5 años. Manuel Montaner

5 años - Manuel Montaner


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el viaje preocupado de la Paula que se había enfermado, algo que acá le llamamos puna. Puna significa básicamente tierra del altiplano, pero en Arica y en todo el norte del país, también se le conoce como una enfermedad en la cual la altura geográfica te afecta a la respiración, por el hecho de que a mayor altura geográfica hay menos oxígeno, y por ende a la frecuencia cardiaca aumenta, y comienzas a sentirte mal. Eso no impidió que no aprendiera del viaje, el problema es que la Natalia intentaba sacarme celos como fuera. Se abrazaba con mis compañeros y me miraba de forma provocativa cada vez que lo hacía. Llegado la hora de almuerzo me senté en la última mesa, ella en la anterior, con vista directa hacia mí. Me empezó a mirar con un odio y de repente dejó de hacerlo. Cuando ya veníamos de vuelta, a medida que bajábamos, la Paula se empezó a sentir mejor. En un momento el profesor me pidió que pasara un desodorante ambiental por la micro que nos llevaba, cuando pasé por su asiento estaba durmiendo con la cortina abierta, aproveché de cerrársela, estaba todo el sol llegándole directo. Aun enojado trataba de protegerla.

      Después de ese viaje, mi padre me compraría un teléfono celular nuevo, según él, para que estudiara, bueno al fin tuve WhatsApp, y Messenger en el celular y le mostré los mensajes a la Sandra, me apoyó mucho durante ese tiempo, a pesar de que con quién siempre me iba era con la Cami, a quién no le dije nada.

      Muchos dirán que esto es exagerado, que es de película, y tal vez no me lo crean, pero de verdad pasó así. Llegaría otra noche de guardia, la mente te juega malas pasadas en ciertas circunstancias, esa noche tenía rabia por todo lo que había pasado y deseaba que ojalá se le quemara la casa, que es como lo peor que te puede desear un bombero. Me dormí, eran pasadas las 4 de la mañana, estábamos Fernández, el Lucas y el Leonardo en la guardia, y sonaron los tonos, un incendio. Lo primero que pensé, lo primero que vi en la oscuridad fue la cara de la Natalia, y pensé “no, por favor no”. Hay que tener mucho cuidado con lo que pides, se te puede hacer realidad. Rápidamente nos levantamos y nos vestimos. No fue hasta que estaba dentro del carro que pregunté la dirección del incendio, era cerca de mi casa en el centro, no de la de ella, me quedé más tranquilo y me pude concentrar en mi trabajo. También sería la primera vez que entraría a un siniestro con la manguera en línea de ataque, siempre me tocaba ser el que lleva el bichero o ingresar cuando lo peor ya había pasado, al menos en incendios grandes. Ese día con la adrenalina y hacer lo que a uno le gusta me pude despejar, ir a un incendio es mejor que mil fiestas en ese sentido. Ese día también aprendí que es mejor luchar por tus sueños que perder el tiempo en bares y discoteques, hacer lo que a uno más le gusta llena más el alma y despeja mejor la mente que cualquier fiesta que puedas tener. Tiempo después me quedaría de guardia permanente en la compañía, pero eso fue después de terminado el capítulo de Camila

      Después de esa emergencia comprendí que no sacaba nada con estar peleado con ella, que debía dejar mi orgullo de lado, que aquello que más quería en este mundo era a ella y a su hija. Pero como arreglar lo que ya estaba roto. Así como le hice daño, trataría de arreglarlo y le contaría lo mucho que me arrepentía y además le conté lo que pasó en la emergencia. Me perdonó en un largo texto en el que me decía que parecía que yo estaba enamorado de ella. No le quise responder, solucionaríamos las cosas en persona.

      Al día siguiente conversaríamos en el recreo, recuerdo que terminamos antes la clase y quedó un recreo de por lo menos media hora, de lo único que hablamos fue de sus problemas, en un momento le dije:

      —No te has hecho las preguntas correctas.

      —¿Y cuáles son las preguntas que me debería hacer? –. Me preguntó.

      —¿Alguna de las decisiones que has tomado ha mejorado tu vida?

      Esa pregunta es de la película América X y al igual que el protagonista, la Natalia se fue a las lágrimas que rápidamente contuvo respondiéndome.

      —No.

      Estábamos en público, no podía seguir llorando. Ese día le dije que por ningún motivo dejara la Universidad y que no faltara más. Ella me aseguraría que no lo haría jamás. También de aquí en adelante le insistiría en que arreglara las cosas con su madre, ella era lo único que tenía, eso y su hija.

      Por esos tiempos me dio por cambiar mi forma de vestir, fui a distintas tiendas de ropa y compré vestimenta más normal, para todos fue una sorpresa – conociste los colores –. Me dijeron muchos, en fin, con el paso del tiempo este cambio para mis amigos de la compañía fue más sorpresivo y una vez que todo pasara me preguntaron si fue por una mina17 y si lo preguntan, no, a ella no le llamó la atención mi ropa nueva.

      Un día con la Sandra tendríamos que ir a su casa a dejarle unas guías, el problema es que no sabíamos dónde vivía, la verdad es que yo ya intentaría buscar su casa en un momento sin encontrarla y ella siempre se quejó de que no la íbamos a ver, esta vez llegamos con la ayuda por celular de la Cami a una casa algo maltrecha. Llamamos y salió una señora que nos confirmaría que una tal Natalia vivía ahí, en la pieza de al lado de ella, junto con su esposo. Sí, así dijo, la Sandra me diría que tal vez era porque el tipo pasaba en la casa y ella preferiría que las cosas se dijeran de esa forma.

      Un día mientras estaba en la compañía, justamente estábamos hablando de los problemas con las mujeres y yo conté una parte de lo que me había pasado, estaba en eso cuando recibo una llamada, era la Natalia, me llamaba para saber cómo se hace RCP, algo que nos enseñaron en la U, pero me extrañaba que me lo preguntara, supuestamente era para la U, pero ese ramo ya lo habíamos aprobado el semestre anterior, le respondí y le pregunté si estaba bien, solo me dijo sí y se despidió. Esa fue la primera de varias llamadas sin sentido que haría.

      Por una o por otra razón la amistad se diluiría ya que ella seguiría faltando a clases, se empezaría a juntar con la Emilia, más conocida como la minera, eso porque tenía un pololo18 que trabajaba 7x7 en la mina, cada vez que el pololo estaba en la ciudad ella desaparecía de clases, también era famosa por saberse el cahuín19 de todos. Este también fue el momento en el que me enteraría de lo que se veía venir, ella no me lo dijo, pero estaría pololeando20 con el tipo del colectivo.

      Mientras yo seguía con mis problemas, mi amiga la Cami no lo pasaba mejor; hace un mes atrás en ese entonces se le murió su abuela y ahora se le moriría el abuelo. Apenas me llegó el mensaje la llamé, entre llantos se escuchaba a alguien muy mal, así que de inmediato la fui a ver, al llegar me encontré a alguien mejor de lo que se escuchaba, estaba con el pololo y me sentí algo más que incómodo, como si no debiera estar ahí, en fin mis intenciones eran buenas. Esa noche era la fiesta de la compañía a la cual no quería asistir y finalmente no fui. La llamé por si acaso y le pregunté si quería que la fuera a ver, a lo cual respondió que no.

      No me encontraba bien anímicamente así que salí a dar una vuelta en la bicicleta, una larga por toda la costa de Arica. Antes de eso le mandé un mensaje a la Natalia, ya no recuerdo qué decía, la cosa es que estuve pedaleando como 3 horas ya que iba haciendo turismo, paraba y tomaba fotos a cada rato, la cosa es que iba de vuelta y aún no tenía respuesta del mensaje. No sé por qué, pero de nuevo sentía que la cabeza me iba a estallar y de nuevo comencé a escribir estupideces, esta vez sin la más mínima provocación. Recibiría una respuesta mientras terminaba de escribir que decía algo así como —oye estaba ocupada—. Bueno tuve que disculparme de nuevo.

      De aquí en más, la relación se diluye y diluye lentamente, ella ya estaba reprobando todos los ramos excepto 1 en el cual le tenía que ir bien en el examen, así que en vez de estudiar, llevó un torpedo21, el cual lo usaría en la prueba. Yo salí de los primeros muy confiado, ella salió casi última y me contó que la Emilia se sentó delante de ella y descaradamente le comenzó a pedir las respuestas, entregó la prueba y se fue, el profesor se dio cuenta de la situación y no le quitó los ojos de encima, después de eso, no pudo copiar según ella. Yo pienso que si tienes tiempo para dar respuestas tienes tiempo de agregarlas a tu prueba. A la clase siguiente entregaron los resultados, me llamaron para decirme mi nota que estaba en una hoja con la de los demás, aproveché de ver la suya, le fue horrible. Hizo lo que parecía imposible, reprobar un examen con las respuestas


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