El Imperialismo, fase superior del capitalismo. V. I. Lenin

El Imperialismo, fase superior del capitalismo - V. I. Lenin


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y condensa en su obra Lenin: la coherencia de su pensamiento. A esta extensa lista de clásicos europeos y latinoamericanos, quisiéramos agre­gar un texto más doméstico, local y muchas veces desco­nocido u “olvidado”, pero no de menor importancia, el documento del PRT (IV Congreso): “El marxismo y la cuestión del poder”, en el cual la obra y el pensamiento de Lenin se inserta en una larga secuencia de pensadores del poder y en la figura que logra resolver, al menos para el Tercer mundo, una parte significativa de los enigmas irresueltos que deja abiertos el último Engels en su “tes­tamento político” de 1895 (“Prólogo a La lucha de cla­ses en Francia”). […]

      […] A partir de allí el marxismo se universaliza de verdad y el campo de batalla contra la dominación del capitalismo abarca todo el mundo, pero todo el mundo en serio, no simplemente Francia, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos. […]

      […] El imperialismo, fase superior del capitalismo va mucho más allá de estas fuentes primarias, repletas de estadísticas y análisis empíricos sobre la centralización y acumulación del capital, ya que en dicha obra Lenin fun-de y fusiona en una misma teoría diversos paradigmas y constelaciones, excediendo de lejos la literatura econó­mica consultada en la biblioteca de Zurich. Su texto, que tiene una prosa simple ya que fue escrito con fines mili­tantes, contiene tesis de fondo que aún hoy merecen ser discutidas (demostrando, una vez más, que la profundi­dad y agudeza de pensamiento no necesariamente deben ir acompañadas de una prosa barroca, criptica e inacce­sible al común de los mortales). […]

      Preguntas abiertas en la agenda contemporánea. ¿Este sistema capitalista internacional de relaciones de ex­plotación, jerarquía y dominaciones varias, así como el es­candaloso reparto del mundo han dejado de tener lugar? ¿Vivimos, como sostuvieron en Imperio (2000) Hardt y Negri, un capitalismo plano y homogéneo, sin centros ni periferias, donde todas las sociedades poseen un desarro­llo con diferencias meramente cuantitativas y sus forma­ciones sociales son fácil y amablemente intercambiables?. ¿Ha dejado de tener lugar la conquista de los territorios de­pendientes y la expropiación/desposesión de sus recursos naturales? ¿Se evaporó la asimetría del sistema mundial? ¿Ya no hay guerras por el petróleo y otros recursos no re­novables como el gas, el agua, la biodiversidad, etc.? La emisión de valores financieros y derivados y la fabricación artificial de deudas externas han dejado de ser mecanis­mos de expoliación y disciplinamiento social? ¿Ya no hay dependencia entre las sociedades? ¿Se acabaron los golpes de estado y la intervención militar y de inteligencia en los asuntos internos de países débiles? ¿No existen más opre­siones nacionales y todo el mundo goza de autonomía cul­tural, lingüística y nacional? ¿Qué características asume el comercio internacional? ¿Desaparecieron las contradiccio­nes antagónicas y el sentido mismo de la revolución socia­lista quedó recluido en el museo de la historia? ¿Ya no tiene validez la resistencia contra el imperialismo? […]

      Néstor Kohan

      ¿Por qué es importante la lectura, o la relectura, de un trabajo escrito en la primera mitad de 1916? y agre­go, en especial para quienes provenimos de experiencias no marxistas, al menos en el sentido clásico del concepto.

      Primero porque nos introduce en el siglo XX y nos “anuncia” lo que ya estaba ocurriendo y no todos veían. La concentración monopólica del capitalismo, como úni­ca forma de subsistencia y base a su vez del imperialismo y fundamentalmente, el rol central del capital financie­ro durante todo ese siglo y el que estamos viviendo hoy. No menos importante es que todo esto empieza a fijar un nuevo reparto del mundo y las características de las burguesías nacionales durante ese siglo.

      Nos queda a nosotros el desafío de entender la meto­dología usada por Lenin y aplicarla a estos tiempos, esa sería la mejor “reedición” que podemos hacer.

      Julio Macera

      El capital financiero internacional es producto y co­rresponde al imperialismo, ETAPA superior del capita­lismo y a su ideología, el fascismo por ser esta ideología la más reaccionaria del capital financiero y a su clase so­cial, la oligarquía terrateniente, industrial y financiera.

      Y queriendo dirigir a las masas irredentas, están los fi­libusteros vacilantes, timoratos, lloricones y prostitutos de la clase media pequeña burguesa. En las palabras del gran Lenin (a cien años de la obra El imperialismo), somos no­sotros los trabajadores los enterradores de este sistema in­humano de explotación de la mano de obra asalariada, somos nosotros la clase obrera los que estamos luchando siempre por la igualdad, porque no tenemos nada que per­der, salvo las cadenas que nos atan a una vida miserable.

      Es posible que algunos oportunistas cuando lean este libro digan que lo copie a Lenin, toda la vida he leído al gran Lenin y hemos puesto en práctica las ideas del ca­marada, por eso Lenin NO es un icono, es nuestro máxi­mo ideólogo y organizador de la igualdad.

      Francisco “Pancho” Montiel

      Lenin: Una pregunta, una respuesta, una posición

      “…solo caben dos posiciones en la historia: o se está a fa­vor de los monopolios, o se está en contra de los monopolios.”

      (Ernesto Che Guevara)

      […] Así, logra definir Lenin al imperialismo como una etapa específica del capitalismo, para de allí encon­trar aquellas características fundamentales del capitalis­mo que han mutado en su contrario, dándole origen. Es con el método dialéctico como herramienta que se puede comprender este salto cualitativo en donde los preceptos del capitalismo se vuelven en opuestos. […]

      […] Como ya desarrollara Marx, este poder centrípe­to del capitalismo monopolista concentra y centraliza el proceso de producción. Lenin añade que la exportación de capitales se vuelve una necesidad, dado que en unos po­cos países el capitalismo ha madurado demasiado, y el ca­pital no encuentra campo para inversiones lucrativas. […]

      […] Como bajo el capitalismo el amo y señor es el ca­pital, el reparto se vuelve proporcional a éste, que no es más que decir proporcional a la fuerza. Pues en la lógica capitalista el único método de división es la fuerza, en­tendida como combinación política y económica. […]

      […] A partir de Lenin, y sus continuadores, los y las marxistas revolucionari@s, encontramos un nuevo eje de contradicción capitalista en los países dependientes con nuevos términos de oposición histórica: nación explota­dora y nación explotada. El antagonismo irreconcilia­ble de estos términos, no elimina la lucha de clases en el seno de ninguna de ambas, pero determina una diferen­cia cualitativa. […]

      […] La concentración de la producción, de la cual surgen los monopolios, es un gigantesco paso en la so­cialización de la producción. Por si se duda de que las condiciones estén o no para avanzar, Lenin conjugan­do la teoría con la practica encontró respuestas teóricas y prácticas.

      Maximiliano Riesnik

      La vigencia de la obra Leninista

      Los voceros del capitalismo repiten que “ya no hay im­perialismo”, que “es antiguo hablar de eso”. Es interesado y falso. El mundo actual sigue bajo dominio de las trans­nacionales y el capital financiero, o sea del imperialismo, con su rol de gendarme global. Así lo confirman el sa­queo de las corporaciones y las deudas externas, los bom­bardeos de EE.UU. y sus aliados en Medio Oriente, el plan de austeridad impuesto a Grecia por la troika euro­pea o el nuevo Tratado Transpacífico de “libre comercio”.

      Desde la aparición del texto de Lenin se han producido


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