Pilates y rehabilitación. Beth A. Kaplanek
demostrado ser eficaz para el tratamiento del síndrome del psoasilíaco (Johnston, Lindsay y Wiley, 1999).
En aquellos casos que aparecen tras una artroplastia total de cadera, el pinzamiento anterior y la tendinitis del psoasilíaco podrían ser la causa del dolor hasta en un 4,3% de los pacientes. Tras la cirugía, este dolor se asocia con frecuencia con un componente acetabular prominente o mal colocado, con restos de cemento en la articulación, con tornillos excesivamente largos o con un cuello femoral que sobresale demasiado (Heaton y Dorr, 2002; Lachiewicz y Kauk, 2009). El diagnóstico se basa en la clínica y la evaluación radiográfica del paciente tras la intervención. Las infiltraciones locales en el tendón o la bursa del psoasilíaco pueden utilizarse para confirmar el diagnóstico. El tratamiento supone la aproximación quirúrgica descrita, la liberación quirúrgica del tendón o la revisión de la cirugía de cadera según se considere necesario (Heaton y Dorr, 2002).
El uso del método Pilates en el tratamiento del síndrome del psoasilíaco por ahora no se ha documentado. Este manual recoge una serie de ejercicios que pueden usarse para fortalecer el core y estirar las estructuras de la cadera, lo que de hecho trata el síndrome del psoasilíaco. Los ejercicios mostrados son similares a los que se utilizan en las fases iniciales de un tratamiento fisioterápico convencional y sirven como alternativa para seguir las sesiones de terapia prescritas. El protocolo es similar al de la bursitis trocantérea y se centra en el fortalecimiento del core y el fortalecimiento y estiramiento de los flexores de cadera. Por ello, tras el calentamiento, debería hacerse énfasis en los siguientes ejercicios: la centena, medio roll-down, círculo con una sola pierna, rodando como una pelota, estiramiento de una sola pierna, estiramiento de ambas piernas, las tijeras, estiramientos de ambas piernas rectas, el sacacorchos, la sierra, el nadador y el puente. Para ayudar a la resolución del síndrome del psoasilíaco, también se recomienda usar un antiinflamatorio tópico u oral y el masaje local. Generalmente, el síndrome del psoasilíaco responde al cabo de 4-6 semanas de administrar la terapia recomendada. Cuando el dolor persiste durante más tiempo, el cliente debería buscar tratamiento médico adicional. Este tratamiento podría incluir infiltraciones o fisioterapia convencional. Las personas propensas a sufrir tendinitis o bursitis del psoasilíaco deberían incorporar, como medida preventiva, estas series de Pilates en su pauta de ejercicios semanal.
Artrosis de cadera
La artrosis de cadera es un trastorno muy común. Se estima que en 2002 se realizaron 185.000 artroplastias totales de cadera debido a trastornos degenerativos de cadera (Kurtz et al., 2005). También se estima que 43 millones de estadounidenses tienen artrosis. Existe una asociación directa con la edad avanzada. El diagnóstico se basa en una historia clínica de dolor en la ingle, dificultades con las actividades que implican rotación de cadera (como ponerse los calcetines y los zapatos o entrar y salir del coche) y dolor relacionado con la actividad. Con frecuencia, la exploración física muestra dolor en la ingle al intentar la rotación de cadera, así como importante restricción en el movimiento de rotación de la cadera; una rotación interna limitada y rigidez en la rotación externa son los signos más frecuentes. No es infrecuente la rigidez de cadera en flexión, que se asocia con rigidez de las estructuras anteriores de la cadera, incluidos la cápsula articular y los flexores de cadera. La rigidez excesiva de cadera puede llevar a aumentar la carga sobre la columna lumbar, lo que generalmente se compensa con una lordosis lumbar exagerada.
Con frecuencia, la radiografía simple es todo lo necesario para diagnosticar la artrosis de cadera, ya que el estrechamiento del espacio articular, la formación de osteófitos, la esclerosis subcondral y la formación de quistes pueden verse fácilmente en una radiografía simple. Por lo general, no son necesarios estudios de imagen más avanzados para establecer un diagnóstico correcto. Las modalidades terapéuticas no quirúrgicas incluyen antiinflamatorios orales o tópicos, perder peso, utilizar dispositivos de ayuda, y ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de bajo impacto. Generalmente, los pacientes con artrosis no toleran bien un programa de ejercicios más riguroso. La secuencia de ejemplo de Pilates que se detalla en el capítulo 7 (pág. 339) abarca una serie de ejercicios de estiramiento de bajo impacto que podrían ser útiles para mantener el bienestar y la forma física así como el rango de movimiento de la articulación de la cadera. A medida que el dolor aumenta y disminuye el rango de movimiento con el avance de la artrosis, los ejercicios de Pilates deberían modificarse para adaptarse a estas limitaciones mientras aún se mantiene un estilo de vida saludable. Cuando el dolor interfiere con las actividades de la vida diaria, interrumpe los ciclos de sueño o se vuelve invalidante, el paciente debería consultar al médico.
Tratamientos quirúrgicos
Las intervenciones quirúrgicas para los síndromes y patologías de la cadera pueden incluir la artroscopia, la artroplastia total de cadera y la prótesis de superficie o de recubrimiento de cadera. A continuación se describe brevemente cada intervención para proporcionar una idea general del alcance e invasividad de cada técnica, y de las limitaciones y restricciones que podrían ser necesarias durante el período de recuperación posquirúrgico.
Artroscopia de cadera
La artroscopia de cadera implica hacer pequeñas incisiones quirúrgicas, o portales, que permiten el acceso a la articulación de la cadera. Se introduce entonces un artroscopio del tamaño de un lápiz en el interior de la articulación para valorar el daño y la patología intrarticular. Básicamente, el artroscopio es una videocámara que transmite la imagen de la cadera a un monitor de televisión y permite que el cirujano examine el interior de la cadera. La artroscopia de cadera se usa en adultos jóvenes y activos con una historia clínica de dolor de cadera y un diagnóstico que se puede tratar mediante este método. El tratamiento más habitual mediante artroscopia de cadera es la eliminación de ratones articulares (cuerpos libres dentro de la articulación), la extracción o reparación de porciones desgarradas del rodete acetabular, el desbridamiento de zonas óseas en caso de síndrome de atrapamiento femoroacetabular y el tratamiento de desgarros del cartílago articular. Este procedimiento es técnicamente difícil y debería realizarlo un especialista en medicina deportiva o de cadera experimentado. El tiempo de recuperación postoperatorio es menor que en las técnicas abiertas, pero pueden aparecer restricciones en función de la herida o de la patología tratada.
Artroplastia total de cadera
La cirugía de reemplazo de cadera se reserva a pacientes con una enfermedad articular degenerativa en su última fase que puede relacionarse con una serie de enfermedades como artrosis, artritis reumatoide, necrosis avascular, artrosis postraumática y otras que pueden cursar con dolor refractario a las medidas conservadoras. La figura 1.1 muestra la cadera antes y después de una artroplastia total de esta articulación. La cirugía de reemplazo de cadera es la técnica facultativa y debería realizarse sólo cuando la persona se encuentra clínica, radiográfica y mentalmente preparada para la cirugía.
La tecnología moderna ha avanzado en el campo de los reemplazos de cadera, y los implantes actuales duran más y funcionan mejor que sus predecesores. La edad, la forma física y la salud del paciente determinan el tipo de reemplazo y la técnica usada durante la cirugía. La fijación de los implantes al hueso en una artroplastia total de cadera ha cambiado considerablemente durante la última década. Se ha producido un viraje hacia la fijación no cementada, dado que se cree que ésta maximiza la longevidad de los componentes y evita futuras holguras. En general, a los pacientes más jóvenes y a los que tienen una buena calidad ósea se les implanta una cadera fijada biológicamente (técnica con componentes a presión), mientras que las caderas cementadas se reservan para los ancianos o para pacientes con osteoporosis. La técnica con componentes a presión se basa en la premisa de que el implante será ligeramente mayor que el hueso preparado y que impactará en su lugar. La superficie del implante tiene pequeños poros o protuberancias en los que crecerá el hueso. Algunos implantes están recubiertos con material bioactivo, como la hidroxiapatita, que acelera