Medicina energética. Mohamed Azmani
17. Pulso crítico
18. Los pulsos y la enfermedad
19. Los pulsos y la fiebre
20. Los sensores energéticos del pulso
20.1 Área de la cabeza y cuello (cielo)
20.2 Área torácica y de los miembros superiores (Tierra)
20.3 Área abdominal y de las extremidades inferiores (hombre)
21. Los pulsos y la energía patógena
22. Pronóstico de la enfermedad por los pulsos
Presentación
Las técnicas terapéuticas de acupuntura tuvieron sus primeras aproximaciones al razonamiento científico occidental a través de estudios farmacológicos. En muchas situaciones experimentales y clínicas se ha podido comprobar la liberación de opioides endógenos o la modulación de la neurotransmisión nociceptiva ascendente, modificando la liberación de la sustancia P y otros neurotransmisores. Y este punto de contacto entre la acupuntura y la farmacología ha sido la razón por la que muchos farmacólogos y yo mismo nos hemos sentido motivados a colaborar en diversas actividades docentes e investigadoras de los acupuntores. Hoy, esa colaboración quisiera plasmarla en la presentación de la obra Medicina energética. Acupuntura, del Dr. M. Azmani.
Se puede decir mucho de esta obra, pero no todo se dirá aquí en aras de la concisión. El Dr. Azmani ha planteado la obra en tres partes: Bases fundamentales y Circuitos energéticos principales y secundarios, y ello permite acercarse a la acupuntura, apoyándose en una de sus más verificadas versiones orientales (So Ouenn), ya se parta de un nivel mínimo de conocimiento o se posean una práctica y conocimiento considerables. La visión oriental de la fisiología, de la energía del organismo, de las manifestaciones fisiopatológicas están expuestas con detalle y precisión. Merecen destacarse tres aspectos de la obra; uno, la sección que dedica a aspectos prácticos de la acupuntura, que procede a una descripción minuciosa de la técnica que difícilmente se encuentra en textos y manuales; otro aspecto destacable es la cuidada ilustración gráfica, fácilmente aprehensible y con una riqueza de representaciones anatómicas que facilita la comprensión del texto y sobre todo la fundamentación anatómica y fisiológica de esta antigua y actual técnica curativa. Tampoco abundan los textos con la claridad de diseños gráficos que éste nos ofrece. Finalmente, es de destacar la orientación muy didáctica que este texto presenta.
En síntesis se trata de una obra que sin duda habrá requerido mucho tiempo y experiencia para ser ultimada, que será de gran utilidad para el práctico acupuntor, para el estudioso acupuntor, para el inquieto acupuntor que aborda las investigaciones sobre esta técnica y para el médico no acupuntor pero que no desea cerrarse un camino que la terapéutica médica polivalente lleva milenariamente recorriendo. Precisamente ahora que los currícula de los estudios médicos se están revisando y renovando en toda Europa, se está recomendando desde las Conferencias de Decanos de Facultades de Medicina Europeas (AMEE) y desde la Asociación Europea de Farmacología Clínica y Terapéutica (EACPT) que se incluyan en la formación médica con una visión más amplia de la medicina dos grandes áreas insuficientemente representadas hoy; la medicina no hospitalaria (ambulatoria, rural, centros de salud, etc.) y las medicinas alternativas, de las que la acupuntura destaca por su eficacia en multitud de cuadros patológicos.
Animo al autor, Dr. Azmani, a no dejar aquí esta obra sino a completarla con otras que su experiencia le ha de sugerir, recopilación de evidencias experimentales, análisis de casos clínicos bien documentados, etc., y animo a los lectores a que hagan llegar sus experiencias y sugerencias al autor para completar el carácter interactivo que en la era del ordenador cualquier obra científica debe tener.
PROF. JOSÉ S. SERRANO MOLINA
MD, PhD (Farmacología)
Catedrático de Farmacología
Jefe del Servicio de Farmacología Clínica
Hospital Universitario Virgen Macarena
Prólogo
Durante el siglo XX, como expresión del desarrollo y los progresos de la medicina, la cirugía, las técnicas exploratorias y la farmacología, han surgido un buen número de especialidades y subespecialidades médicas. Ello ha redundado en grandes beneficios para la humanidad. La esperanza de vida que había a principios del siglo XX ha aumentado considerablemente. Se ha conseguido la curación de muchas enfermedades, y cuando no, el alivio real y efectivo de éstas. Esto en cierto modo también ha sido consecuencia de un cierto grado de despersonalización del paciente y una pérdida de la visión global del enfermo como individuo particular e irrepetible.
Alguna especialidad como la Geriatría, que nació en los años cuarenta, trata de recuperar la visión integral del anciano en sus aspectos somático, funcional, psíquico y social. Su ejemplo es seguido por la Medicina Interna, que trata de recuperar esa visión integradora que fue clásicamente suya, y que hoy debe compartir con la Geriatría cuyo objetivo directo son los pacientes geriátricos y frágiles.
La medicina sólo es una, y su objetivo es curar o ayudar al enfermo, con unos principios claros de ética, humanidad, beneficencia, y profesionalidad en su doble vertiente de ciencia y arte. Por ello debemos prestar atención a que junto a la medicina de estructura científica, pragmática y clásica de los países de nuestro entorno occidental, hoy más que en otras épocas, reaparecen o se introducen y desarrollan otras formas de concebir y practicar la medicina. Todas tienen aspectos aprovechables, pero es preciso evitar el intrusismo, y mantener un control de calidad, que solo los médicos pueden dar. Para ello existen la Ley de Colegios Profesionales y el compromiso de la Organización Médica Colegial ante la Unión Europa, que pueden garantizarlo y defenderlo.
Cuando el Dr. M. Azmani me pidió que hiciese el prólogo de su libro Medicina energética. Acupuntura, acepté con gusto y sin ninguna reserva, ya que conozco al Dr. Azmani desde hace muchos años y su persona, su trayectoria y formación, le hacen acreedor de una alta consideración.
El Dr. Azmani se licenció en la Facultad de Medicina de Sevilla en 1974, año en que abrió sus puertas el Hospital Clínico Universitario de Sevilla, hoy Hospital Universitario Virgen Macarena. En él realizó su residencia y obtuvo la especialidad de Medicina Interna y Aparato Digestivo, entre los años 1975 y 1979. En 1978 obtuvo el grado de licenciatura con sobresaliente.
Desde entonces su interés y dedicación a la práctica de la llamada medicina energética-acupuntura fueron bien patentes.
Recuerdo alguna guardia hecha con él, y entre ellas una de fin de semana, en la que en menos de 10 minutos, consiguió con sus agujas aliviar el dolor de muelas de un paciente que, cansado de acudir a odontólogos, servicios de urgencia de ambulatorios y hospitales de Sevilla, recaló en nuestro hospital presa de una gran agitación y con muestras evidentes de agresividad contra el personal sanitario. Protestaba por el largo peregrinaje y las muchas horas de dolor padecidas. Cuado el Dr. Azmani le propuso la acupuntura no le sonó bien aquello, y aunque accedió, advirtió de su posible reacción en caso de que aquello resultara una tomadura de pelo y un tiempo perdido.
A los pocos minutos no cabía en sí de asombro ante la rápida desaparición del dolor. No puedo transcribir aquí sus palabras, entre agradecido y admirado, por ir salpicadas de imprecaciones.
Terminada su especialidad, el Dr. Azmani me pidió que hablase con el profesor Enrique Romero Velasco, para que le permitiese organizar una consulta de acupuntura dentro del departamento.Quería practicar y difundir sus conocimientos de acupuntura y hacer su tesis doctoral.
Fue profesor ayudante de clases prácticas, honorario de Patología General y Propedéutica Clínica desde 1977 a 1988, y organizó una Unidad Clínica