1001 ejercicios y juegos de calentamiento. Manuel Serrabona Mas
que entender que el concepto de crecimiento no significa sólo un aumento de talla y peso, sino que conlleva una diferenciación y maduración. La velocidad de crecimiento difiere en las distintas fases evolutivas: los períodos de crecimiento rápidos se alternan con los lentos. De la misma forma existen fases, a lo largo del proceso madurativo, en las que una capacidad puede trabajarse y desarrollarse más ampliamente que en otras etapas: son las denominadas fases sensibles (Martin, D., 1980; Hahn, E., 1988; Grosser, M., 1992).
CAPACIDADES Y CUALIDADES FÍSICAS SENSIBLES DE TRABAJO EN CADA ETAPA
Etapa | Edad | Contenido P.F. sensible |
Infancia | 4-7 | FlexibilidadResistencia anaeróbica alácticaCapacidades coordinativas |
Infancia | 8-10 | Velocidad de reacciónResistencia anaeróbica alácticaFlexibilidadCapacidades coordinativas |
Infancia | 10-13 | Resistencia anaeróbica alácticaFuerza rápidaFuerza resistenciaFlexibilidadCapacidades coordinativas(orientación espacio-temporal) |
Pubertad | 14-15 | Fuerza máximaFuerza explosivaResistencia aeróbicaFlexibilidadCapacidades coordinativasVelocidad de reacciónResistencia anaeróbica aláctica |
Adolescencia | 16-17 | Fuerza máximaFuerza explosivaResistencia aeróbicaResistencia anaeróbica alácticaFlexibilidadCapacidades coordinativasVelocidad de reacción |
Las etapas propuestas no deben ser entendidas como compartimentos estancos, sino como partes de un proceso continuo. En este sentido, habría que tener presente las diferencias individuales durante el crecimiento y la maduración del hombre. La edad cronológica no siempre se corresponde con la edad madurativa, ya que existen múltiples factores condicionantes (herencia, ambiente social, nutrición, etc.). Por tanto, las características generales que ofrecemos en cada etapa tienen que observarse desde una óptica globalizada (Meinel, K. y Schnabel, G., 1988).
El calentamiento en la infancia
Dentro de la etapa infantil podemos establecer tres períodos diferenciados, que están determinados por la edad, las diferencias en el comportamiento motriz y el crecimiento:
Edades: 4-7 años
Existe un desarrollo muy rápido en estas edades. Es ésta una etapa donde se perfeccionan y adquieren las primeras combinaciones de movimiento. El desarrollo de las formas motrices infantiles se manifiesta en un aumento cuantitativo del rendimiento, una mejora cualitativa y una capacidad para utilizar los diferentes patrones de movimiento aprendidos en situaciones cambiantes o en diferentes tareas.
Se incrementan de forma importante los aspectos lúdicos, motores y de actividad. Por ello, es necesario un aumento del espacio y de los medios. A nivel metodológico hay que programar las sesiones con más material.
Es un buen periodo para introducir juegos competitivos. Es positivo utilizar todas las formas motoras posibles, intentando conseguir un amplio bagaje motriz en el niño. Por otro lado, hay que posibilitar el trabajo en grupo con el fin de estimular los aspectos perceptivos.
El calentamiento debe ser enfocado de forma lúdica y divertida. Algunos autores se plantean la necesidad del calentamiento en estas etapas dada la gran necesidad de movimiento y de juego. El calentamiento debe ser entendido como parte de la sesión principal, aprovechando la mencionada necesidad de movimiento para reconducir a los practicantes hacia los objetivos planteados. En este sentido, quizás lo más importante sea la forma de gestionar la sesión y el planteamiento de las estrategias para conseguir los diversos objetivos.
Edades: 8-10 años
Es una etapa de formación general dentro de los ámbitos físicos, técnicos, tácticos y psicológicos. Se tiene que trabajar el organismo multilateralmente. También se debe seguir desarrollando la estimulación perceptiva y, para ello, es necesario utilizar todo tipo de material alternativo.
Existe una gran necesidad de movimiento en el niño, por lo que el tiempo de espera en los ejercicios debe ser corto. El juego se manifiesta como un gran recurso metodológico. Es importante diseñar el calentamiento sobre las variantes de un mismo ejercicio, pero si planteamos ejercicios o juegos de carácter pasivo no debe existir una obsesión con el control del grupo.
Las actividades deben ir orientadas al aprendizaje motor. Es una etapa donde se aprende muy fácilmente. A partir de los 9 años la capacidad de aprendizaje es muy elevada, por eso se debe incidir en la elaboración de los patrones técnicos. Aprovechar el calentamiento para introducir nuevos conceptos.
Edades: 10-13 años
Se encuentran muchas diferencias individuales, por lo que la sesión de entrenamiento debe estar enfocada hacia intensidades medias y bajas preferentemente. El calentamiento debe estar regulado a una intensidad baja. Al igual que en el perído anterior existe una gran necesidad de movimiento, por lo que el calentamiento debe ser siempre variado, evitando la monotonía.
Se debe aprovechar este período de fácil aprendizaje para el desarrollo físicodeportivo. Desde un punto de vista pedagógico la demostración y el establecimiento de objetivos son los medios de entrenamiento más potentes, además de otros de carácter visual. Esto debe tenerse en cuenta cuando se incide en la elaboración de los patrones técnicos, ya que existe una capacidad de aprendizaje muy elevada. El calentamiento puede utilizarse para la introducción de nuevos patrones de movimiento. Hay que tener en cuenta que, en esta etapa, se dan las condiciones necesarias para comenzar a trabajar los aspectos propios de la fase de ajuste medio-ambiental (técnico-táctica, adaptación al medio, etc.) dentro de los ámbitos adecuados. Se debe seguir trabajando multilateralmente.
Es una etapa importante en el desarrollo de experiencias motrices amplias para una formación deportiva sólida. Hay que consolidar hábitos higiénicos positivos como el calentamiento.
El calentamiento en la pubertad y en la adolescencia
Edades: 14-15 años
Hay que desechar la idea de que estas edades se encuentran en un período de precaución; sin embargo, es cierto que durante este período se requiere una alta exigencia pedagógica, psicológica y metodológica.
El estilo educativo debe ser más participativo que en las etapas anteriores. Por ello, hay que conocer las motivaciones de los deportistas, establecer objetivos, etc. Existe un aumento de independencia y de la capacidad de reflexión, análisis y evaluación, por lo que se debe explicar por qué se hacen las cosas. En este sentido, el calentamiento nos sirve de medio para llegar con más facilidad al practicante.
Hay que adaptarse en función del nivel de los practicantes, puesto que aún se observan muchas diferencias individuales. En el campo competitivo hay que tener en cuenta que en esta etapa debe existir una iniciación a la especialización de la actividad realizada. En el caso que exista un estancamiento, no se deben introducir nuevos aprendizajes. Es mejor perfeccionar y automatizar los ya adquiridos, a fin de estimular la autoconfianza.
Es una etapa en la que se puede comenzar el entrenamiento físicodeportivo dirigido hacia un mayor rendimiento. El calentamiento en este período debe empezar a estructurarse metódicamente y con rigor.
Edades: 16-17 años
En esta etapa ya se puede entrenar a un alto nivel. La capacidad de aprendizaje y el desarrollo físico permiten un entrenamiento en función de las capacidades, motivaciones y posibilidades de los jugadores. La sesión debe estar previamente planificada. Desde el ámbito escolar debe empezarse a dar una mayor importancia a la orientación deportiva.
Hay que cuidar el aspecto psicológico de los deportistas. Debe existir mucha comunicación, dar responsabilidades, etc. Dentro del calentamiento es un buen momento, en la sesión, para delegar funciones en los/as chicos/as, haciéndolo más participativo y desarrollando aspectos como la autonomía.
El calentamiento en el adulto
Edades: