Aspectos jurídicos y contractuales de la industria petrolera. Dario G. Lamanna

Aspectos jurídicos y contractuales de la industria petrolera - Dario G. Lamanna


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de una sociedad humana o nación.

      • Un territorio que sirve de asiento permanente a esa sociedad (sin territorio no hay Estado).

      • Un poder que se caracteriza por ser soberano, es decir, dentro de su territorio no hay poder por encima de él. El Estado tiene el monopolio del uso de la fuerza o coerción en su territorio (policía, fuerzas armadas, etc.).

      • Un orden jurídico que es creado, definido y aplicado por el poder estatal y que estructura la sociedad, regulando las relaciones entre el Estado y los particulares y los particulares entre sí.

      Los Estados emiten normas que regulan las actividades económicas y sociales de los particulares (ordenamiento jurídico). Mediante estas reglas se pretende garantizar el funcionamiento eficiente de los mercados, generar certeza jurídica, garantizar derechos de propiedad, evitar daños inminentes o bien atenuar o eliminar daños existentes a la salud o bienestar de la población, a la salud animal y vege­tal, al medio ambiente, a los recursos naturales o a la economía. Por ello, las regulaciones son las reglas o normas emitidas por el gobierno para garantizar beneficios sociales.

      Entre los diferentes tipos de regulación se encuentra la regulación económica, es decir, el conjunto de disposiciones mediante las cuales el gobierno interviene en los mercados.

      El mercado no siempre trabaja de manera eficiente. En ocasiones, la acción del gobierno es necesaria para que el uso de los recursos se torne eficiente. La imperfección del mercado es una situación en la que este, por sí solo, no asigna los recursos de manera eficiente. A continuación se muestran los elementos más característicos de distintos mercados, de acuerdo con el grado de competencia y control de compra.

      Cuadro 1. Elementos característicos de los mercados según

      el grado de competencia y control de compra

Clase de competenciaNúmero de productoresGrado de control sobre el precio
Competencia perfectaMuchos productores generalmente con productos idénticosNulo
Competencia imperfecta:
Muchos vendedores con productos diferenciadosPocos o muchos productores, muchas diferencias entre los productosAlguno
OligopolioPocos productoresAlguno
MonopolioÚnico productorAlto
Control en compras:
MonopsonioÚnico comprador del mercadoAlto sobre el precio de compra
OligopsonioPocos compradores en el mercadoAlguno

      Fuente: elaboración propia.

      Algunos mercados, como el de ciertos productos agrícolas homogéneos (los cereales, por ejemplo) o la venta al por menor de bienes o servicios estándar, se acercan bastante al ideal del mercado perfecto, pero son una minoría dentro del enorme entramado de industrias que forman el sistema económico y no son, por tanto, representativos.

      La realidad económica, por el contrario, se define por la existencia de grandes empresas con un elevado poder de mercado, que consiguen a través de estrategias como la diferenciación del producto, o mediante ventajas como las economías de escala.

      Hay situaciones, sin embargo, en las que el mercado no es capaz de asignar los recursos convenientemente, dando lugar a lo que se denomina fallos del mercado. En este apartado vamos a analizar dos de ellos: los bienes públicos y las externalidades.

      1.1. Los bienes públicos

      Este tipo de bienes tienen dos características que los diferencia de los bienes privados en cuanto a su consumo:

      No son excluyentes, es decir, no se puede impedir que quien no los paga los consuma. Un ejemplo es el alumbrado de una ciudad: una vez que se ha instalado, todos los ciudadanos se benefician de él y lo disfrutan.

      No hay rivalidad, pudiendo ser consumidos simultáneamente por más de una persona. En el mismo ejemplo anterior del alumbrado, es obvia esta característica.

      La primera característica de los bienes públicos implica que los consumidores, siguiendo un comportamiento racional, no estarán dispuestos a pagar por ellos, debido a que pueden aprovecharse de que los hayan pagado otros. Este problema se denomina en economía el free rider o «polizón», y es la razón por la que las empresas privadas no están dispuestas a producir estos bienes.

      La no rivalidad en el consumo viene a reforzar la incapacidad del mercado como mecanismo asignador, y la dificultad de que las empresas privadas provean de bienes públicos.

      1.2. Las externalidades

      Se denomina así a los efectos que tienen algunas actividades económi­cas, de consumo o de producción, sobre otros agentes económicos o sobre la sociedad en general. Los efectos pueden ser beneficiosos o perjudiciales, hablándose de externalidades positivas o negativas.

      Las externalidades positivas producen un beneficio, incrementan el bienestar individual o colectivo. Si una familia tiene una casa con un bonito jardín que desprende un exquisito aroma al atardecer, sus vecinos se benefician de él, al contemplarlo o al respirar su olor. A nivel colectivo, los bienes públicos producen beneficios a la sociedad, y en realidad son un caso específico de externalidades positivas. También lo es la difusión tecnológica que se da en las industrias cuando las innovaciones no pueden protegerse mediante patentes.

      Las externalidades negativas imponen costos a terceros, disminuyendo el bienestar individual o colectivo. Es el caso de los fumadores, que perjudican a los que tienen a su alrededor, o más importante aún, la contaminación que producen los coches o las fábricas. El ruido, los congestionamientos de tráfico o el agotamiento de recursos naturales son también ejemplos de efectos externos negativos.

      Cuando existen efectos externos en la actividad económica, el mercado tampoco puede asignar los recursos de manera eficiente. Los costos y los beneficios que se derivan de una acción no están bien valorados, debido a que no se consideran las externalidades, el costo o beneficio social de la acción. Una empresa que fabrica papel, por ejemplo, siguiendo la regla de conducta racional, no va a asumir un costo adicional que impida la contaminación de las aguas. ¿Cuál es la solución a este problema de las externalidades? Lógicamente, las que más preocupan y a las que se les ha prestado mayor atención son las negativas. Y puesto que los agentes económicos no tienen en cuenta los costos sociales de sus actuaciones, debe ser el Estado el que les obligue a hacerlo, regulando las actividades o estableciendo impuestos que recojan el costo social provocado. Por ejemplo, se puede obligar por ley a las empresas papeleras a no verter sus residuos en los ríos.

      Otra alternativa al problema es la creación de un mercado de las externalidades, como se ha hecho mundialmente con la contaminación. Se crean los llamados «derechos a contaminar», que se reparten entre los distintos países, y a partir de ahí al que le sobren derechos, porque ha contaminado menos, los puede vender a aquellos países que más contaminan. Este sistema de derechos de contaminación ha estado sujeto a fuertes críticas, y de hecho, al menos hasta ahora, no ha alcanzado grandes progresos en la reducción de la contaminación global.

      2. La regulación en la industria petrolera

      A continuación describimos, de manera ilustrativa, las distintas fases de la industria y la estructura de mercado que generalmente la caracteriza.

      Si bien todos los aspectos de la actividad petrolera están regulados en mayor o menor medida, es fácil deducir que la fase midstream (del transporte y distribución) es la fase más regulada debido a las características de los servicios que se prestan mediante infraestructura «en redes».

      El transporte de hidrocarburos por ductos y la distribución comparten con los servicios de agua potable, electricidad, saneamiento, etc. las siguientes características:

      • La naturaleza física del servicio:

      ◦ Ingreso del producto al sistema

      ◦ Transporte hasta el City Gate


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