Prácticas comunicativas en el aula. Patricia Vargas Sandoval
han influido, de manera notoria, en el lenguaje de la comunicación. La telefonía móvil e Internet han creado nuevos formatos y soportes comunicativos (páginas web, correos electrónicos, chats, blogs o foros) los que han afectado las formas tradicionales del registro escrito. La lengua española ha sido inundada de una multitud de términos (los neologismos), los que son de claro dominio público y han incidido en la creación de los códigos singulares para los nuevos usos del lenguaje. En el caso del correo electrónico o el chat, han provocado que el espacio virtual se convierta en un espacio de comunicación que afecta al lenguaje y a los tipos de textos que circulan por sus canales.
Todos estos cambios condicionan e influyen en el texto, por ejemplo, la escritura se ha visto alterada desde una perspectiva ortográfica, puesto que lo visual que es propio de estas nuevas tecnologías, ha permitido que el significante, lo tipográfico, adquiera gran relevancia. En otros casos, es la fonética la que condiciona la escritura. No todas las nuevas aplicaciones y soportes informáticos, van a afectar igualmente a la escritura. Sin embargo, una de las más evidentes ha sido el descuido formal en la trascripción de la lengua escrita. El texto escrito se ha ido acomodando al universo virtual y se ha visto afectado en dos aspectos: el estilo predominantemente informal y la ortografía, que no se usa y se sustituye por un nuevo código.
1.6 CONSTITUYENTES DEL TEXTO
El texto se configura como una unidad comunicativa, porque opera con los siguientes elementos fundamentales, que entregamos, como resumen, junto a las funciones que corresponden a cada uno de los elementos que forman parte de la comunicación, según su prioridad en el texto:
Les presentamos dos esquemas en los cuales se grafican los elementos del proceso comunicativo con la función lingüística correspondiente.
1.7. La organización del texto
Para comprender, en forma adecuada, cómo funcionan las unidades que llamamos textos, es de gran utilidad distinguir, en su organización, los tres siguientes niveles o componentes:
1.7.1. Primer nivel o componente (microestructura)
Es el componente de mayor concreción, relativo al contenido del texto tal y como lo manifiestan sus emisores, tal como lo pueden leer sus receptores. Es el conjunto de relaciones de elementos menores enlazados por procedimientos de cohesión. La microestructura de un texto es el conjunto detallado de informaciones, es el conjunto de todos y de cada uno de los contenidos o informaciones que se trasmiten en un texto, expresado a través de palabras, frases, oraciones, es decir, de todo el material lingüístico utilizado en el texto.
La microestructura da pie al estudio del tejido lingüístico del texto.
1.7.2 Segundo nivel o componente (macroestructura)
Este nivel consiste en las informaciones más relevantes o esenciales de un texto, que podemos guardar en nuestra memoria; algo a lo que habitualmente denominamos resumen del contenido de un texto.
El primer y el segundo nivel de un texto pueden coincidir, cuando se trata de textos pequeños, de complejidad informativa mínima. Los contenidos de estos textos resultan tan elementales que pueden ser recordados sin problema, pero en el caso de los textos de mayor complejidad, los contenidos manifestados en la microestructura deben ser procesados. El primer paso del proceso, lleva a una interpretación del texto cuyo resultado es una simplificación de las informaciones de la microestructura, es decir, obtenemos una macroestructura más simple.
Como vemos, el significado de un texto se construye a través de su microestructura y macroestructura. En términos de análisis, tenemos la macroestructura que está formada por todas las palabras clave o referencias temáticas que conforman el contenido del texto. La microestructura se refiere a cuestiones de significado léxico, de análisis morfosintáctico y de recursos expresivos que pueden ser las recurrencias, alteraciones sintácticas con el fin de resaltar aspectos temáticos. De la relación entre macro y microestructura, nace el concepto de “hipertexto”, un texto y un mensaje en relación con muchos textos y muchos mensajes de los que se nutre y a los que enriquece. El texto no es una unidad aislada: su comprensión no solo reside en entender las palabras y las estructuras gramaticales que lo forman. Para la comprensión de un texto, es necesario conocer el trasfondo de los conceptos que se expresan, las referencias culturales a las que alude, la sociedad y los destinatarios por y para los que ha sido creado. La mejor imagen que tenemos de un hipertexto es la de Internet, un espacio creado mediante textos, los que están ligados unos a otros con el objetivo de facilitar la comprensión y ampliar la información.
La macroestructura de un texto hace referencia a la coherencia textual, es decir, al significado global que consiguen de forma unitaria, los elementos que lo integran. En el análisis de un texto, la macroestructura tiene su manifestación externa en la posibilidad de interpretar el tema del texto y elaborar un resumen del mismo.
La macroestructura de un texto no es algo exclusivamente intratextual, ya que en el significado global del mismo, influye la finalidad que le asigna su emisor dentro de un contexto de situación o cultural determinado.
1.7.3. Tercer nivel o componente (superestructura)
La producción de textos bien formados y la correcta interpretación de los mismos hacen necesario que consideremos un tercer nivel o componente de organización que llamamos superestructura. Esta constituye el conjunto de reglas que hacen que un texto sea reconocido como perteneciente a un género o tipo de texto y que sea percibido como texto coherente y bien construido, como un texto que es una narración, una carta, una argumentación, una instancia administrativa, etc.
Esta superestructura constituye la forma global del texto: la organización jerarquizada de sus fragmentos. Dicha organización global se manifiesta en los modos de organización del discurso, por ejemplo, narración, argumentación, etc. Por otro lado, la consideración del tercer nivel o superestructura textual, resulta de especial importancia en la elaboración del segundo nivel o macroestructura por parte de los receptores de un texto. Una de las características internas de la superestructura textual es que algunos de los elementos pueden tener carácter opcional, en cambio otros son siempre obligatorios. Por lo tanto, tomar en consideración el componente o nivel de superestructura textual resulta imprescindible para entender de manera adecuada, el modo de funcionar de los textos como unidades comunicativas (Van Dijk, 1977).
La organización formal de un texto es uno de los conceptos básicos para la comprensión y expresión de escritos. La distribución del desarrollo de ideas en distintos párrafos es la clave para una buena organización temática. En el caso de los textos dialogados o textos que introduzcan discursos en estilo directo, las marcas de la puntuación son importantes. Un texto bien estructurado ofrece una visualización de la organización de sus partes, por ejemplo, en el caso de una noticia del periódico, la disposición gráfica del título, el subtítulo, la entradilla y el cuerpo de artículo estructurado en columnas y párrafos, facilitan la comprensión del mismo, ya que el titular resume el tema, el subtítulo amplia la información con la localización o aspectos más relevantes, la entradilla resume qué ha pasado, cuándo, a quién, cómo, dónde y por qué, y el articulo desarrolla con más detalle el contenido de esta.
Hay autores como Beaugrande y Dressler (1997), nombrados en este mismo capítulo, que nos dicen que los textos se organizan de manera similar a la urbanización de un territorio. El entramado urbano será recorrido por transeúntes y por vehículos y el texto será interpretado por sus receptores y si estos son respetuosos con la urbanización del territorio, realizarán una decodificación adecuada al texto, asegurándose el éxito de sus movimientos. (Interpretación).El modelo textual es presentado como una metáfora del urbanismo.
Una superestructura constituye la forma