesario tener conocimientos de lo que se va a reportear, o de antecedentes y desempeño de a quién se va a entrevistar —sobre todo en el periodismo escrito— para después escribir y describir con lujo de detalles y autenticidad el entorno y lo que se vivió en aquel lugar donde se obtuvo la noticia, o de lo que se habló con aquel personaje manifestando su figura, su semblante, sus reacciones, sus enojos o sus sonrisas, cuando se le hizo tal o cual pregunta.
En el periodismo escrito, o para la radio, del siglo XXI, se trata de llevar al lector de la mano al lugar de los acontecimientos, esto se logra con la forma en que se describen los momentos vividos al cubrir una noticia, al hacer una entrevista, su entorno, o un reportaje, ahí está el secreto de hacer un buen periodismo.
Pero lograr lo anterior no es fácil, se tiene que aprender a escribir sin faltas de ortografía, de puntuación o de sintaxis.