Hermano, dulce hermano. Maximiliano David Acosta
de esto cuando mencionan que cada uno tiene un ángel guardián?–.
Fiorenza bajó en plena madrugada para ir al baño. Esta vez, si era para hacer sus necesidades y no para intentar su suicidio nuevamente. Luego fue por un vaso con agua a la cocina y se sorprendió que allí, en la penumbra, estuviera su hermano en completa soledad. Él estaba sentado en la silla alta de la barra y estaba tomando gaseosa en silencio. Fiorenza abrió la heladera y sacó el agua, se sirvió en un vaso y se quedó mirando a Costelo mientras bebía intermitentemente pequeños sorbos.
Costelo–¿Qué miras?– cuestionó malhumorado.
Fiorenza respondió en el mismo tono– A un estúpido en plena madrugada sentado solo y sin hacer nada–.
Costelo– Vuelve a la cama– dijo dando una orden.
Fiorenza no pudo evitar que sus sentimientos le ganasen y respondió cediendo el combate– Bueno, no te molesto más, pero… ¿Sucede algo?–.
Costelo dijo con tono áspero–¿Te importa?–.
Fiorenza– No dije que me importara, pero parece que tienes ganas de hablar y no tienes a nadie que te escuche aquí cerca, más que a mí–.
Costelo– No pasa nada– dijo cortante.
Fiorenza– ¿Es una chica?–.
Costelo– ¿Qué comes que adivinas?–.
Fiorenza– En realidad vi que chateabas con Alfonsina el otro día cuando mamá me mandó a buscarte–.
Costelo– Eres igual que mamá, para meterse en la vida de los demás están bien atentas–.
Fiorenza– Solo lo vi, estaba frente a mí. No importa, ¿Es por eso que estás aquí?–.
Costelo– Tal vez. En realidad ni yo sé que me pasa–.
Fiorenza– Es muy linda chica–.
Costelo– Lo sé, pero es solo una amiga, no intento nada con ella. Se acaba de separar y no quiere nada con nadie–.
Fiorenza se sentó junto a él y dijo– Sí, todo el mundo habla de eso, eran la pareja más popular de la escuela–.
Costelo– Igual no hablamos sobre ello, solo nos conocemos y hablamos de lo que sea–.
Fiorenza– ¿Te gusta?–.
Costelo– Eso es lo que me tiene aquí, desde que me enteré que se separó no paro de pensar en ella. Recuerdo que siempre fue mi amor imposible, desde pequeño, y luego ella se puso de novia y con el tiempo no pensé más en ello. Continúe la vida sin volverme loco. Tal vez lo hice resignado o no sé, pero ahora pasa esto. Mi mundo se detiene constantemente para verla a ella pero no puedo evitar pensar que también puede ser por capricho. Es decir, siempre estuve encantado con ella, y ahora tengo una oportunidad de intentar algo, pero no sé si en realidad estoy enamorado o solo es un simple capricho de obtener algo bonito, algo que siempre quise–.
Fiorenza– Lo escuchaba y entendí que mi hermano si tiene sentimientos… hablando en serio, lo que más me sorprendió es que tenía inseguridades, complicaciones y justamente en el tema del amor. Él que es una persona tan fría, que nunca lo ves expresando nada por nadie y de repente viene a desahogar estos conflictos amorosos, y conmigo. Como ya lo mencioné, mi tía decía que lo primero que debes entender del amor es que tiene dos grandes complicaciones. Y mi hermano estaba sufriendo la primera, “no tener la certeza de si en realidad amas a esa persona”. Sinceramente yo lo veo hablándome de ella y le creo que en verdad su mundo se detiene al verla pasar y, si eso no es amor ¿Qué otra cosa podría ser?–.
Costelo, al terminar de expresar sus complejos, la interrogó de inmediato –¿Qué opinas?–.
Fiorenza– Creo que debes arriesgarte. Si tú me dices que en realidad sientes todo lo que acabas de mencionar creo que estás muy enamorado–.
Costelo– ¿Pero qué debo hacer? Siento que no está lista para otra relación. Todo terminó para ella tan pronto que no puedo imaginar que me diga que sí. Es como si estuviera en ese pozo todavía, y no está ni cerca de la superficie–.
Fiorenza– Entonces tal vez, si le dieras un tiempo, ella podría considerar–.
Costelo– ¿Y si aparece alguien más en su vida en ese tiempo? No quiero ser el que la ve irse con alguien más, otra vez. Pero tampoco quiero que se aleje de mí, si le digo lo que siento y no está de acuerdo puede que tome distancia–.
Fiorenza– Te entiendo porque me sucede algo parecido con Agostino–.
Costelo– ¿Te gusta ese idiota?–.
Fiorenza– No le digas así– dijo enfadada– Estoy enamorada de él desde que tengo memoria y, aunque todos me dicen que con el tiempo se me va a pasar, siento que cada vez lo amo más y más–.
Costelo– Pero es tu mejor amigo, si le das consejos con sus chicas y él te cuenta todo lo que hace con ellas ¿Cómo soportas esa situación?–.
Fiorenza– Convengamos que es un poco nerd y no tuvo muchas oportunidades con chicas. Igual toda la vida junto a él tuve que tragarme el hecho de que éste profundamente enamorado de Nina, la del otro curso, y la detesto con toda mi alma. Estoy frente a él, esperando hace años, y es como si fuera invisible–.
Costelo– Pero esa chica es una modelo, y con el grupo falso que tiene no le daría una oportunidad a Agostino ni aunque se tome todo el alcohol del planeta tierra–.
Fiorenza– Lo sé, y me da bronca que ella ya lo rechazó miles de veces. Él sigue esperando el día que ella lo vea como un hombre pero no creo que llegue porque es muy superficial–.
Costelo– ¿Alguna vez intentaste decírselo?–.
Fiorenza– Una vez. Él tenía planeado ir a una fiesta. Era el día que ella se había peleado con el chico ese que se mudó a EEUU. Ella supuestamente estaba triste y susceptible. El plan de él era consolarla y entonces así vería lo que sentía por ella y a continuación Nina se enamoraría de él y se pondrían de novios y serian felices por siempre. Así de estúpido como suena era el plan. Esa noche estábamos juntos en su casa, me pidió que lo lleve, papá me había prestado el auto. Estábamos en su habitación, se sentó en su cama y me dijo que lo ayude opinando sobre lo que tenía planeado decirle a ella. Entonces actuamos cómo sería la supuesta situación, yo hacía de Nina. Casi me largo a llorar, por momentos sentía que me lo decía verdaderamente a mí y sentía que la emoción me iba a quebrar, pero me daba cuenta que todas esas cosas dulces que decía eran para ella, entonces tenía miedo de llorar de tristeza. Le pregunté por qué insistía tanto con ella y me dijo que el amor valía la pena y que no había nadie más en quien pudiera pensar. Es como si estuviera hechizado por esa chica. Yo le dije que tal vez alguien muy cercano a él daría lo que fuera por estar en el lugar de Nina. El problema fue que no entendió que me refería a mí y no me animé a decir más. Esa noche, ella ignoró por completo a Agos y terminó encamándose con su propio primo segundo. No sé cómo se llama. El que llevaron al reformatorio un tiempo después por robar un auto–.
Costelo– Lo recuerdo. Todos decían que ella había quedado embarazada de su propio primo y luego estuvo el rumor de que había abortado–.
Fiorenza– Lo hacía para llamar la atención, seguramente. En fin, como era de esperarse, ella lo ignora hasta el día de hoy y yo lo amo en secreto–.
Costelo se quedó callado pero se notaba la empatía en su mirada.
Fiorenza– A veces pienso en todas esas cosas que nos decía la tía. Trato de apoyarme en ello, pero no es lo mismo si no está–.
Costelo– ¿Piensas mucho en ella?– preguntó con curiosidad.
Fiorenza– Bastante, igual soy de pensar todo el tiempo en todo. Debe ser por eso que no puedo dormir bien. ¿Tú piensas en la tía?–.
Costelo– A veces–.
Fiorenza–