El Imperialismo, fase superior del capitalismo. V. I. Lenin
de la resistencia y luchas populares, alcanzando la tasa de plusvalía y en particular, la renta absoluta de la tierra, uno de los índices más elevados del mundo.
En concordancia con este cuadro, se puede estimar que sólo el 0.5% de la población económicamente activa, se apodera del 60% de la Renta Nacional del país. Esta concentración del ingreso en una porción minúscula de personas da una medida del desangramiento de la economía nacional, no sólo porque allí está la personería del capital imperial, sino porque la propia burguesía nativa se integra en la transnacionalización capitalista remitiendo al exterior siderales cifras por ganancias y capitales fugados.
Es frecuente escuchar de voces académicas y políticas, incluida una presunta izquierda progresista, que la obra de Lenin está envejecida y no se corresponde con la realidad actual.
Lenin, sin embargo, expuso lo esencial del fenómeno imperialista, su basamento social: la transformación del capitalismo de la libre competencia en un capitalismo monopolista financiero; en relación con esto, el estado burgués se convirtió en estado de los monopolios y así la democracia burguesa redujo aún más su base de representación. Por ello, en la medida en que la concentración económica ha avanzado, vivimos en una institucionalización cada vez más ficticia, humillante, que reduce a la retórica las garantías constitucionales de libertad, seguridad alimentaria, vivienda, jubilación, educación y salud.
Apoyándose en el Estado, el capitalismo monopólico llevó adelante, desde su inicio, una política agresiva de expansión mundial; fue y es el responsable directo o indirecto de la totalidad de las guerras contemporáneas, sacudiendo la conciencia soberana de los pueblos, algunas veces al límite de lo revolucionario.
Resultó así que la marcha del dominio imperialista no ha sido lineal, por el despliegue de las luchas de la clase obrera y los movimientos sociales, sobre todo, por la existencia de un mundo socialista encabezado por la Unión Soviética, surgido al cabo de las dos guerras mundiales.
Sin embargo, la más importante forma de dominio imperialista es la económica, y a pesar de las proporciones abrumadoras que ha asumido, permanece invisible no sólo a la conciencia espontánea de los pueblos, sino a la mayor parte de su cultura social.
Actualmente se presenta bajo la forma de globalización capitalista, que tiene como protagonista principal a empresas transnacionales diseminadas por el mundo, pertenecientes a las principales potencias capitalistas, con predominio del capital financiero especulativo. El trabajo titulado Transnacionalización y Desnacionalización. Ensayos sobre el capitalismo contemporáneo, de los cubanos Rafael Cervantes Martínez, Felipe Gil Chamizo, RobertoRegalado Álvarez y Rubén Zardoya Loureda, editado en nuestro país por Tribuna Latinoamericana, Bs.As, 2000, es una investigación de enorme trascendencia, sobre los cambios operados en el sistema imperialista, desde la época que fue investigado por Lenin y su actualidad. Anticipó la profunda crisis global del sistema iniciado en los EE.UU., en 2008, que perdura. Nos alienta para ahondar la investigación de los nuevos procesos y sugiere valiosas herramientas para los cambios revolucionarios que se avecinan. Lamentablemente no ha tenido amplia difusión.
El persistente agravamiento de los males estructurales del capitalismo en su etapa imperialista y la vertiginosa descomposición de su superestructura, abonan la tesis de Lenin cuando, con su profundo análisis científico y visión política, ha expresado que más tarde o más temprano, la etapa actual del capitalismo es la antesala de la revolución socialista.
Jaime Fuchs
Lenin: El Imperialismo
Este escrito fue un invalorable aporte a la teoría marxista, en tanto permite concebir que el sistema capitalista ha sido siempre “imperialista” con las distintas modalidades que precedieron esta etapa: la acumulación primitiva y el colonialismo. Lo cual significa que la explotación y extracción de plusvalía absoluta y relativa desde las áreas periféricas, constituye un factor de significativa importancia en el proceso de acumulación de capital, que se suma a la extracción de plusvalía de los proletarios en las naciones centrales. Al mismo tiempo, introduce una mayor complejidad en el análisis de las contradicciones del sistema, ya que en las áreas periféricas el conflicto de clases se articula con la problemática nacional y étnico-cultural, mientras en los países centrales los proletariados han tendido a establecer alianzas con sus propias burguesías, tanto en las guerras inter-hegemónicas como en los procesos de expansión imperial, donde las identidades nacionales lograrían imponerse a los intereses de clase. En la actual etapa de globalización neoliberal y disputa entre antiguos y nuevos polos de poder mundial, la reconversión tecnológica salvaje está creando a nivel planetario una inmensa masa de población sobrante para la lógica de este modelo, que se combina con una concentración creciente de la riqueza y gesta condiciones objetivas de alta conflictividad: el sistema no puede sostenerse sin promovergenocidios, como en África o Medio Oriente. La otra alternativa es un cambio radical de carácter civilizatorio, basado en valores de solidaridad, cooperación, soberanía y justicia.
Alcira Argumedo
El narcotráfico es la etapa superior del imperialismo. Lenin lo sabía.
Monopolios por encima del estado y sistema financiero capaz de manipular los pulsos internos de la vida cotidiana de los pueblos, en especial los de estos arrabales del mundo, en Sudamérica.
La superestructura construye el enemigo a través de los grandes medios de comunicación, algo que también podía vislumbrarse en este texto tan vigente, y las grandes mayorías piden la intervención de las fuerzas de seguridad nacionales en las ex ciudades obreras para tener algo de seguridad.
Estados Unidos repite la mecánica que Gran Bretaña impuso a través de las llamadas guerras del opio y en el tercer milenio, Lenin sigue abriendo cabezas y corazones para pelear por lo mejor del género humano.
Carlos del Frade
El imperialismo como enemigo del pueblo y antesala de la revolución
“La época del imperialismo es la víspera de la revolución socialista” dice Lenin en el prólogo del 26/04/1917 y agrega que escribe para comprender “la esencia económica del imperialismo” y, “valorar la guerra actual y la política actual”. A un siglo de la escritura del texto siguen en pie las razones de aquel estudio, especialmente ante la universalización del régimen del capital y la subsunción formal y real del trabajo, los bienes comunes y la sociedad en el capital.
Nuestro desafío supone la crítica al capitalismo de nuestro tiempo y la construcción de las condiciones de posibilidad subjetiva para hacer realidad el socialismo y el comunismo. El capitalismo actual es la ofensiva de las transnacionales, los principales Estados del capitalismo mundial y los organismos internacionales, que como tríada se constituyen en sujetos impulsores de la liberalización contra las/os trabajadoras/es y los pueblos.
Son efectos de esa ofensiva la miseria extendida, la desigualdad, la destrucción de la naturaleza y la vida, la criminalidad y el delito como norma del capitalismo. Todo es resultado de la recurrente violencia contra la mayoría explotada y dominada, siendo la crisis mundial el mecanismo del chantaje para exacerbar y potenciar el objetivo de máxima del gran capital por la rentabilidad a cualquier costo. La revolución socialista proponía Mariátegui como horizonte de lucha para los pueblos de Nuestramérica. Con Lenin y el amauta reivindicamos el propósito y la necesidad de la revolución.
Julio C. Gambina
En 1916 se produjeron una serie de hechos de máxima significación en la historia del movimiento popular que preanunciaban el gran acontecimiento social del siglo XX: la Revolución de Octubre. Muchos de los derechos que los pueblos oprimidos y los trabajadores gozamos hoy están vinculados a lo que desde la acción y la reflexión se aportó entonces. El libro que se presenta en esta edición fue uno de esas contribuciones. Su publicación coincidió con el Alzamiento de Pascuas que libertó parcialmente Irlanda de las garras del Imperio Británico. James Connolly, dirigente sindical y revolucionario católico, admirado por Lenin e incomprendido aún hoy por gran parte de los marxistas, fue su principal referente. Sus