Elementos para una teoría y clínica lacaniana del fenómeno psicosomático. Liliana Szapiro

Elementos para una teoría y clínica lacaniana del fenómeno psicosomático - Liliana Szapiro


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Comen­tario de Textos del Departamento de Estudios sobre el Cuerpo, espacio que coordiné con Teresa Bellini y Clarisa Kicilloff en el año 2000.

      Abordo en esos comentarios distintas cuestiones que Lacan elabora en el año 1972 en relación a la clínica y la teoría psicoanalítica como la geometría de la tétrada, el abordaje de lo real más allá del sentido, la cuestión de lo Uno y lo múltiple, las fórmulas de la sexuación y el nudo borromeo.

      LA ESCRITURA DEL NUDO BORROMEO EN EL SEMINARIO 12 DE J. LACAN: RSI

      En este artículo sintetizo algunos elementos centrales de la conceptualización de J. Lacan en relación al nudo borromeo y sus consecuencias teórico-clínicas a la altura Seminario 12.

       COMPACIDAD Y GOCE

      La noción de compacidad en J. Lacan permite pensar cuestiones relativas a la regulación del goce tal como son desarrolladas en el Seminario 20. Planteo también en ese texto algunos puntos acerca del goce fálico y del goce femenino.

       UNIVERSIDAD Y MÉTODO

      Una parte no menor de mi búsqueda tuvo como escenario a la Universidad de Buenos Aires. En esa Institución soy Directora del Proyecto de investigación Ubacyt acerca de la clínica de las enfermedades psicosomáticas desde el año 2001. Este proyecto es llevado a cabo en conjunto con un Equipo de Investigación integrado por docentes de la Práctica Profesional “Clínica con púberes y adolescentes en el Hospital” de la Facultad de Psicología de la UBA: Mar­cela Reyes, Nancy Crasnich, Estela Maris Castro, Analia Roizman, Fernanda Fioranelli y José Noce y por profesionales del Equipo de Psicopatología del Servicio de Dermatología del Hospital Bernar­dino Rivadavia, entre ellos: Pablo Aromando, Gabriela Blasco, María Laura Casco, María Luz Deppeler, María Eugenia Di Martino y María de los Angeles Mazzuppapa. Por otra parte, contamos con el valioso asesoramiento de la Doctora Liliana Bezrodnik, Coor­dinadora del Equipo de Inmunología del Hospital de Niños de la CABA, Dr. Ricardo Gutiérrez.

      Cabe destacar que hemos estudiado más de ochenta casos orientados por la hipótesis arriba planteada.

      Expongo en este apartado el estado de trabajo y los hallazgos de la investigación en curso en la Universidad. Concluyo el libro con dos artículos en los que reflexiono acerca de la posición de los psicoanalistas en la Universidad.

      1- SZAPIRO, L., “Acerca del amor por la vida que Mariela heredó de su padre”, Estudios de Psicosomática, Vol. I., Atuel, Bs. As., 1992, págs. 265-273.

      2- MILLER, J., “Algunas reflexiones sobre el fenómeno psicosomático”, Matemas II, Manantial, Bs. As., 1988, págs. 173-181.

PRIMERA PARTE La clínica de casos

       CASO CLÍNICO

      Mariela es una joven que consulta por sugerencia de su dermatólogo por padecer de psoriasis. El especialista le dice que tiene esa dolencia por “loca”. Su psoriasis comenzó repentinamente un año después de su menarca. Seis años más tarde consulta. Se presenta con la psoriasis localizada en los codos y en la nuca. Se rasca con mucha fuerza hasta provocar el dolor que prefiere a la picazón. Lo hace con una fuerza tal que destroza su ropa.

      En el curso de las entrevistas agrega otro motivo de consulta: no sabe que le pasa que no logra vincularse amorosamente con ningún muchacho. Piensa que ellos no la desean, solo la toman como una amiga a la que cuentan sus aventuras y desventuras amorosas.

       Estructura familiar:

      Vive en el momento de la consulta con su hermana menor que sufre de una dolencia asmática desde pequeña, con su madre y su padre.

      Por la vía materna encontramos entre sus familiares casos de neurosis graves y psicosis. Tiene dos primos (hijos de la única hermana de su madre) psicóticos. La mayor, Esmeralda ha sido diagnosticada como maníaco depresiva y el menor, Jorge, como esquizofrénico. Ambos han tenido varias internaciones psiquiátricas. La abuela materna muy idealizada por Mariela, ha decidido no escuchar más nada que pudiera estar relacionado con los dramas que viven sus nietos mayores ya que le actualizan el dolor asociado a lo que ella llama la “locura” de su marido. El abuelo materno de Mariela durante su vida, fue internado en establecimientos psiquiátricos varias veces. Cabe destacar que de su abuelo materno solo puede hablar ocho meses después de iniciada la cura, cuando empiezan a remitir sus lesiones dermatológicas.

       Primer momento de la cura:

      Mariela tiene miedo de andar por la calle sola, dice en relación a este miedo: “Tengo miedo al hombre que me viole”. Recuerda que cuando tuvo su primera menstruación su madre le dijo “Ahora vas a tener que cuidarte del peligro de los hombres”.

      Por otra parte, un miedo de igual intensidad la acosa muchas veces estando en el agua, ya sea cuando está en la pileta del club, practicando natación o en el mar: tiene miedo a que aparezca un tiburón. Asocia con la palabra tiburón el órgano sexual masculino.

      En relación a estos miedos, relata un recuerdo infantil: estando en una escalera mecánica, ella no quería pasar por el lugar donde ésta se unía con el piso por miedo a que la tragara. Ella quería que su padre (que estaba al final de la escalera) la sujetara. Entonces, su madre le dijo que ella tenía que dejarse de tonterías y hacerlo sola: En ese momento Mariela entra en pánico y se pone a caminar, escaleras abajo, “contra la corriente”.

       Fenómeno psicosomático en análisis

      Al comienzo de su análisis ella no habla de su psoriasis, solo de sus dificultades con los chicos pero en entrevistas posteriores plantea que a la psoriasis “la mata con la indiferencia: a palabras electrocutantes –dice– oídos desenchufantes”. Aunque dice estar “enchufada con la psoriasis, enchufada con todo.”

      En otra sesión dice: “…yo ya no iría a un médico a que me “vea” la psoriasis. Yo sé que no es de la piel sino que es de otro lado. Para mí es dramático lo de la psoriasis, yo siempre tengo esa mancha. La psoriasis, viene de otro lado, como si fuera de loca”.

      En otra sesión dice: “El dermatólogo me dijo que la psoriasis venía de los genes de mi abuelo que era loco y asmático. El médico dijo que mi hermana y yo teníamos la misma enfermedad, con manifestaciones diferentes que éramos como dos gotas de agua, genéticamente iguales. Mi abuela decía que éramos dos calcos”.

      Afirma Mariela haber heredado su dolencia de su abuelo que era psicótico y asmático. Sostiene la convicción de que su vida estaría marcada de manera irreversible y loca por las desgracias heredadas vía su madre.

      La interrogo por lo


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