Águilas y moscas. Jesus Torrens Alvarez

Águilas y moscas - Jesus Torrens Alvarez


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      Portada

      Universidad Industrial de Santander

      Facultad de Ciencias Humanas

      Escuela de Idiomas

      Bucaramanga, 2020

      Página legal

      ÁGUILAS Y MOSCAS

      Selección de cuentos

      Jesús Antonio Álvarez Flórez

      Betuel Bonilla Rojas

      Fabián Mauricio Martínez González

      Nicolás Peña Posada

      Daniel Felipe Osorio Correa

      Lotus King Salcedo Vallejo

      John Freddy Galindo Córdoba

      Danny Yecid León Moncada

      Diego Armando Higuera Castillo

      Juan Diego Serrano Durán

      Óscar Daniel Campo Becerra

      Álvaro José Claro Ríos

      Daniel Bonilla Montenegro

      Miguel Ángel Pulido Jaramillo

      Johnattan Farouk Caballero Hernández

      Miguel Alfonso Castillo Fuentes

      Ronald Salazar Carreño

      Óscar Humberto Mejía*

      *Profesor, Universidad Industrial de Santander

      Ilustradores:

      Estefanía Jiménez Zúñiga

      Juan Carlos Hoyos Silva (Alefes Silva)

      María Angélica Martínez Wandurraga (María Chucena)

      Camilo Andrés Lamprea León

      Gina García

      Selección y prólogo de Ronald Salazar Carreño

      © Universidad Industrial de Santander

      Reservados todos los derechos

      ISBN ePub: 978-958-52859-5-8

      Primera edición, octubre de 2020

      Diseño, diagramación e impresión:

      División de Publicaciones UIS

      Carrera 27 calle 9, ciudad universitaria

      Tel.: (7) 6344000, ext. 1602

      Bucaramanga, Colombia

      [email protected]

      Prohibida la reproducción parcial o total de esta obra, por cualquier

      medio, sin autorización escrita de la UIS.

      Impreso en Colombia

      Prólogo

       En lo que concierte —prosiguió él— a vuestra pregunta

       referente a los asuntos que tratamos aquí en el consejo,

       podría dispensársenos el responder, ya que atañen

       a nuestro privado y real interés y tan solo a él,

       y, por tanto, no tiene importancia para nadie más

       que para nosotros mismos.

      Poe, El rey Peste.

      El cuento nació con el hombre, con su necesidad de comunicar y de recordar, con la palabra misma y con la imagen. Las pinturas rupestres son indicio de que el hombre desde siempre se interesó por plasmar su diario vivir, sus experiencias y todo aquello que lo marcó y consideró importante para transmitir, para no olvidar. Luego, con la palabra escrita se materializaron aquellas historias que fueron trascendentales, que marcaron a los hombres de todas las épocas y que cumplieron una función específica dependiendo de la lectura y de la relevancia que se le diera.

      Así ha sucedido hasta nuestros días. Constantemente se cuentas historias: el diario vivir, aquello que impacta, lo acontecido días atrás, los sueños, los deseos, el pálpito de un futuro prometedor o indeseablemente brumoso, aquello que no ha pasado y posiblemente no pasará, pero imaginamos porque nos apasiona o nos atormenta.

      El género cuento, que solo hasta un par de siglos atrás comenzó a tener este rótulo, con etapas estelares, fans de primera categoría y algunos inconscientes detractores, ha acompañado nuestra vida y la literatura de todos los litorales del mundo. Su forma, o su fórmula todavía es inefable. Cada quien tiene su manera, y no todos logran crear historias de alta categoría. Las temáticas de los cuentos son tan variadas como las facetas del hombre. Morgan Friedman intentó delimitar algunos temas, pero dentro de su propuesta es posible cruzar una serie infinita de posibilidades, eso sí, con un punto indiscutiblemente en común: el ser humano. Todo lo escrito, todo lo vivido, todo lo dicho e imaginado tiene como eje de convergencia la vida del hombre, y así lo muestran las manifestaciones artísticas, la ciencia, la religión y todo aquello que se nos ocurra más adelante.

      En esta dirección, y haciendo mayor énfasis en lo literario, vale la pena recordar que hay cuentos que han hecho inmortales a los hombres y relatos que se han inmortalizado, ya sea por su trascendencia, por su profundidad o por cualquier otro elemento que de seguro tiene un valor diferente, un valor sublime como propuso llamar Longino a aquello que genera un éxtasis particular, una sensación especial, algo fuera de lo común. Dentro de estos relatos, u hombres inmortales, se pueden nombrar por ejemplo a Bocaccio y su Decamerón, a Chaucer y Los cuentos de Canterbury, a Las mil y una noches, a Poe y sus narraciones extraordinarias, a Borges, a Cortázar, a Quiroga, a Riberyro y a todos aquellos autores y cuentos que usted, querido lector, tiene en mente.

      Ahora, en esta ocasión, usted se da la oportunidad de entrar en directa comunicación con otros autores, algunos con trayectorias más definidas que otros, pero todos con algo muy importante que decir. No obstante, solo usted y nadie más está en la posibilidad de juzgar los relatos que le ofrecen esta selección, según su perspectiva de la vida, su juicio sobre el arte y la conexión que logue con aquello que cuenta cada escritor.

      El libro que tiene en las manos, denominado Águilas y moscas, por aquello de la cadena alimenticia, en donde se presenta la importancia tanto de unas como de las otras para el sostenimiento de las especies, se despliega con dos objetivos muy bien definidos: 1) deleitar al asiduo lector con cuentos que retratan la vida del hombre en varias dimensiones; y, 2) dar la posibilidad a nuevos autores de que figuren en el panorama nacional, y por qué no internacional, como escritores y artistas de la palabra. Sobre el segundo punto, las editoriales siempre, o casi siempre para no sonar radical, tienen intereses particulares en lo económico, y las apuestas que hacen van en función de vender, por tal razón y respetando esta lógica, difícilmente aventuran su capital en productos que de entrada no les garantice éxito. No obstante, bajo esta dinámica varios autores de todo el mundo y de todas las épocas, con obras maravillosas y trascendentales, han quedado en el anonimato. Casi sucede, para no ir tan lejos, con García Márquez, Germán Espinosa y el gran Sábato.

      Por tal motivo, juntamos esfuerzos y producimos esta selección, que trata de ir más allá de un mero libro de cuentos de autores colombianos; sino que entrega al lector un objeto de colección que genera más de una impresión, por el contenido, por la diversidad de temas y al mismo tiempo por los ejes que los relacionan. Además, por el formato, puesto que, cada obra va acompañada de una ilustración también de artistas colombianos de gran talante. A juzgar obras de Alefes Silva, Gina García, María Chucena, Camilo Lamprea y Estefanía Jiménez.

      Ahora


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