Enfoque agroindustrial para la transformación hortofrutícola: perspectiva de gestión operativa en fábrica. Edwin Causado Rodríguez
de la localización: se debe ir de una localización macro a una localización micro, estimando la capacidad futura y los requerimientos a corto y largo plazo, y generando de alternativas de decisión (cuánto, cuándo y en dónde instalar).
2.Localización: se determinan el efecto de la localización, los costos y los ingresos (clientes potenciales) y las características de las decisiones de localización (utilizando el método de factores ponderados). Se realiza la selección, descripción, ponderación, división y distribución de factores. Se asigna el emplazamiento teniendo en cuenta la puntuación por sitio por cada factor.
3.Planeación de la distribución de planta: en este se tienen en cuenta la distribución por producto, las necesidades de espacio, las oficinas que se deben obtener en planta, el diseño de planta (que estará basado en la información recopilada), del cual resulta el plano, el plan maestro y el procedimiento de distribución de planta y evaluación.
-Salidas: diseño, localización y distribución finalizadas de la planta procesadora y/o agroindustrial hortofrutícola.
•Capítulo 6. Evaluación financiera del montaje de la planta procesadora y/o agroindustrial hortofrutícola asociativa. Se expone la metodología de Cardozo (2006), la cual hace uso de la información anterior (ubicación óptima de la planta), y se determinan los siguientes criterios de análisis: costos no desembolsables y costos de oportunidad, flujo de fondos, punto de equilibrio, valor presente neto (VPN), tasa de interés de oportunidad (TIO), tasa mínima atractiva de retorno (TMAR), tasa interna de retorno (TIR) y relación beneficio costo (RBC).
Conceptos previos
Los conceptos básicos trabajados en el presente estudio surgieron de una búsqueda de estrategias para la administración eficiente de los recursos dentro de las organizaciones con miras a su sostenibilidad en el tiempo. Los antecedentes de estas estrategias se remontan a la revolución industrial debido a los cambios trascendentales en el aparato productivo, las nuevas dinámicas económicas y las nuevas fuentes de riqueza para los Estados que esta implicó, lo cual demandó una nueva manera de administrar los recursos que repercutiera en mayores eficiencias operacionales y con mayor valor añadido para los clientes.
Enfoques modernos e integrales de la producción
Los nuevos enfoques de la producción se refieren a la integración de actores gubernamentales, entes de formación académica e investigativa, sistemas cooperativos de productores y sector empresarial, con el objeto de impulsar y gestionar los esfuerzos en el manejo eficiente de los recursos mediante la planeación jerárquica como elemento integrador de la producción. A su vez, estos esfuerzos se refieren al hecho de anticipar mediante diagnósticos y pronósticos las necesidades de una sociedad, de acuerdo a sus requerimientos y niveles variados de conciencia respecto al consumo e impacto en el entorno por tipo de actor en una cadena productiva (Bhuiyan, 2011; Causado et al., 2015; Lermen, Echeveste, Peralta, Sonego y Marcon, 2018).
Méndez (2001), Cooper y Edgett (2008) y Kurilova-Palisaitiene, Sundin y Poksinska (2018) manifiestan que existen numerosas metodologías para realizar la planeación y programación de la producción, pasando a su vez por técnicas de optimización, siguiendo con las técnicas denominadas de extremo (técnicas heurísticas) y las técnicas modernas, que obedecen a sistemas expertos y de inteligencia artificial. Algunas de estas alternativas son de uso simple y de bajo costo, mientras que otras son de gran complejidad y de alto costo. Para la presente iniciativa estas últimas no son de interés, dado el grupo al cual se pretende que acceda esta producción científica.
Sistemas de gestión de la producción
Un sistema de gestión de la producción es aquel que despliega un conjunto de funciones dentro del área de manufactura y que por lo general congrega la gerencia de procesos tales como la planeación, la organización, la dirección y el control (Méndez, 2001). En este mismo ámbito, autores como Vollmann, Berry, Whybark y Jacobs (1995) acuñan nuevos términos tales como el Manufacturing Planning And Control (MPC), relacionado con el desarrollo de la organización y la administración óptima de los recursos. Por su parte, investigadores como Render y Heizer (1996), Maldonado (2010) y Causado et al. (2018), argumentan que las funciones de manufactura dependen tanto del proceso como del portafolio de productos de la organización.
Asimismo, Sule (2001) indica que los sistemas de producción se clasifican de acuerdo con la disposición de las máquinas y departamentos dentro de las plantas manufactureras, en donde las gamas de los sistemas de producción varían desde los talleres con operarios artesanales y de actividades manuales hasta líneas de montaje completamente automatizadas. Sin embargo, por regla general el gran volumen de la producción y la repetición de los procesos favorecen la automatización, incidiendo en últimas en la reducción del volumen de las operaciones manuales. Además, es común contar con diferentes modos de producción en la misma planta, para un mismo producto o por productos distintos, tal como es el caso del presente ejercicio respecto al producto mango y/o ají. En definitiva, las cuatro categorías principales de los sistemas de producción son la producción de taller, la producción por lotes, la producción en masa y continua, y la manufactura celular y flexible.
Al respecto, Anaya (2015) emplea el término “layout de fabricación”, el cual hace alusión a la disposición física permanente de los diferentes aspectos que integran un proceso productivo y que se estructuran de acuerdo a las características específicas de un proceso productivo. En forma sucinta, un layout de la planta se refiere a la planificación de los procesos productivos de transformación, que depende a su vez de la debida organización de los procesos, del espacio disponible y de los recursos empleados en dichos procesos internamente.
Agroindustria
De acuerdo con la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) (2017), la agroindustria involucra un espectro amplio desde el sector primario con los agricultores, pasando por la manufactura, que incluye las plantas transformadoras agroindustriales, asociadas e interrelacionadas con otras actividades económicas del sector terciario y de servicios.
En este mismo ámbito, la ANDI manifiesta que en Colombia la agroindustria se encuentra conformada así:
se puede hablar de agroindustria, como una cadena compuesta por cinco actividades agropecuarias (café; animales vivos, productos animales y productos de la caza; silvicultura, extracción de madera y conexas; pesca, acuicultura y servicios relacionados; y otros productos agrícolas) y 13 actividades manufactureras (café y trilla; carnes y pescados; lácteos; azúcar y panela; molinería, almidones y sus productos; aceites y grasas, animales y vegetales; madera, corcho, paja y materiales trenzables; tabaco; productos alimenticios n.c.p; cacao, chocolate y productos de confitería; fibras textiles naturales, hilazas e hilos, tejidos de fibras textiles, incluso afelpados; y bebidas). Además, es necesario tener en cuenta al sector de sustancias y productos químicos, que le vende el 23% de los insumos a la rama agrícola, en su mayoría fertilizantes y plaguicidas, e insumos veterinarios como biológicos y farmacológicos. En estos términos, la agroindustria en Colombia representa el 10% del PIB nacional con US$28.325 millones (que equivalen a un PIB en pesos corrientes de $86,5 billones)1, de los cuales 65% corresponde a la producción agropecuaria y 35% a actividades de la industria manufacturera.
Cadena de valor
Según Hirschman (1958) y Porter (1990), las cadenas de valor se definen como sistemas empresariales interconectados mediante el desarrollo de actividades secuenciales y relacionadas. Estas cadenas hacen posible la industrialización a través de iniciativas de inversión, competencia y cooperación con el objeto de focalizar la producción de bienes o productos terminados, aprovechando los recursos naturales, humanos, tecnológicos y de capital de manera óptima.
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